viernes, marzo 30, 2007

A SABER

A qué huele una nube?
Cómo sabe un beso que nunca se pudo recibir?
Cómo huele una tristeza?
A qué sabe un relámpago en la boca de los ríos?
Cómo huele una mañana cuando se termina?
A qué sabe un orgasmo?
A qué sabe una sonrisa de un niño feliz?
Cómo huele un paso tuyo?

® Alfredo Cedeño

jueves, marzo 29, 2007

GOZO

Me gusta tener tus pies cerca en la mañana
tener una mano tuya entre mis piernas
un dedo tuyo en mi boca
uno de tus muslos rozándome
uno de tus pecados en mi pensamiento
una de tus ganas llenando mis ventanas
y tu poderosa esencia de hembra llenándome la vida.

® Alfredo Cedeño

miércoles, marzo 28, 2007

EN FUGA

Sentí que la noche se me quebraba en el cuello
cuando aquella fiera me lanzó la manotada
y su juramento de hacer un candil con mi pellejo,
por un verso escrito a la vecina del piso ocho
que encontró en mi camisa presto a entregarse,
y mis libros rodaron escaleras abajo
y mi ropa saltaron por reja y ventanas
y fui seguido por vasos, cuchillos, tazas y platos
y mi amadísima madre fue la advocación
para prometer en medio de un escándalo de gañanía
que me dejaría a rastras y desmembrado.

® Alfredo Cedeño

lunes, marzo 26, 2007

TARAREO 04

Los llantos limpios de las novias libres
a las puertas del abandono postcoital
de un gañán que nunca sabrá atenderlas.

La comida de un cachorro en un jardín
donde las caléndulas se van abriendo
con la calma de la primavera sin futuro.

Los párrafos perdidos de libros sin fin
que serán leídos por ancianos sin culpa
ni pasos que recoger en las ensenadas.

La canción de ritmo lento perdido y ruin
con las manos de una pianista sin pulso
que sufre la voz de una cantante calva.

Los compases de un danzón trasnochado
en una pista sin bailadores suena terco
como hormigas que escarban en la nuca.

La sabrosura de un pensamiento que rasga
los bemoles de un amor que nunca regresa
a cuidarse de vagos desvaríos decadentes.

Los martirios de una ola torpe de besos
bajando del trono de una princesa limpia
de perversidades ricas que gastar ajena.

La vacilación en la esquina antes de ver
si cruzar la oscura raya de la fidelidad
es un pasar hasta más acá de mis miedos.

Los ojos de mi mujer haciéndome el amor
con la ternura y vagabundería delirante
que la hace bailar en mi cama sin rubor.

® Alfredo Cedeño

sábado, marzo 24, 2007

MOZA

Con perfume de jengibre en las pisadas entró a besarme
clavándome sus ojos chinos en cuatro momentos precisos:
el de una tarde de sábado sin regreso al error inofensivo
el de una mañana de martes consagrada a beberme la vida
el de una noche de jueves tratándome con amor infinito
el de un mediodía de lunes apretándome perezosa y feliz.

Con bamboleo de goleta en mar encrespado me llegó rauda
afincándome en el alma cuatro despejares de dudas y piel:
un vaso de cerezas en la orilla de su boca al cabalgarme
un canto de rumbos que nadie conoce abajo de su espalda
un poco del rubor que se pone la tarde para luego delirar
un ramo de cenizas en la cruz de perdones que van cayendo.

Con la precisión de la cachorra que se hace hembra me tomó
refrescándome la verga con cuatro gestos claros de pudor
el de abrir sus piernas limpias con la fragancia de una flor
el que le hizo mover su cintura sin aspavientos pero firme
el de una trovadora que me cantó breve y amorosa
el que me llevó a descalabrarme pacifico sobre el mundo.

® Alfredo Cedeño

viernes, marzo 23, 2007

TARAREO 05

Mis dolores son una camisa sin botones
donde los ojales se abren entre agujas
que remiendan punteras con parsimonia.

Tus risas son un manto de mil esquinas
donde hay tantos escondrijos como besos
te alcanzo a robar cada vez que llegas.

