jueves, junio 30, 2011

DUENDE



El abuelo me dice que le dijeron
cuando él estaba así como yo,
que por allá en aquellos barrancos
los que se ven atrás de su barbecho
salen los encantos a llevárselo a uno…
Pero a mi no me llevan
y la abuela dice que por maluco,
yo creo que más bien por flojos
de no tener que andar buscándome
cuando me escondo a buscar caminos…

© Alfredo Cedeño

lunes, junio 27, 2011

BRÚJULA

Tengo cuatro rosas que le robé al viento:
al norte tus ganas desplegadas en mi paladar
al sur el reflejo de tus dientes en mis ingles
al este éste carnaval condensado de ganas espesas
y al oeste tu boca de vino espeso que me emborracha…

© Alfredo Cedeño

viernes, junio 24, 2011

EL SAN JUAN DE LORENZO

Hay días cuando uno no puede comunicarse si no es desde la emoción. Ahora escribo conmocionado con las fiestas de San Juan, a las que tuve el privilegio de asistir hoy.
A primera hora unos amigos campesinos me llevaron montañas adentro en las afueras de Mendoza Fría, estado Trujillo, a la fiesta que en homenaje a San Juan Bautista lleva a cabo desde hace 25 años don Lorenzo Villareal.
Los condicionamientos nos habilitan el cerebro a ver de una forma que suele ser una horma. Fiestas de San Juan es jolgorio de negros en rochela y tambores retumbando, es sol a reventar, costas, y paremos de contar. Es lo habitual…
Esta vez, luego de más de una hora por empinadas carreteras de tierra, una llovizna pertinaz y un frío que calaba, llegamos a Altos de El Paujil, donde Lorenzo afincó su hogar hace más de medio siglo, y donde ha establecido la tradición de celebrar el día de San Juan Bautista cada 24 de junio.
“En realidad la fiesta es también en honor a San Benito, que es el negro que nos ha llenado de alegría estas montañas; pero también es de San Isidro porque todo esto que ustedes ven aquí es por su gracia, no se olvide que él es nuestro santo patrono; y es el 24 de junio el día que ¡nace la patria! ¿O no se acuerdan que ese día fue la Batalla de Carabobo?”
Sus 83 años de edad no son rémora en su andar para repartir miche aliñado con hojas y savia de eucaliptos entre los asistentes.
“Ahora la gente llega en carros y en motos, pero antes esto se llenaba de caballos, y allá arriba tenia un caney donde los que iban llegando amarraban las bestias”. Mientras habla saca y afina un violín que luego se usará para cantarle un rosario a los santos. Luego lo entrega a Cristino Pirela, que con una mano mutilada en un accidente durante sus faenas del campo, lo afina con gesto diestro, luego lo pone a un lado y empuña un rosario para guiar el oficio.
“Cura no viene porque ellos están ocupados en sus iglesias”, dice el viejo Villareal. Debo acotar que no hacía falta sacerdote alguno en este acto de comunión colectiva.
Luego de rezarle y cantarle a los santos, tal obra de gracia, cesó la lluvia. Y ellos los montaron en un remolque que arrastrado por un tractor recorrió los senderos de l montaña al compás de tambores y fuegos artificiales.
En la cocina de la casa de Lorenzo, una de sus hijas cargaba una sobrina mientras vigilaba la comida, con la que después se consumaría este acto sacramental de unos hombres que, en medio de su torpe pureza, manifiestan con gestos conmovedores su fe…
Dios –que debe existir- los bendiga!

© Alfredo Cedeño
















SAN JUAN

Se asegura que el rojo fue el primer color al que el hombre le puso nombre. Aquellos que quieren presumir de su bagaje conceptual, ponen cara de erudito profano y pontifican que es la denominación cromática más antigua del mundo. En otras palabras: el rojo es tan viejo como el hambre
Acá en Venezuela, de doce años para acá, ese color ha tratado de apropiárselo cierta gente –en quienes no viene al caso malgastar esfuerzo, ni mi escaso talento, describiéndolos o nombrándolos–, tal vez por el simbolismo de este color. Rojo es el fuego y también la sangre.
Ahora bien, algunos han desarrollado diversos estudios sobre el uso del color como recurso semiótico en los intentos iniciales por formar signos. Es decir que antes que cualquier otro proceso de comunicación y/o transmisión de significados son los colores la forma primaria para hacerlo, y entre ellos al ser el rojo el más primitivo, más importancia tiene.
Pero, dejemos los desvaríos de la cultura general a un lado y vayamos a lo nuestro. Es el rojo el color de San Juan Bautista, es el color que hoy teñirá las fiestas y los repiques de tambor que resonarán a lo largo de la costa venezolana. Es día del santo que es expresión por excelencia de esa amalgama cultural que los antropólogos definen como sincretismo. Es la deidad africana adoptada por el santuario católico.
¡Hoy es día de negros en danza que enseñaron a los blancos el valor de ser montaraz! Hoy San Juan bailará al compás de una fe que se sostiene sobre un mar de alegrías y devoción... Hoy San Juan retoña en las manos de sus criaturas haciendo retumbar los tambores que suenan a cimarronería...

