Si el momento que
vive Venezuela no fuera tan profundamente trágico, el escenario mal llamado político
sería la mejor representación de una ópera bufa. Tal vez con algunas características de El Barbero de Sevilla, otras de Falstaff, también de La serva padrona, y lógicamente que no
le podían faltar de El triunfo del honor. Por supuesto que no hay en momento alguno compases
de Rossini, Verdi, Pergolesi o Scarlatti; lo más que puede haber, como en
efecto termina ocurriendo, es que este drama en muchos actos se desarrolle al
ritmo de un patuque rítmico digno de la Billo´s Caracas Boys. No en balde Luis
María “Billo” Frómeta era hijo de Santo Domingo.
A mediados de la
tarde de este viernes 27 de mayo, los queridos Ascensión Reyes y Hernán “Ñapita”
Lugo, manejaban la información del encuentro que se llevaba a cabo en La
Romana. Un descuido permitió que la exclusiva se diera a conocer antes de tiempo,
y de ahí que antes de las 7 de la noche ya la noticia, para seguir en el ritmo
caribeño, era, tal canción del Tite Curet Alonso, Periódico de ayer. Pero no abandonemos los predios operísticos y tornemos
a la idea original. Ya son memorables los gestos de vestales ofendidas con que
ciertos voceros de la mal llamada “oposición” ahora nos encaran altaneros a
quienes hemos reclamado por lo que a todas luces no era más que otra bribonada a
la que se veían claramente encaminados.
La muy denostada María
Corina Machado fijó pronto posición y anunció
a través de las redes sociales: “Yo no sé de esta reunión. Lo único q
hay q acordar es liberación de los presos políticos y la salida d Maduro en
2016”. Carlos Ortega desde Lima dijo: “Se inicia dialogo en República Dominicana
entre representantes del colombiano, los Castro y oposición oficialista”. A las
9 y media de la noche, por la misma vía, bien dijo Antonio Sánchez García: “Han
pasado más 3 horas desde que se destapó la noticia. ¿No habrá en Caracas quien
la desmienta? ¿O están todos en La Romana?” La lluvia de críticas fue
abrumadora, por supuesto que del lado opositor el silencio fue impenetrable. Apenas
a las once y un minuto de la noche del viernes un conspicuo defensor de la MUDa
expresó en privado en un chat al cual tuve acceso: “Yo negocio bien. Tú
negocias, bien. Nosotros negociamos, lo mejor.
Ellos negocian que bueno. El negocia, ellos negocian traidores”. Un par de horas más tarde, alrededor de la
una de la madrugada del sábado el expresidente Pastrana también manifestó su
asombro y señalaba: “Es increíble que representantes @ernestosamperp @unasur en
diálogo con la oposición venezolana ninguno es de Suramérica”.
La impresión que prevalece
es que hubo lo que en argot futbolístico llaman posición adelantada y alguien,
por interés o ingenuidad, dejó saber lo que hasta ese momento había venido
siendo un encuentro sigiloso, al menos por parte de la MUDa, y dejó con las
nalgas al aire a Raimundo y Segismundo. La pregunta natural es: ¿Por qué la clandestinidad?
¿Por qué dar pie a ideas infundadas si todo es transparente? ¿Por qué la
dirigencia opositora no fue capaz de dar una respuesta inmediata a la situación?
¿Por qué fueron plañideras y fanáticos quienes salieron a dar la cara ante una
situación en la que era evidente la necesidad de que se ofreciera una respuesta
clara y contundente a lo que estaba pasando?
En breve tiempo
veremos a varias voces pretendiendo bramar al mejor estilo del profesor Don Bartolo,
en contra de quienes hemos osado pedir cuentas claras. Por lo visto estamos en
tiempos donde la opacidad es el bien más preciado. De mejor manera no ha podido
expresar el ya citado Antonio Sánchez García este sábado 28 en horas del
mediodía: “Estar contra un diálogo es ridículo. Dialogar en trastiendas para
abrirse de piernas, es escandaloso”. Y
tal parece, por las reacciones de vírgenes escandalizadas de ciertos sectores
opositores, que las dichas niñas fueron sorprendidas con sus vergüenzas al
aire, lo cual habla poco a favor de sus pregonadas virtudes.
