Amo a este país de gente buena y
dirigentes mayormente inútiles, no tengo otra opción. En varias oportunidades mi
querido e inolvidable Daniel de Barandiarán me dijo: “No se olvide que el país
está más allá de nosotros mismos y que Venezuela no se merece estos animales
que la gobiernan, por eso tenemos que conocerla para entenderla porque sólo así
algún día tendremos el país que nos merecemos.” La última vez que me lo dijo
fue en la mesa de su vivienda en Oyón, a las afueras de Logroño, en su natal
país vasco. Esa tarde nos acompañaba Mikel de Viana, quien con su proverbial
desenfado acotó: “¡Pero como nos jode y echa vaina!, pero la amamos, ¡cómo la
amamos!”. No le quito una letra, ni se
la pongo: suscribo a ambos letra a letra.
Hoy sigo escribiendo sobre Margarita,
la tierra materna, entro a Macanao y me quedo en Boca de Río. En la llamada
época de la Colonia
todos los terrenos de dicha península eran propiedad de Simón Narváez, quien
fue padre de María de Jesús Narváez, y esta a su vez fue madre de Simón de
Irala quien era propietario de ellos en el siglo XIX, donde tenía hatos de ganado menor.
No llego a saber con exactitud su
vinculación familiar política con el prócer Juan Bautista Arismendi, pero
innegablemente que la hubo puesto que la primera esposa del mencionado general
fue María del Rosario Irala quien les parió a Basilio, Ignacio, y Miguel quien
llegó a fungir como edecán de Bolívar. Más tarde sería su matrimonio con la
caraqueña María Luisa Cáceres Díaz, con la cual tendría otros once muchachos…
Sigo con lo que me interesa, lo
cierto es que el señor Irala, como heredero de estos predios vendió empezando
el siglo XIX parte del hato de Boca de Río de Macanao a Miguel Fernández; y
este último se sabe que el 13 de marzo de 1856 vendió parte de los citados
terrenos a su cuñado Eusebio Guerra.
Rosauro Rosa Acosta en su Diccionario geográfico-histórico del estado
Nueva Esparta acota: “Población capital del Municipio Bartolomé Ferrer y
del Distrito Península de Macanao. Boca de Río es pueblo de reciente fundación.
Empezó a incrementarse a impulsos de la pesca y la cría, a fines de 1899.” A comienzos del siglo XX existía en Porlamar
un periódico llamado El Sol, que en su
edición del 22 de junio de 1901, publicó: “BOCA DE RIO, población nueva que, a
esfuerzos propios se levanta a sotavento de Punta de Piedras”. Ese mismo diario
había informado dos meses antes, en su
edición del 24 de abril de 1901 que el presbítero Dr. Silvano Marcano Maraver había
constituido en ese Caserío la
Sociedad de San Francisco, “cuyos propósitos
progresistas tienden a levantar el culto católico… ha resuelto construir una
Capilla, cuya primera piedra se bendijo en su colocación el día 12 del corriente
mes”.
Lo
cierto fue que la construcción tomó más tiempo que la catedral de San Patricio
en New York que se hizo en 7 años, o la de Lima que tardó 3 años en erigirse.
Digo esto porque otro diario insular, Heraldo de Margarita, que se publicaba en
La Asunción ,
en su edición 17 del 19 de junio de 1932, informó: “Iglesia de Boca de Río. En el
simpático Caserío de Boca del Río tuvo feliz iniciativa el último 19 de
diciembre, fecha gloriosa en los anales de nuestra historia contemporánea, la
creación de una capilla, la cual gracias a la decidida cooperación de nuestro
gobierno regional, se encuentra ya bastante adelantada”.
Ese mismo medio informará seis meses
más tarde, en su edición del 19 de diciembre de 1932, sobre la bendición de la Iglesia de Boca de Río, a
las 9 a .m.
“centro donde concurre toda la gente de aquellos extensos campos en densidad de
población. Solemne Te-Deum en dicha Iglesia en acción de gracias al
Todopoderoso por la Paz
de la República
y por la interesante salud del Benemérito Juan Vicente Gómez”.
Y
ya que sale bailando el nombre del dictador tachirense es oportuno señalar a
esta altura del juego que en 1935, el General Rafael Falcón, quien en aquellos
día era el Presidente del Estado Nueva Esparta, adquirió “en calidad de venta y
bajo las condiciones más liberales y plausibles”, el sitio donde se levanta la
población y el cementerio de Boca de Río. Eran dueños de los terrenos Josefa
Romero de Gómez, Inés Romero, Natalio Romero y Josefa Romero de Penot. Asegura
el ya citado Rosa Acosta: “La extensión de los terrenos adquiridos por el
mandatario regional fue de 40
hectáreas por valor de cien bolívares. El documento se
registró el 12 de junio de 1935.”
Falcón una vez que realizó la compra
donó esos espacios a la
Municipalidad del Distrito Díaz, “en nombre del General Juan
Vicente Gómez, Presidente de la
República ”. El
mencionado cabildo debía extender los documentos de propiedad “a los
moradores del Caserío en forma gratuita y que se hiciesen las gestiones
pertinentes ante la Asamblea Legislativa
del Estado para que el Caserío Ríos obtenga la categoría de Municipio”.
