Con suma delicadeza el amarillo se dejó caer
sobre un crespón índigo y luego rebotó aéreo,
abajo el verde océano largó sus brazos anchos
y también crestas delgadas de sutilezas vanas,
una tormenta recóndita de arpegios cromáticos…
© Alfredo Cedeño
Me resulta muy bien, amigo.
ResponderBorrarAbrazo