Con todos los colores hice una puerta
para poder abrir y cerrar el arcoíris
cada vez que quisiera soñar sin control,
los afilé borracho en orgía cromática
y tracé fronteras donde Vasarely claudicó
con un amargo revoloteo de guacamayas,
ahora los empuño con suavidad de pícaro
y resucito mis ilusiones que extravié un día
cuando no supe evitar que las machucaran.
© Alfredo Cedeño
Ortocromático.
ResponderBorrarYlleny Rodríguez
Que lindo! Dios bendiga el arcoiris...
ResponderBorrarZafira
Querido amigo, hoy busqué encontrarte en un poema. Ya lo tengo...me siento mejor. Gracias, y hoy doblemente gracias.
ResponderBorrarLa medicina del alma. Gracias.
Andre Laplume.