Ambas conocieron tiempos cuando vencían al aire
y las ráfagas eran arrullos que las mecían cómplices
fueron forraje de veranos y bandidas del invierno
ahora se rinden al pavimento con limpia entrega
y esperan por el viento que les resucite el vuelo.
© Alfredo Cedeño
1 comentario:
Realmente tu espíritu y tu mente están llenas de detalles , algo tan simple como una hoja de color otoñal y una pluma y sale un escrito . Gracias Alfredo ,
Zulma
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