Hace menos de
ocho meses me formulé en este mismo espacio la pregunta: ¿Gobernará Trump Estados
Unidos? Y hace poco los votantes estadounidenses respondieron: Sí. En aquella ocasión
formulé una serie de preguntas entre las cuales la más pertinente para este momento
es: ¿Hay quienes realmente entiendan lo que está ocurriendo políticamente en el
seno de la primera economía del mundo? Basta leer lo que unos y otros han
escrito con inocultable pavor, algunos gozosos otros aterrados, pero pavor al
fin, sobre las elecciones del pasado 8 de noviembre.
Al Alimón tomo
las frases de un connotado vocero opositor venezolano, habitual contertulio de
cuanto evento antichavista hay, quien arranca su artículo así: “Ni más ni
menos. Con la elección de Trump triunfó el chavismo en Estados Unidos, lo cual
demuestra que esa tendencia –o tal vez enfermedad- que es el populismo no es
patrimonio exclusivo de nuestra muy golpeada América Latina”.
Por su parte el Ejecutivo
venezolano se pronunció de la siguiente manera y copio textualmente: “El
Gobierno bolivariano de Venezuela felicita al Presidente electo Donald Trump, y
hace votos para que se pueda avanzar en un futuro donde impere el respeto a los
principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas, que consagra la
igualdad soberana de los Estados y la autodeterminación de los pueblos”. Tono
que en nada se asemeja al empleado por Gofiote Maduro el 30 de junio del 2015
cuando desde su bodrio televisivo En contacto
con Maduro dijo que era “un verdadero pelucón, el papá de los pelucones...
the father of the pelucons”. Para cerrar catalogándolo de enfermo mental lleno
de odio.
Como era de
esperarse la MUD no podía dejar de aparecer en la foto y salió rauda, ¡por fin
alguna vez lo hace!, a declarar al respecto y en un comunicado salmodió: “Estados
Unidos es un país con instituciones políticas sólidas y unas convicciones
democráticas bien arraigadas. En medio de las incertidumbres y complejidades
del momento, los venezolanos confiamos en que nuestros países mantendrán unas
relaciones respetuosas como corresponde a naciones civilizadas. Venezuela y
Estados Unidos son países socios que comparten intereses comunes que deben
prevalecer más allá de las circunstancias políticas”. Confieso que cuando leía este párrafo sufrí
una especie de déjà vu, por no decir
un verdadero patuque en mis ya enredadas entendederas porque por un momento no
sabía si leía un comunicado oficial o de la oposición. Aunque tal vez es que ya
se están sincerando y asumiendo que a final de cuentas son la misma cosa.
El ubicuo papa
Francisco, quien no deja de meter la cucharada en cuanto caldo pueda hacerlo no
se quedó atrás y respondió al periodista italiano Eugenio Scalfari, para
entrevista exclusiva al periódico La
Repubblica: “Trump? No juzgo, me interesa solamente si hace sufrir a los
pobres”. Ante cualquiera duda respecto a sus palabras exactas coloco el titular
original de dicho diario:
“Trump? Non giudico mi interesa soltanto se fa soffrire i poveri”.
En este momento
por insinuación de un querido amigo oigo a Soledad Bravo cantando los versos de
Violeta Parra de Qué dirá el Santo Padre:
Miren como nos hablan de
libertad
cuando de allá nos privan en
realidad.
Miren como pregonan tranquilidad
cuando nos atormenta la
autoridad.
Que dirá el santo padre
que vive en Roma
que le están degollando
a su paloma
Creo que bien puedo parafrasear la primera frase
del muy mentado Manifiesto del Partido Comunista
con la que Marx y Engels arrancan: “Un fantasma recorre Europa: el fantasma del
comunismo”; y digo: Un fantasma recorre el mundo: el fantasma del antitrumpismo
histérico. No cesa de asombrarme la poca
disposición a entender lo que pasó realmente en estas elecciones presidenciales
de Estados Unidos. La lluvia de clichés es inacabable, los cabeza de turco son
los medios y los investigadores de la opinión pública, es una verdadera ordalía
donde las dentelladas de unos contra todos, y todos contra Trump es casi
risible, de no ser por lo trágico que puede llegar a ser la evolución de este
escenario.
Los grandes medios no se atreven a arremeter contra
el presidente electo, tal vez por miedo a alborotarle las malas pulgas y tildan
a los casi 60 millones de estadounidenses que votaron por él, exactamente 59.937.338, de criminales y
analfabetos. Son los mismos que montan
en cólera y exigen respeto a la voluntad de quienes contra toda previsión
votaron por la versión payasa de Chávez en suelo ibérico. Hablo del infeliz
Pablo Iglesias y su combo que encabezan los rufianes impresentables de Monedero,
Echenique, Montero, et al.
