Agarré al sol y lo tumbé
para verlo en tus ojos
con ramalazos del ocaso
y un tono de sacrilegios.
La luna se salvó por poquito
la quería poner a dormir
en tus mejillas coloradas
de bandido sin control.
El mar no pudo
por eso está en tus dedos
bañando de picardías
tus uñas desamparadas.
Los olores de la lluvia
tampoco lograron fugarse
y los sembré a bailar
en tus piernas.
Y la vida, toda entera ella,
por hermosa y solidaria
la dejé colocada
en tu sonrisa de hijo…
® Alfredo Cedeño
Destilas tanto amor en tu poesía que más parece imposible
ResponderBorrarTanto amor para dar, tanto para contemplar a tu hijo y a la vida, tanto que más es imposible...
ResponderBorrarEste blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
ResponderBorrarPodrías tumbar el sol
ResponderBorrary a la luna también
Hacer que el mar bañe toda su humanidad
Y los olores de la lluvia esparcidos por sus piernas, para que dancen
Le dibujarías en su sonrisa
toda una vida hermosa y solidaria
llena de todo el amor de hijo
Este el espacio para reposar ante el maremagnum de vida que llevamos. Este es el oasis de la vida. Hermoso noble. Ch.
ResponderBorrarQue hermoso ., me encanto . Gracias por estas publicaciones tan hermosas .
ResponderBorrarMuy hermoso, realmente es tan grande el amor que se siente por un hijo, que Dios le da permiso a la naturaleza para que se convierta en tu cómplice y puedas ofrecerle éste poema a tu hijo , besosssssss
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