Nos mantenemos en
permanente equilibrio entre la vida y la muerte. En 1915 Sigmund Freud habló de
pulsión, lo cual definió como la energía psíquica profunda que dirige la acción
hacia un fin. Algunos comenzaron a hablar de instintos, pero no, era de pulsión
a lo que el bachiller Freud se refería. En 1920 él publicó Más allá del principio del placer donde habló de las pulsiones de
la vida y la muerte, llamándolas de Eros
y Thanatos. Como bien suponen ambos nombres los tomó de la mitología griega, y
más de un descolocado, de esos que nunca falta, dio por sentado que la
referencia a Eros tenía que ver con ciertas actividades horizontales; por lo
que casi se llegó a hablar de lenocinios y funerarias.
Lo cierto es que
el padre del psicoanálisis al hablar de Eros lo hizo con clara visión de lo que
había significado dicho personaje en la mitología helena en la que era
considerado una fuerza cósmica que estuvo presente en la propia constitución
del cosmos y era quien unía a los dioses con los hombres para mantener todo
unido como un continuo. En cuanto a su
contraparte, Thanatos, en efecto era de la muerte de quien hablaba y ahí no
hubo yerro alguno. Por cierto, él era hermano gemelo de Hipnos, el dios del
sueño. Quién sabe si fue por ello que ya
antes el vienés estuvo inmerso en tratar de establecer una interpretación de
ellos en su Die Traumdeutung de 1899.
Tres siglos
antes, en 1600 se dice, Shakespeare escribió Hamlet y allí, luego de su muy manida frase en boca del atormentado
príncipe danés “Ser o no ser”, también puso en su boca unas líneas después: “Morir,
dormir: dormir, tal vez soñar. Sí, ese es el estorbo; pues qué podríamos soñar
en nuestro sueño eterno”. El orden
natural, por tanto, es nacer –vivir–, soñar y morir. Y es así para todo. Vale decir que a veces del soñar nacen
realidades, una hermosas otras horrorosas, hay de las primeras que se tornan en
lo segundo, así como de las segundas que se transforman en lo primero. También
hay realidades que terminan convertidas en necesidades vitales hasta
convertirse en sueños, como parece ser el caso del rescate de la democracia en
Venezuela donde las propuestas se han convertido en un saco de galimatías que
dicen todo para ser nada.
Algo tan sencillo como concertar un movimiento
de real unidad donde los partidos no secuestren en función de sus cuotas la
liberación nacional por lo visto es irrealizable; articular con el mundo
militar, sede del verdadero poder en el país, respuestas institucionales para recobrar
el hilo constitucional es una quimera; convertir el sentimiento de rabia y frustración colectivo en masivas
manifestaciones de protestas es un espejismo; permitir que del seno de la calle
broten sus propios dirigentes es una
fantasía persistentemente denostada por la casta política. Vivimos tiempos en los que el actual
liderazgo lejos de orientar el profundo malestar existente hacia una real
transformación del escenario político, juega más bien a eliminar dicha cólera.
No es gratuita la
absoluta desconfianza que reina, la ausencia de dirección conduce
aceleradamente a una deflagración en la que tirios y troyanos serán abrasados
por su propia torpeza. ¿Hasta cuándo cacarean una victoria que no son capaces
de cobrar? ¿Por qué el empeño suicida de una cofradía opositora sorda y ciega,
que solo parlotea como cacatúas ante el son que les marca el gobierno? El país
se mantiene en ascuas permanentes, el gobierno se encarga de sostener vivas las llamas y no pasa nada. La
gente literalmente está implorando por alguien en quién creer puesto que
aquellos en quienes depositaron su fe se mofaron de su credulidad.
Solo el trabajo
menudo, el de los dirigentes locales, podrá hacernos salir de este pantano
donde chavistas y mudecos nos han sumergido. El poder no está en Miraflores ni en la MUD,
está en cada esquina y en cada barrio, donde una mayoría sólida está decidida a
salir de esta plaga bifronte que nos azota sin clemencia. No pasará mucho tiempo para que se desborde
la desesperanza y la ingenuidad se alce en sangrienta revancha contra quienes
se rieron de ella.
No dejaré de
insistir en la necesidad de establecer alianzas con el mundo militar donde hay
vastos sectores asqueados de lo que estamos viviendo, si las protestas se
sostienen ello conducirá a rebeliones en los componentes castrenses que se
articularán con los civiles y será cuando saldremos de esta pandilla de
bandidos que ejercen el poder. El octubre del año pasado en mi nota La Incógnita militar (http://textosyfotos.blogspot.com/2015/10/la-incognita-militar.html)
hice mis observaciones del caso las cuales mantengo.
Es necesario sumar para este lado a quienes
controlan el poder de fuego. Nos guste o
no, la caída de Chávez el 11 de abril no fue obra exclusiva de la sociedad
civil, hasta que el sector castrense no se le plantó él no salió del poder. Las
viudas ofendidas de la MUD ya armarán la alharaca de rigor, pero sin la
participación militar y el surgimiento de un nuevo liderazgo realmente
comprometido con el país no podremos salir de Maduro, Cabello y su combo.
Repito: Es hora de sumar fuerzas de todo tipo, más aquellas que han de ser
decisivas para plantarse frente al grupo de hampones que nuestra casta política
permitió atornillarse en el poder desde hace ya 17 años cumplidos.
© Alfredo Cedeño
De acuerdo apreciado Alfredo, ese componente es vital, ya sea que actúe o no obedezca órdenes de represión.Abrazos
ResponderBorrarEddie Ramirez
Como siempre tan certero tu escrito. no quedará otra opción la unión con alguna parte de los militares que estén tan hartos como tu y yo de estas plagas ,de ambas plagas régimen y la MUDA .pero eso si no mas ,nunca mas un militar en Miraflores
ResponderBorrarAlfredo amigo, es como querer apagar el fuego con gasolina!! El desespero es valido, pero se me hace que toda la poblacion a la que llaman militar, de por si, no lo es; solo delincuentes vestidos de verde. por tanto, no creo compartir esta vez tus ideas de ser salvados por esa caterva de choros!! El nuevo liderazgo que mencionas esta en nosotros mismos, no mas militares, ya basta!!
ResponderBorrarRoberto Arocha ·
Alfredo: aplaudo tu decision de hacer referencia a los militares nuevamente. Ojala muchos hicieran lo que tú hicistes este domingo.
ResponderBorrarSaludos,
Bernardo Marquez
Me gustó su artículo. Comparto su opinión. Pero, imagino, la unidad ya debe tener mucho tiempo en conversación con las fuerzas nilitares. De lo contrario sería confiar el rescate del orden constitucional al Espíritu Santo. Cosa que ya hemos hecho con su representante en El Diálogo y, como sabemos, no ha conducido a nada. Buen día.
ResponderBorrarObdulio Alvarez
El mundillo militar esta controlado y comandado desde la cima hasta el ultimo peloton por incondicionales del regimen, adoctrinados en la defensa como sea de esta dictadura mafiosa y encima estan vigilados por los sapos criollos y el G-2, los pocos no corrompidos y no complices no tienen mando ni ocupan posiciones decisivas, asi que es fantasia pensar y contar con una respuesta militar ajustada a la democracia y leyes, la fanb fue purgada y preparada para ser el sosten del regimen despues del 11A , esa situacion no se repetirá
ResponderBorrarEtanislao Vergara