Ahora bien, al
César lo que es del César, mientras del lado de acá de la cancha vemos unos movimientos
torpes y poco ágiles, casi estuporosos, del lado rojo vemos a una vociferante “cancillera”,
entiéndase Delcy Eloína, publicar: “1.La República
Bolivariana de Venezuela informa q se han realizado los primeros encuentros
para un diálogo entre el gobierno y la oposición”, abunda ella diciendo que el gobierno
venezolano está representado por su hermano Jorge Jesús Rodríguez, Elías “capuchita”
Jaua y ella misma. Por supuesto que no deja de notificar quienes fueron su
contraparte, pero de ellos no da nombre y se limita a enunciar: “asistieron
representantes de Acción Democrática, Voluntad Popular, Primero Justicia y Un
Nuevo Tiempo”. Cierra ella su
información con dos frases que me llaman la atención: Agradecemos ala SecGral
UNASUR y alos ex pdtes Zapatero,Torrijos y Fernández por su acompañamiento
respetuoso en esta iniciativa d diálogo; y Acompañamos al pdte @NicolasMaduro
en esta iniciativa con la fuerza de nuestro Libertador Simón Bolívar: "el
amor por la Patria vencerá".
Como bien pueden imaginar
no puedo yo sino pensar mal de todo aquello que suene o parezca laudatorio al
señor aquel de los bigotes. No creo en
ingenuidades rojas, estos señores son muy hijos de la madre que los parió, pero
pendejos no son y si algo han demostrado a plenitud es su perversidad para
conducirnos hasta donde a ellos les interesa. Y si otra cosa han confirmado a
cabalidad es la “inocencia” con que la “dirigencia” democrática se ha dejado
llevar hacia donde ellos han querido siempre. Creo que es ocasión para, en
similar sentido, traer el tema de Leopoldo a la mesa, ya que en innumerables
ocasiones, así medio hechos los pendejos que llaman, han dejado ir creciendo la
matriz de opinión de que él ha sido un adalid de la violencia. Nada más falso y
canallesco, él lo único que siempre dijo era que la presión debía ser desde la
calle, en un marco constitucional y pacífico, para obligar a la recua de
tunantes estos que dicen gobernar a que se redirigiera el rumbo del país, y que
ello desembocara en un salida de esta pesadilla en la que estamos sumergidos
desde hace ya 17 años.
No deja de
llamarme la atención que recientemente en un artículo de cierto ex vocero de la
sociedad civil ante el sindicato de partidos opositores, y cercano a los altos
mandos masistas, asomara la figura de
Leopoldo como quien mejor podría encarnar la visión unificadora necesaria para
rehacer el país. Pero volvamos a lo
nuestro: Otro silencio retumbante es el del por mí llamado Bobo de la Yuca, el
señor Capriles, quien últimamente opina hasta del color de las enaguas de las niñas
del coro de la catedral de Viena, pero que ahora no dice esta boca es mía. Este
mar encrespado que comenzó sus olas en Santo Domingo, apaciguaron las que este
señorito provocó recientemente en Brasil donde presto y orondo declaró contra
las medidas que el Senado de ese país tomó contra la pícara Dilma. El mismo que
bramó contra Alvaro Uribe, en el marco de su primera campaña presidencial, exigiéndole
que no se metiera en los asuntos de Venezuela… El muy asno arremetió contra Uribe
sin entender que el paisa trataba de resaltar su personalidad frente al momento
histórico que le tocaba asumir al medirse electoralmente con el difunto.
Las lecturas son
infinitas, apenas podemos comenzar a hacerlas y la evolución de los próximos
días nos dirá si hemos sabido interpretar correctamente el argumento de esta
pieza casi tragicómica en que se empeñan en obligarnos a participar rojos y Mudecos.
Por lo pronto ambos lucen abandonados por la capacidad de convocatoria. Ya los
del lado acá se solazan en achacar a la gente su escasa participación como la causa
principal de la permanencia del señor bigotudo, ni de vaina asumen que sus
liderazgos están profundamente cuestionados por una colectividad que cada vez
les cree y respeta menos. Por los momentos sus actos son más numerosos que los
de los otros pero por algo cada vez que convocan aparecen luego cual plañideras
quejándose por la poca asistencia.
Ruego porque el desenlace de esta tragedia que es realmente
lo que vivimos se resuelva a la altura de nuestro país, y que sean los versos de
Va, pensiero que Verdi incluyera en su
ópera Nabucco lo que entonemos al
final:
¡Vuela pensamiento, con alas
doradas,
pósate en las praderas y en las
cimas
donde exhala su suave fragancia
el dulce aire de la tierra
natal!
© Alfredo Cedeño