no bastan para cubrir la penuria del árbol desnudo.
El acribillar de las chispas de agua es inmarcesible
como si los nueve círculos del infierno renacieran.
Golpeteo que se contradice al volverse savia vital
que florece en pizcas que empapan las tenaces yemas.
© Alfredo Cedeño
El juego de la naturaleza nos muestra la realidad! Hay un camino, siempre lo hay.
ResponderBorrarZafira
Antes de que pongas foto: Es un rosario, de los pequeñitos, circular. Lo estoy viendo.
ResponderBorrarMi abuela tenía uno.
M. Lorena Lucas Moreno
Me colé total... :(
ResponderBorrarLa polisemia, que da para mucho
Precioso de todos modos. Con foto y sin ella.
M. Lorena Lucas Moreno
Magnífico decir, amigo, con estupenda foto.
ResponderBorrarAbrazo
Hermoso y duro y esperanzador al final...muy cargado de emociones. La foto también tiene mucha fuerza pero se refuerza aún más con el poema. En mi opinión esta es una de las ocasiones en que la unión de ambas, imagen y palabra suma mas de 1 + 1 y además el leerlo y verlo añade un montón de sensaciones distintas a esta suma. Me ha gustado mucho Alfredo.
ResponderBorrarUn abrazote
Amaia