(Vladimiro Mujica 1)
“Chávez no
ganó por los votos de los pobres, ganó por los votos de la clase media, en una
oleada de indignación que llegó a la conclusión exactamente equivocada: Que no
podíamos estar peor. Es precisamente la
conclusión a la que llega un organismo enfermo: No puedo estar peor, me
abandono y me entrego. Cuando te entregas niegas que tenías fuerzas para pelear.
Pero ya te entregaste, no tienes remedio; ya vendrá otra historia, otra
generación, otro momento. Ya tú diste un paso definitorio en ese proceso de
entrega.” Habla Vladimiro Mujica, uno de los rostros más visibles de la
oposición en el año 2004, como miembro de la Coordinadora Democrática.
Comenzó sus
estudios en el Instituto de Química de la Universidad de Concepción, sur de
Chile, donde lo sorprendió el golpe contra Allende. Le tocó lo mismo que a todo
estudiante extranjero en aquellos días, fue detenido y encerrado en la isla de la
Quiriquina; de allí salió expulsado hacia Venezuela, donde pudo continuar sus
estudios en la Universidad Central de Venezuela donde, y él lo narra con
emoción que no puede simular: “Fue una de las cosas de la generosidad
venezolana, que en momentos de nuestra historia se ha expresado de manera muy
dramática, el Consejo Universitario de la UCV había acordado una cosa
completamente insólita: que todos los estudiantes que vinieran de Chile y simplemente declararan lo que habían estudiado se lo revalidaban. Una decisión
de esas que son difíciles de entender y explicar pero que significó para
nosotros la posibilidad de seguir. Eso era Venezuela. Por eso cuando, saltando
de tema, la gente compra este infausto discurso de que en la Venezuela de antes
no habían posibilidades y que no se podían hacer cosas…”
Nació en La
Pastora, criado en plena calle real de esa parroquia, de San Vicente a Medina,
número 78: “Yo soy caraqueño por los cuatro costados”, proclama sin aspavientos.
Hace poco su cumpleaños fue celebrado por la Universidad de Copenhague, Dinamarca,
organizando el “Taller Internacional sobre Carga, calor y transporte de energía
en uniones moleculares” con la participación de científicos de Estados Unidos,
Brasil, Francia, Alemania, Israel, Países Bajos y Suecia. En la página web de
dicha casa de estudios pude leer: “A lo largo de su carrera, Vladimiro Mujica
ha sido una influencia significativa para muchos investigadores, dando forma a
la naturaleza de la ciencia que hacemos, las preguntas que formulamos y la
forma de ver el campo. Aquí nos unimos para celebrar su 60 cumpleaños y las
contribuciones que ha hecho y sigue haciendo en el área”.
Él no se
refugia en los laboratorios, donde ha realizado y realiza una muy calificada
labor de investigación, para evadir el análisis del escenario venezolano. “Antes
de la llegada del chavismo en Venezuela estaban todos los semáforos en rojo. Por
un lado estaba la declaración, que se convirtió en una especie de mantra, de Ricardo
Hausman de que Venezuela era un país que estaba condenado al éxito; cuando lo cierto
era que Venezuela tenía todas las posibilidades para convertirse en una
sociedad exitosa, pero también estaba en altísimo riesgo porque se había ido
convirtiendo lentamente en varios países a la vez, con una sociedad
profundamente dividida, con la instalación endémica de la pobreza, la
instalación endémica de la destrucción de oportunidades. Todo esto con un
tejido conectivo que era la renta petrolera, que hacía una cosa completamente
explosiva. Eso se fue traduciendo en que las escuelas fueron perdiendo calidad,
junto con la pérdida de ética y de corrupción de los partidos, y todo se
tradujo en que se perdió el tejido conectivo del país, que pudiera articularse
de otra manera y la gente terminó por concebir
a la política como un acto o de imbéciles o de ladrones, y resulta ser
que eso fue un error gravísimo. En toda mi generación la gente se expresaba de
los políticos como si fueran una manga de idiotas, de retrasados mentales; y yo
muchas veces les dije: ¿Pero tú te das cuenta de que los que llamas retrasados
mentales dirigen el país por conductas como la tuya?”
