En estos tiempos en los que muchos se llenan la boca de pueblo y vociferan por las esquinas sobre ellos, quiero evocar a Antonio Arráiz, que en 1932 publicó su poemario Parsimonia.
Los vocingleros debieran leer y entender sus versos:
Amo los hombres torpes, las mujeres confusas,
el pardo montón de carne con sudor y con vicio,
el pueblo, que con sus manos sucias,
escarba del suelo el pan para la boca.
Amo la inmensa Venezuela extendida en la noche.
Maestro,maestro... Gracias por recordar al periodista, poeta, Antonio Arraiz. Pero lo que hace mas sentido y bello el poemas es el complemento del arte de esas fotos que hablan por si solas.
ResponderBorrarSoledad
Que bonito
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