y regué tu desorden de nubes en mis blasfemias,
convoco a mí los siete cielos de tus orgasmos
y eres la luna que nunca eclipsa su lascivia,
bordaré ligeras esquinas quebradas al horizonte
y te engastaré al hombro mi espejismo perenne…
© Alfredo Cedeño
1 comentario:
Estupendo, amigo. Abrazos
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