Con mimo, astucia y
zalemas
dijo quererlo hasta el delirio
y por ello lo celaba de su hijo
y hasta de las fotos que se hacían…
él con paternidad torpe asintió.
Ahora que a ella se le pasó el capricho
es su hijo quien lo quiere
sin aspavientos ni espejismos
y recoge su abandono…
con ternura filial que lo avergüenza.
© Alfredo Cedeño
Una perfecta composición, el encuadre de las ramas me parece perfecto. El texto no se queda corto. Muy bueno, Alfredo
ResponderBorrarJosé Rico-Villademoros Gamoneda
Me ha encantado Alfredo, especialmente "sin aspavamientos ni espejismos" y "con ternura filial que lo avergüenza". Una historia y muchos sentimientos en pocas palabras. Un abrazo y mi favorito.
ResponderBorrarAmaia Villa
Un placer leerte, saludos.
ResponderBorrarNuria de Espinosa
Muy bueno, Alfredo. Saludos.
ResponderBorrarJuan Mireles
Impresionante foto Alfredo. Saludos
ResponderBorrarAraminta Solizabet Gálvez García
Muy lindo, un placer leerte
ResponderBorrarGabriel Falconi
Solo alguien que ame a la naturaleza puede escribir como tu escribes,felicidades amigo!
ResponderBorrarEnrique Pilozo Campuzano
Que bello Alfredo!, la familia, nuestro amor incondicional, esas son las únicas cicatrices que se curan perfectamente. Abrazos.
ResponderBorrarSoraya Villal
Hola querido Alfredo, saludos.
ResponderBorrarEres especial y genio para poder escuchar el canto de las aves, poder interpretar cada nota que sale en alabanza y escribir como es todo tu arte, el verdadero diálogo que por ti pude también percibir.
Excelente imagen y texto caballero.
Rodolfo de Jesùs Chàvez Mercado
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