No abandona el
rol profesoral en ningún momento, y explica que cuando se abdica del ejercicio
de la ciudadanía, se abdica tanto de los derechos como de los deberes. “Pierdes,
en cierta manera, el derecho de intervenir en los momentos decisivos, y también
muchos de los deberes porque empiezas a que en la lista de las cosas por las
que te tienes que preocupar primero estás tú, después estas tú, tercero estás
tú, cuarto vienen tus amigos. La preocupación por el colectivo empieza a ser
una cosa completamente abstracta que no te concierne a ti, le concierne a otro,
y eso termina por decantarse en que das por sentada libertad y democracia, las
das como valores adquiridos que no tienes que defender más. Y ese es el punto
donde el país se pierde. En el momento que das la democracia por sentada, dices:
es invulnerable. En el punto que das el sistema por sentado, dices: nada lo
puede fracturar. No terminas por entender que el elemento de fractura viene del
propio sistema y no reconoce las amenazas, tienes un virus”.
Ahonda en su
abordaje y explica que desde el punto de vista evolutivo el cáncer es nuestro gran
competidor, en cuanto a mecanismo de adaptabilidad: “Todo lo que hacen tus
células para defenderse, las células cancerosas lo copian, lo pervierten y se
convierten en unas que no tienen control. Todo lo que nosotros hemos hecho para
adaptarnos, el cáncer se lo copia. Hay un combate permanente. Y en Venezuela
fue creciendo un cáncer ante los ojos de todo el país, y el organismo no reaccionó,
y se permitió creer que era una cosa que se despachaba con otra borrachera de
democracia, un manotón del sistema y se instaló lo que se instaló. No encuentro
ninguna otra palabra para referirme a lo de Venezuela sino una tragedia, en la
cual no todos tenemos las mismas responsabilidades, pero tampoco nos la podemos
imaginar como una especie de castigo divino que cayó en Venezuela porque hicimos
algo muy distinto a lo que ha pasado en otros países del mundo, no, en otros
países del mundo pasaron cosas similares. Todo el advenimiento del nazismo y el
fascismo en Europa viene de una raíz similar. Es doloroso admitirlo pero todo proceso
de nacimiento de los totalitarismos tienen que ver con fracturas sociales que
permite que se cuele un campeón de la gente, y el campeón de la gente termina
por ser el exterminador de las esperanzas de su gente, ese fue el caso de
Hitler, ese fue el caso de Mussolini, en cierta forma fue el de Perón, y
desafortunadamente se convirtió en el caso de Venezuela también; a pesar de que
esos antecedentes fueron señalados una y otra vez. Cuando yo digo estaban
prendidos los semáforos en rojo es que otra gente había dicho lo que estoy
diciendo en este momento, pero la dirigencia del país escogió no atender esto y
no prestarle atención a lo que se venía anunciando como una fractura de todo el
ordenamiento del país”.
Para Mujica la
dirigencia no escogió atender dichos quebrantos por arrogancia, por ceguera,
por comodidad, “y porque realmente nunca vieron la naturaleza del peligro, se
menospreció el peligro y el riesgo. Chávez, el chavismo, al comienzo siempre
fueron menospreciados, inclusive la gente que convirtió eso en su proyecto
político los menospreciaba, y pensaba que eventualmente serían capaces de
controlarlo todo, y de hacerlo de una manera tal que no modificara el status
quo o que si se modificaba lo modificaba a su favor. Mucha gente se anotó en
esa operación porque sintió que muchas cosas iban a seguir iguales, y todas estas cosas convergieron
para que el estamento político no reaccionara adecuadamente y antes, al
contrario, diera ese espectáculo lamentable de la etapa final de la decadencia del
sistema político venezolano de salir de una reina de belleza al jefe del
partido Acción Democrática, y de ese a un candidato improvisado a las doce de
la noche: Salas Römer. Gente que por cierto no es que individualmente no tengan
méritos, ese no es el punto, el punto es: ¿Cómo un sistema político se permite
semejante irrespeto hacia la gente?”