Hoy
en día Boca de Río sigue siendo fundamentalmente una comunidad pesquera donde
sus integrantes padecen a diario todo tipo de impedimentas para salir a ganarse
la vida con el oficio que de sus abuelos aprendieron. “Ahora cuando queremos
salir a pescar tenemos que gastar un platero, porque de vaina te piden la
partida de nacimiento de tu abuela”, dice con su acento característico uno de
los tantos pescadores que ven languidecer sus peñeros. “No es nada, mijo –acota
otro–, que sales una semana a joderte en
la mar y regresas con doscientos o trescientos kilos de pescao. ¿Qué hace uno
con eso?”
Gregoria
Valerio y Raúl Velasquez todavía no pisan los cincuenta, pero toda la vida han
estado dedicados a las faenas marinas, ella ahora se dedica a “filetear” un
canasto de pez loro (Cetoscarus bicolor)
y es la primera de las fotos que incluí en esta nota. Llevan casi 30 años
juntos y son padres de dos muchachos, hembra y varón, que están a punto de
concluir sus estudios universitarios. “Eso ha sido a punta de la mar mijo
querido –dice ella–, que nos ha dado para darle a ellos lo que humildemente
hemos podido”. Él la mira con orgullo imposible de disimular y acota: “Esto ha
sido aguantarnos uno al otro, pero juntos siempre porque así es como más nos ha
rendido todo”: ¡Qué manera de amar y amarse!
Ellos
hacen Boca del Río con sus historias, así como Luis José Marín que a sus 59
años sigue saliendo a pedalear en su bicicleta por el pueblo para ver si hoy si
puede salir a navegar y “a ver si la mar me da hoy algo que llevar a la casa”.
Otra que no suelta la calle es Ana Teresa Hernández que con una bandeja llena
de vasos de majarete sale a venderlos porque “tengo unos nietos que ayudar a
levantar, y una no se puede quedar echá, ¡ni de vaina!, arepa no cae del cielo,
esas hay que ganárselas…”
Es
gente que día a día hacen su parte sin perder su sonrisa y don de gente, como
Isabel, la querida Negra, que en la
calle La Puntilla
tiene su restaurant La Negra Isabel
que abre a las once de la mañana hasta las siete de la noche, de lunes a
domingo. Probé su comida por primera vez hace veinticinco años, y ahora vuelvo y fue un viaje al pasado sin control: ¡su comida sigue teniendo el mismo gusto de
entonces! Su sonrisa no ha cambiado y sus ojos siguen siendo un manantial de
amor. Entro a su cocina y tengo que hacer maromas para no soltar el llanto al
escucharla tarareando un polo:
Por fin vuelvo de
nuevo, hogar querido,
lejos de ti cuánto fui
desdichado,
lo que puede sufrirse
lo he sufrido,
lo que puede llorarse
lo he llorado.
Tenía
quince años sin ir a Boca de Río y salgo con la boca llena de sus sabores, el
alma llena de sus azules, los ojos llenos de esta luz bendita, y no sé si
todavía logro entender a esta tierra donde tuve el privilegio de nacer, pero
haciendo lo imposible por honrar a Daniel y: “conocerla para entenderla, porque sólo así
algún día tendremos el país que nos merecemos”.
© Alfredo Cedeño
4 comentarios:
Buenos días. No conozco esa otra parte de Margarita y tú ahora me la presentas de una manera superficial y profunda a la vez. Ante todo, esto no es una nota como dices sino un completo reportaje mediante el cual puedo no sólo contemplar el paisaje físico y humano sino el alma de ese pueblo. Como siempre, tus fotografías son espectaculares. Una observación: Logroño no es país vasco sino Rioja. Los vascos independentistas quisieran incorporarla, como Navarra, pero no lo quieren los riojandos ni al parecer la mayoría de los navarros. Un abrazo.
Alejandro Moreno
Somos todos esos contrastes que expresas en tus relatos y muestras en tus imágenes, hermoso recorrido y nostalgias que al compartir no puedo menos que seguir soñando con esperanza infinita en el país que merecemos.
Clase histórica inesperada está de esperar sus escritos dominicales .acertadamente ud retrata el espinazo de pueblos que languidecen de cara a la involucion a el tiempo que se pierde en olvido pero aún ante tanta inclemencia de tiempos y gobiernos que ignoran sentimiento y país siguen resucitados a diario con la esperanza de una vida mejor y conformando de con el pan en la boca sin mayor mérito que llenar las vísceras .entender a Venezuela tierra maravillosa preñada de gente buena y bondades que aún esperan vamos por ti.gracias por seguir mostrando Alfredo!!
El esperado regalo de los domingos llega y con tanto gusto leo y observo lo que tu mano escribe y tus ojos captan, con ese Amor desenfrenado para transmitir y el encanto de la historia de esta Venezuela tan querida por ti, que te hace estudiar, indagar, buscar, viajar y meterte en el alma su gente para poder servir la mesa con ese entusiasmo y orgullo exquisito que te caracteriza. Gracias Alfredo por permitir a través de tu blog seguir conociendo, cada espacio de Nuestra Gente Maravillosa y Patria Hermosa.
Hilda Pérez.
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