En esos días cuando
el calor abruma hasta las sombras en las
calles de Coro, “La Sierra ”
se asoma como un inmenso ángel tutelar que aleja los agobios con su silueta
llena de verdes e hilos de agua, que se ven rodar por entre su ropaje vegetal.
Esta
serranía es una maravillosa formación cárstica en la que existe todo aquello
cuanto pueda maravillar a geólogos, hidrólogos, espeleólogos y biólogos. Se entiende por este tipo de formación a
aquellas que se han originado por meteorización química de determinadas rocas
compuestas por minerales solubles en agua. A la llegada de los exploradores
europeos, esa zona estaba habitada por indios Jiraharas, quienes compartieron
el territorio con grupos menores de tribus Ajaguas. Sus parajes han sido parte
fundamental de la historia venezolana, siglos en los que han sido escenarios de
capítulos particulares y esenciales para comprender nuestro desempeñar
republicano.
San Luis,
Cabure, Curimagua, Churuguara, Mapararí, Santa Cruz de Bucaral, Pecaya, Agua
Larga, son cuentas de un rosario de poblados anidados entre estos cerros. Años
ha los indígenas jiraharas llamaron a un sector Cahure, que en su idioma quiere
decir: Valle del Silencio. Es lo que hoy conocemos por Cabure. Y allí en el siglo XVI, año 1532 para ser
precisos, tuvo lugar la primera insurrección latinoamericana.
En la mencionada
fecha el cacique Marcos Bacoa, indígena catequizado quien estaba casado con una
hermana del también cacique Manaure, se alzó contra su cuñado y Los Belzáres o
Welser. Es decir, que Bacoa se adelantó por más de dos siglos y medio a José
Leonardo Chirino.
Y
ya que miento a Chirino, explico que él era un zambo libre –hijo de esclavo e
india–, quien el 10 de mayo de 1795 en la hacienda “Macanillas”, se alza en
armas, se traslada hasta la hacienda “El Socorro” y desde allá adopta sus
primeras medidas: establecimiento de lo que llamó La Ley de los Franceses -léase: La República-, igualdad
de las clases sociales, abolición de los privilegios, supresión de los
impuestos de alcabala. La mayoría de los
seguidores de Chirino eran negros de la tribu de los "loangos" o
"minas", del Reino del Congo.
La respuesta
no se hizo esperar y ésta llegó a sangre y fuego. A Chirino no le quedó más camino que huir a
los montes, donde permaneció hasta agosto de 1795, cuando fue traicionado y
atrapado en las serranías de Baragua. Trasladado a Caracas, la Real Audiencia lo
condenó a la horca, el sábado 10 de diciembre de 1796, sentencia que se ejecutó
en la plaza Mayor, hoy plaza Bolívar capitalina.
También en las
afueras de Cabure, el 20 de marzo de 1860, fue donde Carlos Rivero Solar
ejecutó el primer vuelo de la aviación venezolana. Rivero, no contento con eso,
fue el artífice de un acueducto por sistema de nivel para uso de la población.
En Cabure
nació Manuel Rodríguez que en los años 40 retó a una partida de ajedrez al Dr.
Arocha Sandoval, quien en aquel momento era considerado el mejor jugador del
deporte ciencia en el estado Falcón. La contienda duró mes y medio y se llevó a
cabo mediante el telégrafo. Rodríguez ganó y las fiestas de celebración duraron
ocho días.
También
en estos parajes, siglos más tarde, a mediados de la década de los años 60 del
siglo XX, se cobijaron los militantes del movimiento guerrillero; teniendo
lugar numerosos enfrentamientos con las fuerzas regulares. En ese mismo pueblo nació Douglas Bravo, otrora legendario comandante guerrillero al que hoy se puede encontrar cualquier día recorriendo sus calles.
Amén
de haber sido marco histórico de nuestra historia, La Sierra de San Luis hospeda
el lago subterráneo más grande de la América Latina , ubicado en la cueva del río
Acarite, y al cual se le calcula una superficie de 11.000 hectáreas ;
también posee una serie de simas con profundidades en muchos casos superiores a
los 300 metros ,
las cuales son llamadas haitones por los lugareños.
Entre
estas formaciones destaca el llamado haitón Guarataro, que se considera es la
mayor sima de Venezuela, con 305
metros y una boca de 12 metros de diámetro.
Más allá, se encuentra Santa Cruz de Bucaral donde la naturaleza ha creado
verdaderos palacios de formaciones calcáreas, habitados por guácharos. Especial
referencia merece el número indeterminado de cuevas aún inexploradas que
existen en los predios de este parque.
El
microclima imperante en estos espacios preserva importantes bosques húmedos y
nublados para garantizar las fuentes de agua a la Península de Paraguaná,
Coro, Cumarebo y La Vela. En
lo que a la flora corresponde, se pueden encontrar especies como varcanapire,
yagrumo macho, carnestolento, palmas, ramón, lechero, mijao, araguaney, bucare
y numerosas variedades de orquídeas.
También atesora una rica avifauna, además del mencionado guácharo, con
gran diversidad de reptiles como iguanas, lagartijos y culebras. Entre los
mamíferos se encuentran el conejo de monte, la onza y el tigrito o cunaguaro.
En
el tope de esta maravilla de la naturaleza está el Cerro Galicia, desde el cual
en días despejados se puede ver la
Península de Paraguaná en su totalidad, y hasta la costa sur
de Curazao, con la ayuda de binoculares.
En su cima se puede sentir el borde del cielo en la punta de los dedos,
con un silencio que el viento mece acompasado para enviar alivio a los
abrumados por el calor en las calles de Coro, Cumarebo, La Vela y Paraguaná entera.
© Alfredo Cedeño
6 comentarios:
Hermoso recorrido.
Ylleny Rodríguez"
Buen reportaje nos regalas, amigo.
Abrazo
Lo bueno de tus historias y tus imagenes es que activa todo los sentidos, para mi cada ciudad tiene un olor caracteristico muy propio y el de coro es sabroso a chivo a dulce de leche a humitooo.
Gracias por dejarme conocer a través del lente de tu cámara y tu fina apreciación del contexto una serie de paisajes y detalles típicos de Venezuela!
un abrazo
Gloria Acosta
De verdad exelente poner a cada venezolano con estos reportajes a volar con La imaginacion a ese mundo de tranquilidad,paz,armonia,encuentros asta con el mismo dios creador que nos hace pensar que tadavia existe lugares en la tierra parecidos al cielo
Yo soy Tataranieto del profesor Dimas Segovia. No conozco aún el pueblo , algún día iré estoy seguro . Muy bonito reportaje
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