martes, julio 04, 2006

VIRGINIA X

En la calle Macbeth una anciana arrastra sus penas
mientras una gloria en llamas se deja caer a su paso,
un niño aprende que no puede ser Washington
y paga su castigo sin cerezos ni navaja para tasajearlo.

En las tardes de cualquier estación naufraga la hierba
y contrapuntea con los peces citadinos de palabras sordas,
una mujer preciosa danza con su perfume de Channel
y pesca un hotel imposible en el bar de sus tardes vacías.

En las mañanas de sudores aeróbicos cruzan zancadas
los cuerpos que se retiran de las mesas perdidos de culpa,
y en los jardines el noble español salta sobre las bardas
de los labios trabajadores e ilegales que se ganan el pan.

© Alfredo Cedeño

4 comentarios:

  1. Anónimo2:54 p.m.

    Si le soy sincera creo que me ha encantado llenarme de Virginia. Ha sido como cientos de corrientes alrededor de mi que me hicieron recordar lo frágil o yo creo que deslizante y maravillosamente vertiginosa que es la vida.
    Que bueno!
    Un saludo.

    Clara Cerati

    ResponderBorrar
  2. Anónimo2:56 p.m.

    En tu escrito están ocultas todas las carencias humanas con un dejo de protesta. Bien!!! Un abrazo.

    Juan Jose Mestre

    ResponderBorrar
  3. Anónimo2:57 p.m.

    Diario de entusiasmos literarios subjetivos sin rigor. Hermosamente construìdo. Un abrazo.

    Liliana Betancourt

    ResponderBorrar
  4. Anónimo3:26 p.m.

    Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

    ResponderBorrar

Gracias por interesarte en mis textos y dejarme tu opinión.