Insisto, nadie dice: Subestimamos al loco y ahora ¿qué
demonios hacemos? Nadie le pone el cascabel al gato y prefieren dedicarse a las
ramas mientras la médula la dejan intacta. ¿Por qué un advenedizo del quehacer político
se lleva por delante a todo el mundo? ¿Es sensato reducir todo a decir que arrolló
la versión gringa de Chávez? ¿Su triunfo no es una campanada rotunda que alerta
de la quiebra de la esperanza en los partidos estadounidenses, sus dirigentes
tradicionales y su desgastada manera de
hacer política? ¿Han aprendido los
grandes medios de siempre que su visión del escenario falló porque lo
interpretaron desde la comodidad de sus elegantes y amplias salas de redacción, mientras perdían
la esencia periodística de oler la calle y sus lectores? Humildad y
responsabilidad no se asoman para nada por ninguna parte, la realidad sigue su
camino mientras los que presumen de ser quienes la conocen e interpretan siguen
mirándose el ombligo. Y el populismo, tanto el de izquierda como el de derecha,
se muerde la cola para dejar botada en el camino a Hillary con su currículo
colosal pero pésima candidatura.
A Trump se le
debe reconocer, y que chillen las gatas de turno, su autenticidad, ganó
diciendo lo que le salía del forro de su arrogancia, se burló de los cánones políticos,
desairó a quien le dio la gana, se metió en medio de un partido al que hizo
suyo y lo llevó al éxito. ¿No hay nada
que aprender de él? Menos mal que él es
el arrogante…
Mientras tanto, y
por si acaso, por aquello de que la lengua es el castigo del cuerpo continuaré
acopiando material para luego en mi rol de cronista refrescar a algunos cuya
memoria pareciera de gallina enana. Vuelvo a leer el mentado comunicado
felicitatorio de la MUD y no puedo menos que preguntarme, ¿era mucho siquiera
felicitarle por sus menciones que ha hecho a la desgracia que vive nuestro
país?
Ahora que las
benditas negociaciones con el malandraje rojo, bajo el amparo de la sacrosanta
institución vaticana, se llevan a cabo bajo las más opacas condiciones recuerdo
a Raimon, otro cantante de esa época dorada de la querida Soledad, y su canción
que fuera emblema subversivo en aquella España maloliente y franquista De vegades la pau no és mes que por (A
veces la paz no es más que miedo):
A veces la paz
cierra las bocas
y ata las manos,
sólo te deja las piernas para
huir.
A veces la paz.
A veces la paz
no es más que eso:
una vacía palabra
para no decir nada.
A veces la paz…
© Alfredo Cedeño
3 comentarios:
Buenos días Alfredo. Al fin y al cabo, ¿qué piensas tú de Trump? A mi me parece que será un presidente norteamericano más con algunas diferencias ciertamente importantes pero no revolucionarias. Hará una política republicana y por tanto de imperio de verdad pero los otros lo han hecho también de imperio aunque más light. El mundo se inclina a los radicalismos de uno y otro signo, lo que es aprovechado por la demagogia. Pasarán pero dejando mucha destrucción. Quizás se pensaba que en USA no tenía posibilidades la demagogia. Falso; son iguales que las masas de todo el mundo. Aquí es claro que el Vaticano está interesado en ayudar a la gente contra el hambre y la carencia de medicinas, no en cambios de régimen político. Creo que lo piensa muy difícil y con peligro de violencia ante lo cual no le parece poder hacer mucho. Quiere lograr lo que se pueda. Posición, por cierto, bastante depresiva. Que logre algo, pero nosotros sí queremos todo y tenemos que lograrlo. Problema nuestro. Los de fuera o no entienden o no quieren o no les parece posible a corto plazo. Un fuerte abrazo.
Alejandro Moreno
Alfredo: me gusto mucho el articulo. Las referencias al santo padre son cada dia mas fuertes. Me rei mucho con el parrafo donde mencionas la arrogancia de Trump que hizo lo que le dio la gana.
Hoy el tema es lo dicho por la MUD sobre los acuerdos y lo que realmente lograron. Ramón Piñango dice que es muy grave dado que están mintiendo descaradamente. Igualmente están las declaraciones de Maria Corina. Creo que una división en la oposición es muy predecible y conveniente para el país.
Saludos,
Bernardo Márquez
Excelente
Monica Beatriz Valbuena-Lopez
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