Era sábado, 19 de
noviembre de 2005, casi mediodía, los documentos de ese caso dicen que las 11 y
45 de la mañana, y en medio del habitual bochorno con que acogota el sol las
afueras de Carora, llegó a la alcabala de la Guardia Nacional en La Pastora un
camión Kodiak blanco. Ese vehículo portaba placas oficiales, las típicas azules
del ejército venezolano: EJ-746, y llevaba un cargamento de lozas para el piso,
su conductor era un civil: Edgard Alfonso Rincón Rangel, empleado del Batallón de Cazadores Coronel
Genaro Vásquez de la Fría, estado Táchira.
Me cuenta una
persona que estaba allí con su vehículo accidentado, que había notado
movimientos agitados entre los guardias nacionales, y que no tenían ojos sino
para los carros que venían desde el occidente. “Hermano, tú podías pasar un
elefante vía Trujillo, pero de allá para acá estaban como una hojilla, sobre
todo con los camiones. Cuando llegó este empezó un movimiento raro, salieron
todos los guardias y unos oficiales del puesto, el chofer puso cara así de
sobrado y les dijo: ¿Qué fue curso? Aquí llevo una encomienda de mi
comandante Pedro para una casa que está haciendo en la vía de Puerto Cabello.
Cuando uno de los oficiales le dijo que se metiera con el camión hacia el comando,
el hombre se quiso alebrestar y empezó a decir que si esa era la colaboración
de la guardia con una fuerza hermana, y patatín, pátatán. Naiboa, hermano, lo
mandaron a la parte atrás y como a la hora se sintió del lado de afuera el
zaperoco. Y tú sabes cómo somos aquí de habladores, a los cinco minutos
sabíamos por uno de ellos mismos que habían encontrado en el camión ¡más de dos
toneladas de cocaína!”
Lo que les estoy
escribiendo es cómo arrancó el caso del llamado edecán de doña Elena de
Chávez. Más adelante se supo que dicho
cargamento del cotizado estimulante era propiedad del teniente coronel Pedro
José Maggino Belicchi, “titular de la cédula
de identidad N° 5.784.387”, quien no sólo había sido edecán de la madre del
comandante intergaláctico, sino también comandante del mencionado batallón
donde estaba empleado Rincón Rangel. Pero, un
momento, resulta que este señor conductor también tenía su abolengo: era primo del general
Henry Rangel Silva, sí, ese mismo que fue Ministro de la Defensa y ahora es
gobernador del estado Trujillo…
Las informaciones
que me han llegado es que este cargamento había llegado desde Colombia a
Táchira vía Puerto Santander hasta Orope y en el puesto militar de esa
población tachirense se habían cargado las dos toneladas y cuarto de la droga
en el carromato citado, donde llegó con sus placas originales: 36P-GAU, las
cuales fueron cambiadas por las militares que ya les describí en el primer
párrafo. Las investigaciones que se
llevaron a cabo dejaron saber un cumulo de irregularidades de todo tipo que
apuntaban hacia una mafia verde-rojita en la que había de todo, menos honor o
cosa alguna por el estilo.
Se supo que el
“dueño” de la mercancía, el comandante Maggino Belichi, había estado con el
conductor hasta las 6 de la mañana de ese día, hora en la que se retiró para
dirigirse a la casa de sus padres en Pampán, estado Trujillo. Y esto me hace
pensar en otras cosas: de Trujillo no solo es el ex ministro Rangel Silva,
también es de ese estado el flamante ex ministro de energía y minas, ex
presidente de PDVSA y actual embajador nuestro ante la Organización de Naciones
Unidas, Rafael Darío Ramírez Carreño, quien nació en el mismo pueblo de
residencia de los padres de Maggino, léase: Pampán.
Para continuar
con mi ejercicio de paranoia militante, o cómo se les antoje definirla, quiero
hacer referencia a que en el año 2005 el jefe de la delegación del Cuerpo de
Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) del estado
Trujillo era el comisario Norman Danilo Puerta Valera, quien años más tarde
sería jefe de la división antidrogas a escala nacional de dicho cuerpo, para
finalmente cerrar con broche de oro sus 28 años y nueve meses en el cuerpo de
investigaciones policiales al ser detenido el lunes 7 de junio de 2010 en
Andorra por una cuenta con un poco más de un millón de dólares que tenía en
dicho principado europeo.