Mis pasos no saben adivinar más caminos
que las rutas de treinta breves vuelos
sobre tu pubis de inocencia sin reglas.

Tus dedos no entienden otras travesías
que las mías haciéndote llegar a la orilla
de una alberca de gemidos al embestirme.

Mis presagios siempre dudosos y limpios
se glorifican en la fe de tu paso corto
de muchacha que se lanza a querer largo.

Tus certezas siempre firmes y ondulantes
se envilecen al liberarse sobre mi cara
con la pureza del deseo que no se mide.

Mis tardes tempranas de rochela en celo
cambian como tu cara enrojecida al jadear
en mi hombro derecho rápida como un rayo.

Tus caderas abundantes de diosa fértil
cambian su ritmo y estrujan las mías
como un trapiche que muele las penas.

Mis dolores fueron camisa sin botones
donde los ojales los cerraste uno a uno
zurciendo un corazón que todavía sirve.

® Alfredo Cedeño

jueves, marzo 22, 2007

CALLES DE CARACAS 21

La pobre loca pasa cual osario ambulante
sus clavículas se ven casi en el pellejo
sus caderas avanzan depiladas y en vivo
sus piernas de miseria son estacas desnudas
cual muñeca callejera en practicas de vudú.

Arrastra un costal de penas y miserias
que la dejan sola con su palabra amellada
sin que la compasión colectiva la arrope
sin cobijo a sus gestos de princesa caída
sin un alero que la resguarde de si misma.

Llega ágil a la plaza salmodiando denuestos
que encadena con la precisa alevosía
de la que se ampara en su inocente descaro
de la que se escapa jugando para perder
de la que nunca tendrá la paz para querer…

® Alfredo Cedeño

miércoles, marzo 21, 2007

POCIÓN

Cuatro tarántulas van en procesión a guardar su pesadumbre
de viudas en vida que nunca supieron ni escoger buen marido
porque estaban seguras que podían comprarlos en la mercería
y sus albures fueron desastres que replicaban en un balcón.

Tres brincos anodinos en su aspecto de madre distinguida
arruinaron los preludios de una celebración en cuarentena
colocando en una barquilla sin timonel mensajes a la deriva
que entregaran sus pezones al goce de una noche sin sombra.

Dos asnos acarrearon las heridas de una jugadora desgarbada
que solo supo ganar derrotas sobre las mesas de sus apuestas
y lanza dagas desde su lengua sin tino para herir los vacíos
que deja entre su paso delgado como la sombra que la cubre.

Una llama suave de color ambiguo calcinó remembranzas
contra pálidos destellos de canciones llenas de afonías
retumbando con los correos que se borran cada mañana
entre las salamandras de una piedad opaca y machucada.

® Alfredo Cedeño

sábado, marzo 17, 2007

TERCETO LIBRE 08

Camino por los espacios que el corazón me negó ruin
y se van deshaciendo los cordones de un precipicio
donde las marañas del cuerpo buscan reacomodarse.

Salto por las marañas lascivas que supieron cantar
las obsesiones de las gotas de candidez que vengan
sus propias ilusiones al borde de yerros en recaída.

Atravieso las ilusiones en una carreta destartalada
y salimos a rodar entre las catacumbas malolientes
de los besos que se entregaron por condescendencia.

® Alfredo Cedeño

viernes, marzo 16, 2007

FÁBULA

Ella siempre quiso lucir un ceñido traje negro de lentejuelas,
hoy se lo amolda con gestos de hembra que sale de cacería
para merendarse al primer gañán que se atreva atravesársele.

Sus nalgas siempre quisieron sentirse devoradas de tarde
por las uñas ansiosas del que supiera ganarse el derecho
a destapar los huracanes que añejaba entre su frustración.

Ella siempre buscó la ancha ferocidad de un beso homicida
que acabara con todas las cadenas que la hacían decorosa
aún en medio del largo hastío de un hogar que era una parábola.

