domingo, diciembre 12, 2010

La Gran Sabana


Este espacio ha sido, es y será mi gran frustración vital. Jamás he podido llevarlo a fotos... Ya ni cuentas llevo de cuantas imágenes he elaborado en sus territorios y de su gente; cuando he tratado de hacerlo, mi impotencia crece con imponencia de tepuyes...
A fin de cuentas, La Gran Sabana es una majadería soberbia de la creación donde, con el absoluto desdén que otorgan los dioses a los elegidos, cada pieza de este delicado mosaico vital se colocó de forma y manera maravillosa.
A lo mortales nos ha quedado, como tarea privilegiada, el poderla disfrutar con un leve encogimiento en el alma -si es que a fin de cuenta existe- mientras el asombro nos tiñe la mirada...



















sábado, diciembre 04, 2010

LARA

En el lado oeste del mapa de Venezuela se ve -acomodado como el carapacho de una tortuguita que no aprendió a volar- al estado Lara. Pero cómo puede llegar a equivocarse cualquiera con sus espacios y, sobre todo, con su gente!
Calor, frío, ruinas, aridez, cañamelares sin fin, devoción, tiempo congelado, tradición, señorío, e infinitamente más que eso son el territorio larense y los larenses.
Lara es una tortuguita que no aprendió a volar porque se quedó con sus paticas bien afincadas en el suelo hasta convertirse en un trozo del Paraíso hecho país...


















miércoles, octubre 20, 2010

VIDA


Se ha dicho que la vida comenzó con una espora que logró germinar en medio de ese gran espacio de fango que es ahora este fandango que llamamos el mundo… A todo nos inquieta, nos hace formular preguntas y elucubrar al respecto.

Y si de esporas se trata las montañas trujillanas están llenas de ellas y sus retoños. Así que recurrí a esos cómplices y maestros que he adquirido en los últimos tiempos: los campesinos de Altos de la Cruz. Cuando pregunté por un sitio donde pudiera encontrar mejores helechos; uno de ellos me respondió: “Pero si ahí mismo en el `orillo´ de afuerita de Valera tiene pá que quede ahíto!”

Y por diecisiete días improvisé un refugio e instalé trípode, cámara, luces y cartulinas en ese borde de la ciudad y fui siguiendo el desarrollo de esta hoja. A la par que ella se desarrollaba fui entendiendo más y más los versos del poeta sirio Ali Ahmad Said, a quien más se conoce como Adonis:

Abrazo a la espiga del tiempo,

mi cabeza es una torre de fuego.

Mi alma ha olvidado sus pasiones,

ha olvidado su patrimonio, oculto en la casa de las imágenes.






























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