“Don Alfredo,
la cuestión es que los jefes se iban a los restaurantes en Las Mercedes y se
reunían con los chivos rojitos y comían y bebían toda una tarde, y ellos oían
lo que querían oír. Los del gobierno, ni pendejos, siempre les decían que eso
era de la boca pá fuera y que eso se iba a arreglar en cualquier momento, y que
dejaran el culillo. A uno no lo oían. Y cuando mandaban los informes al
“imperio” esto era una maravilla. La verdad que no sé cómo es que no les han
quitado la cabeza, porque ellos son los verdaderos responsables de ese mono que
tienen en dólares con nosotros, porque estoy seguro que si hubieran informado a
la matriz de cómo estaban las cosas otro gallo hubiera cantado. ¿Quién les
cobra ahora?” Con esas palabras me contó el gerente medio de una firma
trasnacional, establecida en Venezuela desde hace varias décadas, el drama que
vive la compañía para la cual trabaja.
“Ay negrito,
estamos al borde, todos los días hay que cambiar precios, y siempre hacia abajo
porque si se nos ocurre poner los que son, nos cierran y nos llevan presos
desde el vigilante hasta la vicepresidente del negocio. Yo supe, porque se lo
oí decir al mensajero de uno de los chivos que los productores de huevos van a
empezar la semana que viene a enterrar las gallinas porque les es absolutamente
imposible poder entregarnos las ñemas a esos precios que el bolsa de Arreaza
dijo que hay que venderlos. ¡Será que los vamos a vender de anime!” Así me
describió el panorama que vive a diario la subgerente de una franquicia de una
conocida tienda de comestibles con presencia en todo el país.
“Amigo,
usted no se imagina lo que es esto. Una ve a los fiscales cómo andan y no lo
puede creer, parecen muchachos de mandado y no unos profesionales, muchos de
ellos hasta con varios postgrados, a los que arrean como si fueran chivos sin
amo. Los he visto ponerse a dar vueltas a la hora de preparar una decisión como
un papagayo sin rabo, y una, con los años que tiene aquí, sabe cómo se bate el
cobre, cuando lo que tienen que hacer es apegarse a lo que dice la ley, pero
todo el mundo sabe que si lo que fallan no es lo que quiere la señora, o lo que
mandó a pedir cualquiera de los jefes, están metidos en el vainero de su vida
y, la verdad hay que decirla, no todo el mundo tiene los pantalones bien
puestos para plantársele a quien sea y hacer su trabajo como lo tiene que
hacer. ¡Aquí la ley y la justicia son tuertas, rencas y boquinetas!” Es el
testimonio de una amiga que trabaja en nuestro flamante Ministerio Público, que
se supone es el garante de la observancia y cumplimiento de las leyes
venezolanas.
“Mi
pana, aquí no hay quien haga las vainas como son porque tú sabes que te tiras
un procedimiento y como esté metido un sobrino, o un ahijado, o un primo, o un
comemuslos, o lo que sea de quien sea, te metes en el peo de tu vida, porque no
ha terminado el día cuando ya te han puesto a jugar banco, o te han trasladado,
o quien quita que hasta te ponen a lavar baños, y como aquí no hay jerarquía
que valga a la hora de la chiquita cuando te quieren volver la vida una
zaranda, hay que bailar pegado y al son que ellos dicen, no nos queda otra. ¿Tú
no te enteraste lo de “El Picure”? Eso no es paja, hermano, eso fue así, por
fin se le pudieron poner los ganchos en
plena avenida Urdaneta y el tipo lo que hacía era reírse, y decirle a los
cursos que lo dejaran irse y que agarraran esa paca de billetes que cargaba.
Ellos lo que pensaron era que lo menos que les salía era ascenso, ¡estaban
coronados! Nanai nanai, ni siquiera llegaron con él porque los llamaron y les
dieron la orden que lo soltaran. No lo podían creer, y hasta un peo le formaron
al que recibió la llamada. Dos renunciaron y a los demás los cambiaron de
División. ¿Así a quién le quedan ganas de trabajar en serio? Por eso es que
aquí muchos se han dejado de pendejadas y agarran lo que les tiran los propios
bichitos cuando le echan manos. Además, chico, con este sueldo ¿cómo hace uno cuando
llega a la casa y la cuaima te pide lo del mercado? ” Es la versión que me da
un funcionario del CICPC sobre el ambiente interno en su centro de trabajo.
“El ministro me
llamó y me ofreció el viceministerio, pero yo no pude aceptarle. Tú me conoces,
y sabes que estuve bien comprometida con el propio comandante, yo creí en esto,
pero ya lo que está pasando no tiene nombre y le dije que no podía hacerme cómplice
de todo este desastre. Gritó, dijo lo que le dio la gana y me tiró el teléfono.
No me preguntes por qué no acepté, bien sabes todas las críticas que tengo
desde hace un rato bastante largo. Como tú mismo me has dicho si yo hablara la
gente van a decir que soy mitómana y que me estoy inventando cosas para hacerme
la importante, tú sabes que no es el caso”. La voz es firme, como siempre ha sido ella en
sus posiciones de vida, pero la mezcla de amargura, decepción y tristeza en la
voz de esta ex altísima funcionaria roja rojita es inocultable. El desdén hacia
sus otrora compañeros de camino ahora en la casta gubernamental, se siente
infinito.