® Alfredo Cedeño

jueves, marzo 15, 2007

RETAHILA 02

Se cuelgan dos aves en la ventana de un domingo limpio
y los motivos se van dejando colocar sin pesadumbre
en los versos ácidos de un cerezo que gime al doblarse
con los delirios de un alma que cree pese a si misma
en la luna que danza en mi colchón con maromas suaves
con la razón de un corazón amarillo que espera un beso
en dos noches encontrándose en la orilla de un banco
con dos suspiros que riñen por morirse para resucitar
en una boca roja de romper caricias al comer cerezas
con una insolencia que corre como la miel en tu corazón
en un paso de gaviota que se empina sobre una caracola
con un ritmo de cascabeles repicando sobre los pecados
en los humildes gestos de una flor cayendo al agua
con los aromas de un pastel que se ventila vespertino
en la princesa que llora por los capullos que no abren
con la eternidad de unos ojos que quieren libres y salvajes
en tres margaritas deshojadas en el quiebre de decisiones
con tres tulipanes de talle que rompen curvas de camino
en una maleta para llevar los cariños que se olvidaron
con una ponchera donde enjuagar lastimaduras de baratillo
en un remate de caminos arrebañando cabras al garete
con un contraste de bazares solitarios sin dioses ni planeta
en los arreglos de orquestas que caen de los escenarios
con los saltos de grillos entre peces que pasan volando
en la falda generosa de cualquier hembra libre caraqueña
con la majestad de una doña que vivió hasta el delirium follens
en cuatro hojas de un trébol que se coloca en tus pestañas
con cuatro estrellas calentando el alma de los vagabundos
en una ceiba llenando las plazas casi marchitas de melancolía
con una botella de ron que rueda entre tambores de plena
en un gesto de mano amiga en una cantina cálida
con un derrotar de despertares que nunca amanecieron contigo…

® Alfredo Cedeño

miércoles, marzo 14, 2007

HISTORIA

La mano crucifica un gesto suave en el desprecio
que sus ojos confirman al cruzar la calle
mientras su perfume de muchacha agotada
sigue su rumbo entre las puertas que se caen.

La pierna es un pincel que traza bocetos de olvido
con la sabia amnesia que abandona flores
y encuentra tristezas escondidas para vomitarlas
sobre los reflejos de noches que nunca regresan.

La piel se le eriza con los secretos de albures
que le hipotecaron hasta el tiempo de la palabra
y los caminos se desaprovecharon en remates
de sentimientos que se quebraron en un cardonal.

® Alfredo Cedeño

lunes, marzo 12, 2007

VÉRTIGO

Como una flor de caoba que cae girando
tus ojos llegan en tirabuzón a mis tristezas,
como un delta ante los huracanes
tu vientre se me abre cómplice y despreocupado,
como borde de fotos viejas rotas
se van quedando malos ratos en la basura,
como repicar de alarma de puerta en el metro
me llegan tus uñas imperiosas a los muslos,
como un rescate inesperado en la nieve
se arriesga tu boca en la mía sin sobresaltos…
y la vida se va prendiendo con alfileres
que abren capas de cebolla encima del cielo.

® Alfredo Cedeño

domingo, marzo 11, 2007

TEMPORAL

Una lluvia de cenizas y cristales tristes
se le fueron corriendo con el delineador
para soltar las vueltas de un mal cariño,
recuerdos inútiles y besos malgastados.

Un redoble de gritos y espasmos libres
se le dejaron ver en el filo de sus manos
cuando encontró en el parque un orgasmo
que venía rebotando y atacándola culpable.

Una corta cruz de arrebatos se hizo miga
en las orillas del pudor superado y gris
que nunca le dejó elevarse entre ensueños
a ganar su propio cielo de mujer en desafío.

Un solventar de deudas que nunca vencían
fueron arrebañadas sin cautelas satinadas
al entregar su boca a los desdenes afilados
de una búsqueda que siempre logra vencer.

Una tarde que limpió lluvias sin redobles,
ni migas hechas cruces o deudas ajenas
la plantó limpia y desenfadada nuevamente
en la vida a zafarse de adagios malsonantes.