Como buen científico
no es complaciente al evaluar lo que observa, y asienta en su cuaderno de protocolo:
“Ahora nadie tuvo la responsabilidad de que eso ocurriera, y en realidad hubo
muchos responsables que hoy pasan como si no hubieran tenido responsabilidad,
porque se han convertido en víctimas del proyecto autoritario; termina por ser
duro no solamente aceptar que tú fuiste responsable sino ver ahora que te
persiguen… mientras no fueron perseguidos aplaudieron todo el sainete que se
estaba armando”. Conjetura, entre otras hipótesis,
que el quid estuvo en “el equilibrio que probablemente nosotros nunca logramos
alcanzar adecuadamente: que la calidez y la consideración por cuestiones
humanas no entraran en contradicción con la lucha contra la corrupción, que no
entrara en contradicción con una cosa que en Venezuela se corrompió de manera
muy fundamental que era la ética en la política. No logramos encontrar ese
curso medio que nos hubiera llevado a ser un país excepcional: cálido, cercano
y eficaz; en su lugar terminó por imponerse la otra versión que es el de un
pueblo que cree que tiene derecho a todo sin hacer nada, un pueblo rentista”.
Cree que hemos
ido aprendiendo como sociedad, aunque no lo suficiente; piensa que aunque nos
hemos deteriorado tremendamente, “no lo suficiente como para entender que no
hay marcha atrás y que si no peleas, sino muestras que estás dispuesto a
enfrentarte terminas paralizado por el miedo, y estos son maestros del
miedo, maestros del terror, y el terror más grande que tú puedes infundir a una
población es el temor del caos violento, porque ese no respeta ni a tu hijo, ni
a tu mamá, a nadie. La arrechera de la
gente es completamente inefectiva desde el punto de vista político a menos que
esté direccionada y solamente la puede direccionar que se convierta, en que esa
molestia adquiera norte político, si no lo que tienes es la receta ideal para
el caos, no para la transformación. En el caos se termina por beneficiar los
sectores más violentos que ya existen, o los nuevos que se van a expresar
cuando aparezca ese escenario, que son impredecibles. Ahí está, con todas las
diferencias, lo que la gente saludó al comienzo como la gran primavera árabe con
la caída de los regímenes en Libia, Egipto, estuvo a punto de caer en Siria, pasó
antes en Irak y ahí tienes tu primavera árabe. Primavera árabe es el ISIS. ¿Qué
ocurre?, que cuando te metes en una operación de sustitución del poder por algo
que no está organizado para agarrar el poder, sin condiciones para hacerlo, terminas
por aterrizar, con mucha frecuencia, en una situación aún peor, fue lo que
pasó. El ISIS es la imagen especular de todo lo que Occidente ha hecho mal: Occidente
no encontró como tratar con el fundamentalismo musulmán, ahí está una parte del
fundamentalismo musulmán que tiene una minoría; Occidente invadió Irak y
desmanteló el ejército, ahí están ellos nutriéndose del ejército de Irak; Occidente
no encontró una respuesta política equilibrada, ahí están ellos creando una
respuesta desequilibrada. Eso es lo que termina por ocurrir. Cuando uno dice en
Venezuela un levantamiento, ¿un levantamiento de qué contra quién?, para yo
saber, porque un levantamiento no dirigido… Las muertes son todas dolorosas,
por supuesto, lo que tiene rato escribiendo tu cura favorito, el que está en
Petare, Alejandro Moreno, y tiene toda la razón en lo que dice, no puede ser
más cierto, se ha ido estableciendo un desplazamiento paulatino de todos los
estamentos de control del Estado y se les ha ido cediendo a mafias y grupos de
delincuentes que están articulados entre ellos y que el Gobierno responde a una
ilegalidad con otra ilegalidad: La OLP son razzias contra el pueblo, como lo ha dicho
PROVEA. El cura Moreno lo que dice es verdad”.
