Supe balancearme sobre la retícula de las ganas mutuas
con la contorsión manifiesta de no querer impedir tu tanto
y rezando para que llegara al fondo de mi malla.
Confirmé resabiado el marcador de tu victoria impecable
por la cual había apostado lleno de esperanzas sinuosas
y así me hiciste deslizarme por el borde de tu hamaca…
© Alfredo Cedeño
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