A riesgo de que
puedan pensar que uno es un beato de esos que mean agua bendita, y sin estar poseído
del acceso místico que alguna vez padeció una de las hijas del doctor Matute
allá en Los Teques, hoy recurro a la Biblia
para buscar material para mi nota de hoy. Ella, al igual que el Quijote, es venero inagotable para
cualquiera sea el tema al que uno quiera entrarle. Es así como en el capítulo
19 encuentro, a mitad del Salmo 42, los versículos:
Un abismo llama a otro abismo
en el rugir de tus cascadas
¿Cómo evito pensar en aquellos llamados atronadores del difunto
intergaláctico con la cantaleta inmisericorde a que nos sometió desde el miércoles
10 enero del 2007, cuando se juramentó por tercera vez como presidente de
Venezuela, y proclamó desde el hemiciclo nacional: Patria, Socialismo o Muerte?
No es necesario abundar
en el martilleo al que estuvo sometido el país desde ese día por el ahora
finado comandante extraterrenal. Fueron años de padecer la bendita arenga que
convocaba a Mictecacíhuatl, Hécate, Perséfone, o Tuoni, escoja usted como
quiera denominar a La Pelona. Hasta que en la noche del 27 de julio de 2011, en
el marco de la celebración de su cumpleaños 57, desde el llamado Balcón del Pueblo
anunció con su habitual estilo rocambolesco: “Aquí no habrá muerte, tenemos que
vivir y tenemos que vencer, por eso propongo otros lemas: Patria, socialista y
Victoria, viviremos y venceremos”. Como hubiera dicho el ya también extinto ex presidente
Luis Herrera Campins: Tarde piaste pajarito…
Fueron 4 años y
198 días en los que él y su pandilla se dedicaron con inmarcesible entusiasmo a
proclamar el poco agraciado lema. Esa bendita frase fue utilizada como una
suerte de purgante que nos suministraron
por todas las vías imaginables. En las Fuerzas Armadas se empleó para echar a
todos aquellos que no fueran sumisos acatantes de tal bodrio. El recientemente
asesinado en Caucagua, junto a su esposa, general de División Jorge Enrique
González Arreaza, hostigó entre las filas de la Guardia Nacional a todos
aquellos que se negaban a pronunciar dicho lema; incluso presionó a un respetado
oficial de esas fuerzas para que le informara quiénes eran los miembros de un
supuesto movimiento “El honor es nuestra divisa”, y ante la negativa de lo que
no existía le informó que jamás llegaría al séptimo escalón de la jerarquía. Lamentablemente,
ahora el alto oficial recibió treinta raciones de la consigna que él había
abrazado con tanto entusiasmo.
La lista de
dirigentes rojitos que cruzaron el río Aqueronte en la barca de Caronte en ese
lapso fue notoria. Cito algunos de los que le pagaron óbolo al barquero: Luis
Tascón y el general Alberto Müller Rojas lo hicieron en agosto del 2010, el día
10 el primero de ellos y el 11 el segundo; les siguió William Lara, el 10 de
septiembre del mismo año. Tras una pausa de casi seis meses el turno fue para
Lina Ron, el 5 de marzo del 2011; y el mismo año, el 20 de junio, le tocó el
turno al ex contralor general de la República Clodosbaldo Russian. No en ese
lapso, pero también fueron cuentadantes ante las Parcas: Danilo Anderson, Eliecer
Otayza y Carlos Escarrá, por citar tres de los más notables acompañantes del
ahora eterno difunto.
La fuerza y poder
de la palabra ha sido abordado infinidad de veces por distintos creadores y especialistas.
Uno de ellos el japonés Masaru Emoto lleva ya años asombrando con las
investigaciones publicadas en su libro Los
Mensajes del Agua donde muestra cómo palabras, pensamientos y música impactan
y modelan el mundo que nos rodea. Por ejemplo, al hacer fotografías de los
cristales formados por agua destilada expuesta a la sinfonía Nº40 en Sol menor de Mozart, estos tomaron formas
delicadas y simétricas; cuando una muestra de la misma agua se expuso a la
canción de Elvis Presley El Hotel de
laTristeza, el resultado fue que los cristales helados se partieron en dos.
Cuando las muestras de agua fueron “bombardeadas”
con música heavy metal o expuestas a palabras negativas, o cuando se enfocaron
sobre ellas intencionadamente, pensamientos o emociones negativos, el agua no
formó cristales y en su lugar se crearon estructuras caóticas y fragmentadas.
Es inevitable que, al divagar en torno a la carga
patentemente negativa que el extinto
rojo mayor nos insuflara a través de sus años de grandilocuente ejercicio
de la política, a la memoria me salte un fragmento del monólogo del personaje Bernardo Saguen en Sátiro o El poder de las palabras de Vicente Huidobro: “Sólo me
queda escribir de lo más sincero, lo más vivo en el fondo de mi alma.
Obscuridad completa. Tinieblas tinieblas.”
Si algo no se puede negar es que con los
maduristas, entes en que han devenido los chavistas, se cumple a carta cabal
aquello de: Nadie aprende en cabeza ajena. Es así como esta tarde el bigotudo
bailarín, entiéndase el presidente Nicolás Maduro, aseguró en el 23 de Enero,
durante la celebración del XIII aniversario de la misión Barrio Adentro, que a
la Asamblea Nacional le va llegar su hora. Es decir se heredó la actitud y el
verbo del muerto. Creo que alguien
debiera decirle a ese señor que los versículos restantes del trozo de aquel citado salmo, el 42, tal vez fueron entendido
por su antecesor en sus días finales:
todas tus ondas y tus olas
se han precipitado sobre mí.
Sería bueno que oyera la voz de ese pueblo al que tanto le gusta
aludir y respetar aquel viejo adagio: No invoques…
© Alfredo Cedeño
Buenos días, Alfredo. No estás amenazando al ínclito heredero pero casi. Te pueden meter preso porque para los rojitos las palabras de libertad producen crímen. Y si no, que lo diga Leopoldo. Un abrazo fuerte.
ResponderBorrarAlejandro Moreno