© Alfredo Cedeño








jueves, junio 23, 2011

PALETA



La montaña me da sus jarales
y se vuelven flores
para llenar mis ojos de una luz
que sólo ella y yo conocemos:
es para alumbrar los verdes
y todos los colores del monte
en mis manos o en mi boca.

© Alfredo Cedeño

martes, junio 21, 2011

SOLSTICIO




Desde un olvido de hojas verdes,
que dejan besos ciegos en los encuentros
de bocas deslenguadas de besar,
salieron mis manos heridas
con una chispa de vida.
Salimos sin dioses nuevos e incertidumbres,
entre auroras de fuegos fatuos
y arcos de los encantos montañeros,
para cerrar las noches con los resplandores eternos
de la galaxia que cabe en una gota de agua…

© Alfredo Cedeño

domingo, junio 19, 2011

VICIO VITAL

Con una frase, de esas que suelo tildar de lapidarias, Lewis Hine explicó, con precisión casi quirúrgica, por qué existimos una cofradía de viciosos que nos hemos hecho adictos a la fotografía: Si pudiera contarlo con palabras, no me sería necesario cargar con una cámara.
Así como ocurre con la rueda, que nadie sabe cuándo y dónde fue que la inventaron, igual ocurre con la fotografía. Si bien unos eruditos del área adjudican a Nicéphore Niépce, cuando en 1816 consigue una imagen mediante la utilización de la cámara oscura y un procedimiento fotoquímico, la paternidad de la habilidad de escribir con la luz; hay otra ala no menos erudita que se golpea ferozmente el pecho y afirma que el progenitor de la jodienda esta es el pintor francés Louis Jacques Mandé Daguerre que la creó en 1831, ya que Niépce había bautizado su proceso con el nombre de heliograbados.
Es sabido –y si no lo sabe vaya enterándose– que no hay posibilidad cierta de establecer concordia cuando de conceptos se trata, y –como en toda actividad humana– en lo que si hay unanimidad es en tratar de hacer que el de cada quien sea el triunfador. ¡Cómo jode ese dictador en potencia que todo hombre es!
Hago esta digresión porque recordé la tesis, un tanto peregrina, de quienes afirman que fue en el 300 antes de Cristo cuando nació la fotografía. ¡Vaya que es viejo mi vicio! Dichos arqueólogos de la imagen respaldan su tesis en el hecho, dicen ellos documentado, de que Aristóteles empleó la cámara oscura para estudiar los eclipses de sol…
Para demostrar que aquellos no son “la tapa del pomo” en la materia, aparecieron otros que dicen que fue a principios del siglo XI cuando Ibn al-Haitham estudió los eclipses de sol y la luna. El morito, quien sabe si beriberi, hacía pasar por un huequito los rayos emitidos por el sol y reflejados por la luna; y esto hacía que dichos rayos se proyectaran en una pared de una habitación oscura, a la que llamó ¿cómo? “Cámara Oscura”.
Sin embargo, será en el año 1520 que el italiano (uno de los japoneses del Renacimiento, porque vivían copiándose toda vaina en el mundo entero y mejorándolo o haciéndolo suyo, verbi gratia: la pasta) Cesare Cesariano, alumno de Leonardo, realizó la primera publicación sobre la cámara oscura. En ese mismo tiempo Georgius Fabricus andaba averiguando sobre las sales de plata, notando algunas de sus propiedades fotosensibles.
Otros sabelotodos apuntan que por ser Giovanni Battista della Porta quien, en 1558, llevó a cabo sus publicaciones sobre el funcionamiento de la cámara oscura es el verdadero padre de la criatura. ¡Pero!, para enredar la vaina más, saltan otros a recordar que Gerolamo Cardano al sugerir un lente en la apertura de la cámara es el verdadero padre de la hija en disputa…
Lo cierto es que yo mismo ya estoy harto de tanta pendejera hermenéutica, semiótica o lo que narices les de la gana de endilgarle a lo que de manera magistral definió Henry Cartier-Bresson: “Fotografiar es colocar la cabeza, el ojo y el corazón en un mismo eje."
En ese eje de mi vida unas hojas bañadas de luz en un tiesto colocado en el balcón de mi vivienda, unos pimientos de rojo vital -y para nada enfermos de esa plaga del siglo XXI que llaman chavismo-, una mandarina desgajada, una mazorca que coquetea su textura o un coche que trafica sobre cáscaras, son adictivos que me enervan. Son un ritmo que se cuelga sobre la hoja de una naranja que revienta como un sol para hacer que lo dicho por Saint Exupery esté más vigente que nunca:Se ve solo con el corazón, lo esencial es invisible para los ojos.

