martes, junio 11, 2013
APÉNDICES
Sus antenas de averiguación perpetua
escarban el fango y navegan los suelos
mientras un inexplicable halo de ternura
mana del rayado mascarón de su concha
y deja una plácida huella de indiferencia.
© Alfredo Cedeño
1 comentario:
José Valle Valdés
11:21 a.m.
Me resultan muy bien, amigo.
Abrazos
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Gracias por interesarte en mis textos y dejarme tu opinión.
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Me resultan muy bien, amigo.
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