Desde el siglo XVIII, el 2 de diciembre de 1766, cuando Suecia proclamó
la tryckfrihet, la libertad de prensa ha disfrutado de la majestad que le
otorga el derecho a que la ciudadanía sea informada. También ha sufrido toda
clase de vicisitudes. Pocas veces como las vividas hoy, jueves 2 de junio de
2016, por diferentes representantes de medios de comunicación en el centro de
Caracas y bajo la mirada complaciente de los aguerridos guardias nacionales.
Los representantes del orden, no solo permitieron la actuación en gavilla de un
grupo de malvivientes de los llamados colectivos oficialistas, sino que cercaron
a los periodistas para que los cretinos rojos mancillaran a mansalva el derecho
a que la colectividad nacional e internacional fuera informada.
Mientras tanto cretinos como Tarek William, taradas como la fiscal Luisa Ortega Díaz, y
así hasta el infinito, no ven ninguna irregularidad en barbaridades como estas
vividas hoy en la avenida Urdaneta de la capital venezolana.
Por medida de precaución no publico el nombre del autor de estas
imágenes en las que se ven como una pandilla roja primero agrede a un equipo de
un medio audiovisual, y luego arremeten contra el reportero gráfico Pablo Pupo con
quien la saña fue más que manifiesta. La hombría de sus atacantes no consideró suficiente
la superioridad numérica sino que uno de los héroes de Maduro utilizó una vara
metálica para golpearle a su antojo, mientras pistola en mano otro de los
hampones que gozan del amparo burocrático oficial se desplazaba a su antojo por
los alrededores. La eficacia militar se manifestó abrumadoramenet para tratar de ocuolatr el rostro del oficial que permitió la acción de sus protegidos.
Duros días los que se viven en Venezuela, y serán peores…
© Alfredo Cedeño
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