® Alfredo Cedeño

viernes, marzo 09, 2007

PASEO

Hoy la calle amaneció insolente
llena de faldas cortitas
y muslos relucientes
de mujeres ejerciendo sus dones
y mostrando sus carnes en flor
de matronas hartas de patrones
y rompiendo esquemas y camas con sus mañas
de hembras fascinantes
y con mucho mundo por retar
de princesas que resucitan
y manos deliciosas como beso robado
de aromas femeninos que enloquecen
y falsos recatos que mostrar
de damas efervescentes
y pasos felinos marcando espacios
de señoras desatadas
y maridos abandonados en el horizonte
de reinas abdicando de reinos vacuos
y promulgando leyes libérrimas
de madres mostrando sus senos
y sabiéndolos hermosos hasta el frenesí
de féminas altaneras
y dueñas del pavimento hasta reventarlo.

® Alfredo Cedeño

jueves, marzo 08, 2007

TERCETO LIBRE 07

Breves como amor de computadora llegaron tres besos
a dislocar sus votos de decencia y fiel ama de casa
que veía languidecer sus ganas y sus aires vitales.

Veloces como parpadeo de aves que van emigrando
llegan al salón del olvido sus dolores humillantes
y sus manos se abren para follarse ávida al planeta.

Ágiles como un rayo de luna espejeando en los lagos
pasan sus dedos de hembra hambrienta a consagrarse
en la espalda del mancebo que aplacará sus hambres.

® Alfredo Cedeño

miércoles, marzo 07, 2007

VOLANDO

Un sinsonte abre sus alas grises y marrones
y yo me visto de percal para cancelar mis deudas de amor,
sirvo unos calamares al pesto
sin timones que gobiernen tu vulva palpitante al pensarme
ni razones que enseñen a sentir esta desazón
y te quito los zapatos con la taimada paciencia del fetichista…

® Alfredo Cedeño

martes, marzo 06, 2007

CANCIÓN 10

Desde la ventana rota de una despedida seca
tres lágrimas marinaron su mirada oblicua
preparándola a cobrar intereses con desdén.

Desde los brocales lacerados de su corazón
un andamio de pretextos la cubrieron de paz
y la pusieron altanera en la calle a cortar.

Desde las esquinas apagadas del desconfiar
siete predicas de perdón ilegitimo saltaron
a reconstruir lo que ese terremoto devastó.

Desde la dulce sentencia de libertad muerta
ella expide una caravana agria de reproches
por las caricias que jamás supieron llegar.

Desde los presagios ásperos de las esperas
una ruina de esperanzas sin caminos vacíos
se dejó caer sobre un cariño que sale firme.

® Alfredo Cedeño

lunes, marzo 05, 2007

Y SERÁN...

Una bendición tardía o un regalo de los demonios que me amamanten
fueron tus pies de tobillos en flor con presagios de noches como arena.

Un piélago desamparado o una isla paradisíaca donde naufragar famélico
fueron tus rodillas señalándome precisas el camino como faro de caramelo.

Una jácara despreocupada o un canto fúnebre dulce que me arrullen
fueron tus manos de muñecas delicadas como tu boca llenándome vil.

Un aroma de pan fresco o el del pasto recién cortado embriagándome
fueron tus axilas exigiéndole arrullos obscenos a mi lengua desalmada.

Una serenata enamorada o una balada insolente que me encandilen
fueron cada mañana con tu ombligo entregado a mis dientes y lengua.

Un sombrero ancho o una gorra de escasa visera que me ampararan
fueron tus pezones ensartados a los míos con delicada desvergüenza.

® Alfredo Cedeño

domingo, marzo 04, 2007

CLIMATERIO

Ella exhibe con insolencia su cuarentena de carnes
todavía firmes y sabias donde el edén es bagatela
al compararlo con su mecer de olimpo que desgarra.

Ella deja la calle preñada de unas ganas insolentes
como sus caderas insinuadas bajo su falda de seda
asomando sin pena el delgado hilo de su ropa interior.

Ella se va altanera por el medio de la plaza mayor
alborota hasta las estatuas de próceres condecorados
por mil cagadas de pájaros cubriéndolos de gloria.

Ella pasea como ave de presa que escarba la calle
busca a quien bendecir con los aromas de su coño
ejerce despiadada su oficio de hembra sin frontera.

