Cuando ya mi tiempo la creía sepultada
apareció entre legumbres y hortalizas.
Mi boca se largó remolona:
te daré lo
que se te antoje
tres
poemas, una tarde que no termine
y un beso
al filo de tus uñas.
Ella no se
arredró y respondió:
tus
caricias las quiero
donde tu
lujuria quiera entregármelas
y donde mis
ganas de ti se desboquen.
Al tercer
día reaparecimos con la lujuria sin filo
y una larga
sensación de poemas en las ganas.
© Alfredo Cedeño
Me ha gustado Alfredo, sobre todo el final "con la lujuria sin filo y una larga sensación de poemas en las ganas" Un abrazo
ResponderBorrarAmaia Villa
Siempre sorprendente. Siempre original.
ResponderBorrarJavier Sachez
Como siempre un placer... me ha gustado.
ResponderBorrarNuria de Espinosa
Bella forma de resucitar:
ResponderBorrarAl tercer día reaparecimos con la lujuria sin filo
y una larga sensación de poemas en las ganas.
Felicitaciones, Alfredo.
Besitos, amigo.
María Rosa Rodríguez Araya
Me regustó-
ResponderBorrarY ese verso es una perla:
"y una larga sensación de poemas en las ganas"
Martha Alicia Lombardelli
jaja buena combinacion de legumbres y lujuria.
ResponderBorrarMe gusto tu texto, Alfredo
Saludos
Lisset Lopez Bidopia
Muy bueno, Alfredo. Saludos.
ResponderBorrarJuan Mireles
Como siempre te he dicho,muy poco pero que llena mucho! me ha dado mucho gusto leerte Alfredo
ResponderBorrarMinerva Baltazar
Sexo y comida, Siempre una buena combinación me gustó Alfredo, abrazo.
ResponderBorrarEnrique Pilozo Campuzano
Deliciosa resurrecciòn del amor. Hermoso poema.
ResponderBorrarRafael Merida.
Tu poema está para morderlo. Alfredo. Me encanta.
ResponderBorrarAraminta Solizabet Gálvez García
Alfredo, dejas que la lujuria se adueñe de nuestro cuerpo y es bellisimo consumirse en las ganas del autor. Saludos.
ResponderBorrarEvelyn M. Alejandre
¡Esta es la poesía que me gusta, chingao! Las imágenes y las metáforas "justo donde duelen", una brevedad brutal ("lo bueno si breve, dos veces bueno), la sencillez bien depurada y la honestidad para la voz del autor. Felicidades maestro.
ResponderBorrarNeftalí Báez R
¡Fresco poema!, me sentí como una sensual lechuga al leerlo!!!
ResponderBorrarSaludos
Mariana Muñoz Nava
Grandes versos, Alfredo, esa mescolanza lujuriosa nos deja satisfechos al llegar al final del poema. Un abrazo
ResponderBorrarJosé Rodríguez Infante
Alfredo... ¡a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga! ;) Muy bueno. Saludos.
ResponderBorrarJuan Manuel Diez Clivillé
muy creativo... el amor entre legumbres y hortalizas es poco usual, pero justamente ahi reside su valor, gracias!
ResponderBorrarMaria A. Mónaco
Vaya que es un poema curioso, pega muy bien con la imagen, al principio me chocó lo de las legumbres pero ya me hice a la idea, que está bueno, desde ya que si, un saludo
ResponderBorrarAna Maria Lencina
Qué bueno, hortalizas y sentimientos. Me gustó mucho.
ResponderBorrarPaloma Hidalgo Díez