Reconozco que me
esperaba una solidaridad casi clandestina y frases fementidas de cierto grupete
a raíz de la libertad condicional de Leopoldo López. Comenté con varias
personas esa mañana que no pasaría una semana para que viéramos como empezarían
a pujar para, por lo menos alguno de ellos, parir un piano de cola.
Junto a la ola de
alegría que recorrió al país por su semi liberación, casi simultáneamente comenzó
a ejercitarse el juego nacional de la especulación. Muy pocos lo aceptaban y
celebraban, y hablo de gente inteligente, muy seria, cuya reacción inicial fue hasta
de poner en duda la información que desde el ABC de España empezó a sacudir el sábado
8 de julio. “Pero es que fulanito, su hermano del alma y mugre con uña de
Lilian, no me ha dicho nada”, me dijo una de las primeras voces a las que consulté.
De allí en adelante lo que preveía sería
una ola de ánimo se convirtió en una inmensa nube negra de peores presagios.
A media mañana las acusaciones de entreguismo,
negociación, torvas manipulaciones y demás zarandajas de igual ralea eran una
tolvanera que vapuleaba la salida de Leopoldo de Ramo Verde.
Pero donde todos los demonios se desataron fue cuando
Lilian Tintori, la guerrera, la que puso la situación de Leopoldo y de los
presos políticos venezolanos en los principales escenarios políticos del mundo,
la que nunca dejó de recibir desplantes y desaires de quienes debían darle su
apoyo incondicional, la que no soltó la presa en ningún momento, habló el
domingo 9 de julio.
Pero, ¿qué dijo ella? Nada que no fuera cierto y a
lo que esa jauría de mastines enanos que actúan como correveidiles le cayó
tratando de hacer leña. Lilian, no sé si con ingenuidad o con jugada sibilina, y
me inclino por esto, le mató al gobierno una de sus cartas que guardaban para
usar en el momento menos pensado: el acompañamiento de los hermanitos, no sé
cuál es peor que el otro, Rodríguez a su casa. Para mayor escándalo de la
guardia pretoriana de la limpieza ética, ella informó: “Les dije que no puede
existir más tortura en Venezuela, que no deben existir presos políticos en Venezuela
y que si tenemos que trabajar en conjunto para lograr entendernos, lograr
concordia y lograr una solución inmediata a la crisis que vive Venezuela,
cuentan conmigo como activista de derechos humanos, como esposa de Leopoldo y
como mujer”.
Los mismos que han entonado el mantra del diálogo
como bálsamo de fierabrás de todos nuestros males, fueron los primeros en vapulearla
y pedir su cabeza en una pica en la plaza Bolívar. Fue canallesca la manera
como se pretendió hacer leña de una mujer que ha sido un roble en esta mala
hora que vivimos. Como diría mi querido sobrino Ángel Alfredo: ¿Por qué no se
meten la lengua atrás de la oreja?
© Alfredo Cedeño
2 comentarios:
Buenos días Alfredo. Muy bien lo que dices. Así es. Lilian actuó muy bien y dijo claras las cosas. Los que no entendieron, mejor es que se metan la lengua en el... no sólo detrás de la oreja. Saludos.
Alejandro Moreno
qué bueno que arrimaste una al mingo de la oposición, já ja. Totalmente de acuerdo sobre lo que dices de la luchadora Lilian, abrazos
Eddie Ramirez
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