Pero siguiendo
con el hilo del edecán de misia Elena es bueno decir que el honorable oficial Maggino,
fue designado jefe del Departamento de Personal Civil de la Academia Militar de
Venezuela el 19 de enero de 2006 y su causa fue sobreseída el 16 de Mayo de
2007. Más tarde lo enviaron en comisión de servicio a Argentina durante dos
años, y también ascendido a Coronel. Fin
de fines que todos los capturados a raíz de ese cargamento de drogas quedaron
en libertad, una vez que la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de
Justicia se avocó al caso. ¿Saben quién
presidía esa instancia? El ahora juglar de las triquiñuelas judiciales rojas, y
no menos “honorable”, Eladio Aponte Aponte.
Debo decir que comenzando el año 2007, en enero por
mejores señas, el entonces ministro de la Defensa, Raúl Baduel, le dirigió una correspondencia
al comandante difunto donde le decía: ”Existen suficientes elementos que
vinculan de manera directa al G/B (Ej) Henry de Jesús Rangel Silva con la
investigación y juicio seguido por la Fiscalía” refiriéndose al caso Orope, que
fue como bautizaron el alijo del oficial trujillano. En esa carta, Baduel
resaltaba que el conductor del camión
Chevrolet Kodiak era primo de Rangel “con quien ha mantenido comunicación
telefónica”. El ministro cerraba sus líneas: “Muy respetuosamente sugiero se
abra una profunda investigación y auditoría de sus bienes, al Ciudadano G/B
(Ej) Henry de Jesús Rangel Silva, y el cese de sus actividades laborales,…”.
Como ya les dije el señor no sólo no fue investigado sino que ocupó tiempo más
tarde, el cargo de quien lo señalaba ante el Primer Magistrado, sino que este
también lo impuso como candidato a la gobernación de su estado natal, donde en
las elecciones regionales del 16 de diciembre de 2012, fue electo por el 82,30%
de los votos…
Ahora bien, les
he estado hablando del caso del edecán materno, y para que vean que en esa
familia modelo la paridad de género es algo respetado a pies juntillas, pues
este viernes 12 de febrero, en la misma vía donde le echaron mano a la carga blanca,
que no adeca, del comandante ya citado en varias ocasiones, ahora le tocó el
turno al edecán paterno, el mayor del Ejército Juan José Sorja Ojeda, de quien
han informado era también asistente y enfermero del maestro Hugo de los Reyes.
Esta vez, el
rango del estraperlista era menor, y quizás por aquello de honrar las
jerarquías, tema al que son muy sensibles en el mundo militar, le encontraron
un poco menos de media tonelada del codiciado clorhidrato. Esta vez el vehículo
en el que realizaban el traslado sí era genuinamente militar. Como pueden ver
el espíritu corporativo ha imbuido a cabalidad las faenas castrenses. He de
confesar que soy incapaz de acunar algún mal pensamiento, y que siempre he
rehuido aquello de piensa mal y acertarás. No señores, nada de eso. Creo que
alguien debiera decirles a los señores Chávez que no pueden seguir siendo tan
permisivos con su personal de servicio. ¿Qué van a decir los vecinos cuando se
enteren de eso? No señor, ellos tienen que aprender a darse su puesto para que
esos muchachos no sigan haciendo esas vagabunderías y los continúen sorprendiendo
en su buena fe. Ese par de honorables ancianos deben estar que ni comen ni
duermen del sofoco que los han hecho pasar.
© Alfredo Cedeño
2 comentarios:
Gracias, Alfredo. Todo el cercano, muy cercano, entorno de los altos familiares de los altos jefes chavistas, están hasta el cuello metidos en el narcotráfico. ¿No lo están también esos altos jefes? Por supuesto que sí. Y eso sin pensar mal, porque la evidencia hace buenos los pensamientos. Cuando yo digo que estamos gobernados no por políticos sino por recontramalandros... Un abrazo.
Alejandro Moreno
Y mientras este mal gobierno trata de envolvernos en miles de cuentos, no nos olvidemos de estas historias. Necesario releerlas para que no se repitan nunca más.
Ylleny Rodríguez
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