© Alfredo Cedeño










jueves, junio 16, 2011

BUJÍA




Hay días que ando harto de solidaridad
y esas otras zarandajas que me sembraron
en la casa
en la escuela
en la vida
mis padres
mis maestros
mis amigos
mi mujer
mi hijo.
En esos momentos busco ánimo para darle fuego
a todo eso y seguir de largo con indolencia…
pero esta llama que me dieron los demás siempre me jode
y sigo creyendo
sigo buscando
sigo queriendo
sigo necesitando
tener más luz para encontrar
todas esas menudencias
que hacen urgente y hermosa la vida.

© Alfredo Cedeño

martes, junio 14, 2011

CÁLIZ




Sensual y perezosa
se derramó a la orilla del camino
con altanera suavidad.
Y fue vestal
en la que abejas concupiscentes
libaron y saciaron
hasta el hartazgo
su hambre de ganas de ella…

© Alfredo Cedeño

domingo, junio 12, 2011

LOS LLANOS

El llano es una ola que ha caído.
El cielo es una ola que no cae.

Estos versos que Francisco Lazo Martí escribió a principios del siglo pasado en Silva Criolla, es una de las descripciones más logradas de nuestros llanos, que se riegan por los estados Guárico, Apure, Barinas, Cojedes, Portuguesa, Aragua, Monagas, Anzoátegui y Carabobo.
Tan extensa como sus sabanas es su historia. Miles de gestos, de actos heroicos, de acciones insospechadas, han alimentado la llanura y la han hecho crecer como sus ríos que se desbordan en el invierno anegando millones de metros de territorio.
En plenos esteros, a orillas de los ríos, en el corazón de la misma sabana brotaron ciudades como Guanare, llamada la Capital espiritual de Venezuela, por ser a sus alrededores donde apareció en 1651 la Virgen de Coromoto; Acarigua, nombre de una comunidad indígena de Arawakos Occidentales y en cuyas inmediaciones se fundó una villa española en 1659; San Carlos de Austria, actual capital de Cojedes; Calabozo, que a partir de 1659 se intentó fundar varias veces hasta que en 1727 se constituyó en La Villa de Todos los Santos de Calabozo y de donde, en 1812, partió Boves -caudillo telúrico de la llanura y en torno a quien tanto se ha especulado- a causar estragos entre las fuerzas patriotas que luchaban por darnos la independencia.
También apareció San Fernando de Apure, y San Juan Bautista de El Pao, y Aparición, hoy sin patrona y con un templo abandonado… Ospino, El Sombrero, Chaguaramas, San Juan de Los Morros, Parapara, El Socorro, Elorza, Achaguas y su nazareno maravilloso, Biruaca, Mantecal, San Juan de Payara y mil centros poblados más.
A orillas de sus caños y ríos hay amables toninas, caimanes legendarios como los del Capanaparo, temibles caribes, garzas hermosas, rojas corocoras en las que el ocaso se hizo ave para pasear sobre los esteros, mansos chigüires que se tambalean al borde de las lagunas y tremedales, venados volanderos que ningún cazador puede alcanzar, cigüeñas inmaculadas. Una variedad tan grande que parece mayor que la misma llanura.
Los Llanos son algo más que pueblos abandonados como el Ortiz que consagrara Otero Silva en sus Casas Muertas. Es un hombre escotero, con capotera y ensombrerado que aparece en cualquier sitio de esas inacabables planicies. Es caballo, cobija y sombrero. Es copla, sabana y palma. Son becerros, potros y sillas. Es un viejo que se santigua al nombrar El Anima Sola, o algún recio cantador que anda buscando al Diablo para retarlo a cantar. Es sol, agua y estrellas. Es una madrugada de ordeño y un canto arrullando a la mañana para despertarla. Es el Catire Páez con sus centauros trepidando en Las Queseras del Medio, haciendo realidad esto que hoy llaman País.

© Alfredo Cedeño













jueves, junio 09, 2011

QUEBRADÓN




Fue un tajo de agua
que cortó el cerro por la mitad
y se hizo chorro
donde hojas, peñas y espuma
nacieron como un cuervo albino
desde el fondo de la tierra.

© Alfredo Cedeño
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