Para estos labriegos las labores de preparar la tierra en las empinadas laderas de las montañas es una tarea ciclópea que pueden llevar a cabo gracias a la ayuda de los bueyes, sin cuya fuerza descomunal sería una labor imposible.
Castrar un toro para que adquiera la corpulencia que le dará mayor fuerza, y por tanto mayor tracción a sus patas, que luego permitirá realizar más y mejores tareas de arado, es una labor que se realiza en medio de la montaña y en la cercanía de sus áreas de labranza. La hace uno de ellos que tiene el prestigio que ha ganado con su destreza y a lo que dedica las tardes de los sabados, cuando recorre los empinados cerros para ayudar a sus paisanos y vecinos.
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