“El general
nos reunió a todos los directores en su despacho y ahí empezó con una perorata
que aquello daba pena ajena, después cuando salimos un compañero me dijo:
Habrase visto un general de la república en semejante vaina. Nos dijo una y
otra vez que si no votábamos el 6 de diciembre por los candidatos de nuestro comandante,
el lunes 7 íbamos a estar todos desempleados, porque los escuálidos iban a
amanecer botándonos sin excepción. Eso
es lo que pasa con todos esos animales, creen que los demás son tan brutos e ignorantes
como ellos, yo no soy director de gratis, yo sé que me tienen ganas desde hace
mucho tiempo porque aunque a veces voy a las marchas, porque no me queda más
remedio, más de una vez he soltado una de las mías; pero tampoco se atreven a
echarme porque sin mi trabajo se les embochincharía todo”. Es otro viejo amigo
que ocupa una dirección general de uno de los tantos organismos públicos
nacionales.
“Ay amigo si yo le contara los memos que a
veces me pone el doctorcito ese a pasarle a la gente, no sé cómo no les da ni vergüenza
que ni escribir saben. Un día de estos me voy a dejar de pendejeras y le voy a
poner sus burralidades tal como me las pasa porque estoy segura que ni cuenta
se va a dar y va a firmar. Imagínate que el otro día me mando a anunciar sus
desiciones, así mismo como te lo digo, y cuando lo corregí y se lo pasé para la
firma, tuvo la cachaza de armarme aquel soberano peo porque había escrito
decisiones… ¡Y cómo guisan! Aquello es una pedidera de real para todo, ahí el
que no se baja de la mula se puede sentar a esperar la muerte, porque eso no le
va a salir. Y así mismo ha sido con todos los que he visto pasar en todos estos
años rojos”. Ella es secretaria de la dirección general de un vistoso
ministerio.
“Hermano
perdona que no pueda llegar, pero llevan días que no me quitan el ojo y ni de vaina
me arriesgo a tomarme ese café contigo, no tienes idea de la cantidad de sapos
que hay allá. No te confíes para nada, y no dejes de estar alerta. Tu pana de
siempre”. Es la nota que me hizo llegar un querido amigo, y oficial activo de
las Fuerzas Armadas, con quien debía desayunar en el aeropuerto.
Llamadas, reuniones fugaces por medidas de seguridad,
correos, notas de voz, mensajes de texto, chats, WhatsApp, notas garrapateadas
en servilletas, son múltiples las vías por las que me llegan informaciones.
Cada una de ellas me ha encrespado el ánimo en su oportunidad. ¿Cómo no
basquear, unas veces más que otras, ante ellas? ¿Hay manera de mantenerse
impasible y jugar al lord inglés ante esta desazón e indignación que se te
planta en la vida? Situaciones que arman un espeso entrecruzar de palabras que describen
a retazos lo que vive Venezuela. E insisto en mi cantaleta: ¿Cómo se prepara la
dirigencia opositora para resolver de la mejor manera esta sucesión de acertijos
en que se nos ha convertido el país? ¿Acaso la estrategia es jugar a la reposición
de aquella ahora lejana pieza de Antonio Miranda Tu país está feliz? Y por supuesto nuestros dirigentes no esperan otra
cosa que ante los versos que rezan:
El hambre es
cosa de la India
desempleo no
existe
no hay
ranchos ni miseria
no hay
analfabetismo
y tu duermes
sobre un pozo de petróleo.
nosotros todos entusiastas coreemos, cual miembros de aquel elenco
inaugural dirigido por Carlitos Giménez, aquello de: ¡Tu país está feliz! Por
eso es que no soportan que un grupo nos empeñemos en martillar: Prohibido
olvidar…
© Alfredo Cedeño
Gracias. Cada testimonio reproduce por sí solo lo que acontece por todo el país. ¿Cómo salir de esto, con votos nada más? Un abrazo.
ResponderBorrarAlejandro Moreno
Alfredo muy bueno tu artículo de hoy, como casi todos. Se pueden poner en Facebook? Espero estés bien y te cuides.
ResponderBorrarRaquel
Es increíble. Con la destrucción que veo, sufro y siento a diario y aún el oficialismo tiene esa cantidad de votantes. !!!
ResponderBorrarFui a comprar medicinas de tratamiento continuo NADA (uno, dos tres cuatro , NADA.
El gentío aglomerado para comprar en Madeirense era como nunca. Malos olores como de obreros que han trabajado todo el día a sol. No eran obreros, eran mujeres que como nunca andan en ese estado deplorable y sufrido.Aspecto cansado, agotado. Mujeres amamantando en la acera al bebe´, Niños allí cansados, sudorosos, a pleno sol.
El Hospital central: hamacas en las zonas externas (no se puede llamar jardines) durmiendo familiares. Los baños de los estudiantes de guardia SIN AgUA!!!!!!1. No tienen esa tela para poner el yeso. salen a comprar y cuesta 2000 Bs.
Antier tres atracaos en la plaza de mi urbanización.
El kilo de verduras no baja de 200 bs. Dos platanos y limones: 200Bs.
Reparé aire acondicionado de mi sala , el compresor nuevo: 180.000 bs!!!!! Les dije a todos "Mi aguinaldo este año es comerse su hallaca en ese salón para que lo disfruten!
Entonces cómo, quién, en su sano juicio puede votar por esta calamidad?
Vivian G
El país todo es Cruz y Grama. La primera la llevamos nosotros, la otra la dicen, siembran y recogen, los otros. Buen artículo Querido Alfredo.
ResponderBorrarYlleny Rodríguez
Realmente el drama que estamos viviendo es cada dia peor, hay gente que toda su vida ha criado sus gallinas y vive de eso de las postura de las gallinas y ahora las van a tener que sacrificar porque ademas que no tiene que darles de comer no las pueden cuidar, sin vacunas y sin los otros articulos que necesitan para sus cuidado.
ResponderBorrarEs deprimente todo lo que uno ve,y mientras tantos ellos dandose la gran vida