El catedrático
que también fue investigador del Instituto Fritz Haber en Alemania, y que desde
fines del siglo pasado es Senior Research Associate de la Northwestern
University, Illinois, donde fue Docente Investigador entre 2005 y 2009, y ahora
está en Arizona State University, en la actualidad dicta clases allí. Afirma
que no es verdad que Venezuela sea un caso excepcional nunca visto. “El faro de
la democracia y de la filosofía de Occidente que era Alemania, que lo heredó de
los griegos, cayó en manos del nazismo en una operación de librito de la cual
la gente escoge no recordarla. En Mi Lucha está dicho todo lo que iban a hacer,
incluido el transformar el nacionalsocialismo en un movimiento político de
masas para apoderarse de la democracia y utilizar los mecanismos de la
democracia para hacerse con los resortes del poder. Y tú dices: ¿Y a Hitler
quién lo puso en el poder? Los votos del pueblo alemán, ¿ganó por mayoría?, no,
no ganó por mayoría, sacó el 34% de los votos en las elecciones al Reichstag
pero fue nombrado Canciller, una historia de librito”. No puedo dejar de pensar
que el Führer se anticipó al caso de Venezuela donde con el 33,335% del
electorado inscrito para ese momento, Chávez hizo que las instituciones todas
se bajaron los pantalones ante él.
Mujica asegura
que hay que superar las náuseas y leer el librito de Hitler, “porque es muy
instructivo, toda la primera parte donde se declara un líder popular, y declara
al pueblo alemán, no a los militares de Alemania, traicionado por la burguesía.
Si el faro de Occidente y de cuanta filosofía extraordinaria, y música
extraordinaria, ideas extraordinarias, que fue Alemania, con ciencia de primera
línea, cultura de primera línea, cayó en manos de la barbarie, ¿por qué Venezuela
es un caso excepcional? Lo que pasa es que Venezuela es un caso de librito más
bien que excepcional. Es un caso de librito sobre cómo todo el proceso de
desarticulación del sistema de partidos, del sistema democrático, dejó a la
sociedad venezolana inerme, con la participación de muchos sectores de la
intelligentsia del liderazgo venezolano que cayeron en la trampa de que no
podíamos estar peor y que era necesario abrirle la oportunidad al hombre a
caballo para que salvara al país”.
© Alfredo Cedeño
PD: La próxima semana entregaré
la segunda parte de esta entrevista.
Buenos días , Alfredo,....el editorial de hoy, a persar de ser una entrega parcial, abre las expectativas de un tema que necesita ser analizado con atención, puesto que se relaciona no solo con la actitud de unas sociedad, sino que es el espejodonde debemos mirarnos todos los sudamericanos. TODOS HEMOS CAÍDO EN LA MISMA TRAMPA.
ResponderBorrarTodos hemos cometido un error similar. Te aclaro, que la ciudadanía obra con la inocencia propia de la gente buena, tratando de mejorar. En tanto la otra parte,...la que pretende en poder sin límites, ( muy similar al Estado Islámico) obra con maldad, con la maquiavelica idea de sojuzgar, de negar lo innegable, de creer que todo es válido para conseguir un fin. Están enfermos y su accionar puede pergeñar los mil artilugios de la peor calaña para vencer. Debemos estar atentos. Los cambios vienen llegando. El imperio del mal no cae, se derrumba...esperemos la segunda parte de Mujica.. Fuerte abrazo ( Democrático , por supuesto)Juan Angel Petta - Argentina
Excelente entrevista. Siempre he tenido una buena impresión de Vladimiro. A pesar de que nunca he conversado con él, comulgo con lo que dice en esta entrevista. Efectivamente la decadencia de los últimos años del llamado período democrático anunciaban que Venezuela iba por mal camino. Lamentablemente escogimos otro peor y estamos sufriendo consecuencias no deseadas. Abrazos.
ResponderBorrarEddie Ramirez
Una entrevista muy bien estructurada para su lectura y el contenido que tiene que ver mi historia familiar y de mi nacionalidad me gusto muchísimo, muy objetivo. Comparto el análisis. Reconocimiento al entrevistado y al entrevistador.
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