jueves, octubre 08, 2009

Kurripakos

Entre las cuencas de los ríos Isana, en Colombia, y el Guainía, en Venezuela, están desparramados los indígenas Kurripako; aunque se debe precisar que por los lados de Brasil también hay algunos asentamientos de ellos. Como es común en lo que toca a nuestros habitantes primigenios, no hay cifras exactas en lo que corresponde a su demografía y las que aparecen suelen ser poco coincidentes.

Sobreviven, como decían los viejos libros de historia que me azotaron durante mi jornada de educación primaria, de la caza, la pesca y la recolección; y también de la siembra de yuca, de la cual conocen 50 variedades, con la cual producen cazabe y mañoco. Este último es considerado por los propios indígenas el de mayor calidad que se produce a lo largo del Guainía. Liborio Guarulla, antes de ser inoculado por la peste de la política solía decirme: “Es como una espuma que se te deshace en la boca, parece que las orillas del río se hubieran hecho harina de yuca amarga…”.

Igualmente cultivan maíz, batata, ñame, ají, platano, piña, lulo, lechoza, caña de azúcar, achiote y herriwai. Elaboran cestas de bijao (Calathea lutea), budares y rayos para la venta. También recolectan en el bosque fibra de chiquichiqui (Leopoldinia piassaba), para fabricar escobas y venderla a comerciantes intermediarios.

Al comienzo los misioneros cristianos destrozaron sus patrones culturales, conduciendo a la mayoría al abandono de sus creencias y prácticas rituales tradicionales. Luego fueron los misioneros evangélicos los que prosiguieron las labores de exterminio cultural. Actualmente, la mayoría de las comunidades sigue un patrón propiciado por los misioneros evangélicos. El pastor evangélico es generalmente también el “capitán”, quien es la principal autoridad de cada comunidad.

Siglos, milenios, tiempo oscuro o claro, como el agua del Guainía, o como los cielos del Amazonas que pueden sembrar de tempestades cualquier momento de la vida kurripaka. Todo es parte de una misma colcha que se ha ido tejiendo en el centro del Amazonas…




















































2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas gracias por el recuento historico maestro... y de las fotos le cuento que encajan perfectamente con la historia y captan ese paisaje del que su pluma habla.

saludos!

soledad

Griselda González dijo...

Que fotos mas bellas!!! lo felicito...

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