En el borde sureste de la península española, reclinándose sobre el Mediterráneo, está Cartagena. Ella se muestra con esa sabia coquetería de las damas maduras que seducen inclementes, con la descarada picardía de quien sabe que sus recodos son más apetitosos por sus mañas que por su lozanía.
Estos espacios han estado habitados por los siglos de los siglos. Al comienzo en el seno de las colinas: Molinete, Monte Sacro, Monte de San José, Despeñaperros y Monte de la Concepción; estuvo un estero que fue llamado –con esa pompa tan española- Mar de Mandarache. En sus alrededores se han encontrado numerosos restos arqueológicos, es el caso del poblado ibérico Los Nietos y pecios de barcos fenicios.
Se sabe que en el siglo IV a. C. hubo un asentamiento; pero la primera constancia de poblamiento en la ciudad es del 227 a. C., cuando el general cartaginés Asdrúbal el Bello funda Qart Hadasht (Ciudad Nueva). Este asentamiento sería la principal base del reino cartaginés fundado por Aníbal en España, quien partió de allí con su célebre manada de elefantes en la expedición a Italia, que le llevaría a cruzar los Alpes, al comenzar la Segunda Guerra Púnica en el año 218 a. C.
De ahí en adelante, este ha sido escenario de cuanto jaleo cualquier cristiano, judío, musulmán o cualesquiera sea su credo, pueda investigar. Por aquí anduvo Escipión, quien sabe si persiguiendo alguna doncella o algún efebo; también lo hicieron Augusto, Tiberio, Mayoriano, Justiniano I, entre otros. Los visigodos también anduvieron jodiendo por estas tierras, sin dejar de mencionar a los árabes que aquí erigieron una mezquita y una alcazaba fortificada cuyos restos se pueden ver hoy sobre el cerro de la Concepción.
Llenaría el blog con las historias, fábulas y leyendas que aquí han sido hechas y creadas. Por sus calles todavía los marineros, perennes como el bronce, entran a la ciudad con su talego al hombro mientras los músicos van de acordeón en bandolera. Tal vez ambos dejarán en el buzón de correo una postal de los amores que nunca pudieron alcanzar…
1 comentario:
Me estas transportando al sitio donde estas, a las emociones que sientes... Es mágico.
Kairinia
Publicar un comentario