® Alfredo Cedeño

viernes, marzo 02, 2007

CALLES DE CARACAS 20

Sobre el pavimento los pedazos de envoltorio de chocolate brillan
como estrellas caídas en desgracia que se revuelcan arrebatadas,
las cenizas de cigarrillos son vestigios de la cola de un cometa
que deja su estela entre pozos de melancolía y huellas magras.

Debajo de los faroles hay avisos colgados dando pedazos del cielo
como el casanova que hasta matrimonio ofrece a la niña atolondrada,
sus piernas son una insolencia sin conciencia de maromas oscuras
que podrían lastimarla en medio de su primera excursión de ninfa.

Entre las hojas que van cayendo en remolino de marrones y ocres
se van las oraciones de tontos y crédulos que apostaron al cielo,
pasan insolentes zarandeando convicciones con jaques apostatas
como la preñada que aceptó las promesas a cambio de sus muslos.

En las ventanas se asoman caras de ancianas revoltosas insomnes
como un anuncio que pierde su lustre con el agua dormida del sol,
las sonrisas desdentadas dejan presumir besos que se durmieron
entre las bambalinas de una función deslucida y sin reposición.

® Alfredo Cedeño

jueves, marzo 01, 2007

DE SIETE EN SIETE

Vengo de una patria donde el siete es cielo y horizonte
donde siete accidentes se repiten adornando el territorio
donde siete estrechos se angostan de una banda a la otra
y siete cabos se riegan en todo el mapa de esta casa,
también muestran las cartas siete penínsulas insolentes
y siete lagos y lagunas desde Sinamaica a Maracaibo
que se encadenan a una tierra de gracias sin finales.

Soy de un país de siete saltos al amparo de los santos
de siete llaves que destapan los cerrojos de los cielos
de siete tableros donde los demonios siempre pierden
de siete oraciones para ofrendar a las vidas de los gatos
de siete esperanzas que saben a frutas prohibidas
de siete querencias donde las guitarras repican pasajeras
de siete motivos para enaltecer el paso de los asombros.

Yo soy una tierra que se me alborota en la piel de mi mujer
por eso coloco siete besos en cada una de sus pestañas
arrodilladas sobre sus ojos de miel que me endulzan
con perfumes de siete flores abiertas sobre el Mar Caribe
con las palabras de un piano que la mecen en su compás
con los dolores pretéritos abonando los camposantos
con maromas de muchacha rodando libre en una bicicleta.

Y soy navegante que revisa las siete bahías de su cuerpo
con manos de asombro que se desorientan en sus nalgas
con dedos de sediento que naufragan entre su boca arisca
con manos de vagabundo que encuentra agua y refugio
con dedos de testigos que le entregan un pirulí desnudo
con manos de pianista que ejecutan limpios su adagio
con dedos insolentes que le quitan un antifaz veneciano.

Soy ladrón de siete de sus orgasmos en una tarde limpia
explorador de viejas mañas que se renuevan en su espalda
viajero entre los dedos de sus pies exigiendo mis labios
inesperado andarín de su espalda despejada para mi lengua
peregrino asombrado ante sus piernas de fiesta plena
transeúnte desquiciado de sus axilas limpias y fragantes
caminante limpio de pasados que me dejaron pasar libre.

Y soy delirio sin barreras que desgarra y recompone luces
alucinación como de compases en sincopas sin clave
fantasía de un Pierrot vagando por las plazas de Florencia
utopía como un dromedario perdido en un marque de Miami
ensueño de sustos que se pierden a lomos de una motocicleta
espejismo como una canción enamorada en un bar de Madrid
quimera de un baile con triunfos corales en la madrugada.

Hasta que ella me hace volar siete veces en su regazo
de muñeca turca con oropéndolas desesperadas y fugaces
fabricando una melodía con escalas entre sabanas rotas
y me hace fabricar un reflejo de las puertas celestiales
que esconden el mundo que entre sus muslos me aguarda
y me hace soñar vespertino con una ronda de retozos
donde rescatamos el derecho a soñar con esta tierra en el alma.

® Alfredo Cedeño
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