Amanezco en la
Caracas natal
con el corazón reventado
queriendo cambiar los sollozos de mi hijo
por todas mis inútiles batallas perdidas de amor.
Camino bajo un sudario de lluvia
y un reguero de monedas que salta sobre las aceras
se convierte en una calzada
por la que poco a poco regreso a la nada.
© Alfredo Cedeño
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