Cabalga sobre un mar escarlata
con ritmos equivocados
se acorta o se alarga balbuciente
coloca sus brazos con desgaire
y ejecuta su síncopa de matices.
Se deja abrazar con dulce sigilo
y enrosca manos de estudiantes
que desafían libres las calles
en rauda belleza desbocada
de senderos hasta el horizonte.
© Alfredo Cedeño
Buenisimo gracias por sus publicaciones . Felicidades
ResponderBorrarHermoso!!! Poeta...
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