“Yo
sí creo que hay una situación en la que el gobierno no sabe qué hacer, la
oposición tampoco sabe qué hacer en este momento, la situación es
inédita”. Es la mirada del historiador,
devenido en cineasta, que hace un plano conjunto en el rodaje turbulento de
este film en que se ha convertido Venezuela.
El mexicano Juan Carlos López López en su obra Tipos de historia explica: “El que escribe la Historia es el
historiador y este debe dar a conocer los hechos objetivamente”. Carlos Oteyza, nuestro interlocutor de este
domingo, honra su formación académica recibida en la universidad París VII
donde hizo su licenciatura y maestría en Historia durante la década de los 70
en el ya pasado siglo XX, llevando a cabo una minuciosa investigación en los
archivos de la empresa familiar CINESA
así como de la correlacionada Bolívar
Films. Esa labor le ha permitido realizar una serie de trabajos
documentales entre los que destacan una serie dedicada a la historia de la
industria petrolera nacional y que ha bautizado El Reventón (1, 2 y 3), así como Tiempos de Dictadura, tiempos de Marcos Pérez Jiménez.
Nieto
de Luis de Oteyza, quien fue el primer embajador de la República española en
Venezuela, e hijo de Ernesto de Oteyza, quien fuera más conocido como
"Tito", fundador de la ya mencionada CINESA junto a Carlos Eduardo Frías y Luis Guillermo Villegas, fue
alumno del jesuítico San Ignacio de Loyola; se planteaba inicialmente cursar Business
Administration, “era lo que pensé iba a estudiar cuando estaba en cuarto año,
quinto, y terminé estudiando periodismo un año en la Católica, después me fui a
estudiar historia en París. La verdad es que algo pasó y dije yo no voy a
estudiar eso de negocios, y es cuando ingreso a estudiar Periodismo en la UCAB en
el año 72.” Allí recibió clases de Manuel Perez Vila, por ejemplo, y recuerda
con evidente emoción sus lecciones de Historia de Venezuela. Es la época de la
huelga de hambre de los estudiantes de la Católica, entre los cuales estaban el
luego sociólogo y cineasta Abraham Pulido, cuyo tío Rafael Naranjo Osty era
Fiscal General de la República en ese momento, así como Manuel Sosa Pietri, a
la sazón sobrino de quien era Presidente de la República, el sempiterno Rafael Caldera.
“Ya
habían distribuido las universidades de París y la mía estaba en el Barrio
Latino, muy cerca de La Sorbona, donde también asistía a los cursos de historia.
Mi maestría fue sobre la influencia francesa en Guzmán Blanco, el tutor fue un
francés que no era muy ducho en la materia y que estaba muy sorprendido con
todo lo que había hecho Guzmán Blanco en Venezuela en el siglo XIX, no tenía
menor idea de todo lo que había hecho. Yo disfruté mucho ese trabajo porque aprovechando que
estaba en Francia pude consultar infinidad de cosas, las correspondencias entre los
representantes y los informes que daban sobre lo que estaba pasando en
Venezuela”. Caraqueño a más no poder afirma que aquella fue “una tesis muy
chévere sobre el periodo de Guzmán Blanco, que por cierto siempre me ha gustado
y he estado pendiente de hacer algo sobre el periodo de él y sus mandatos, que significaron
un esfuerzo por modernizar el país.”
Cuando
vuelve se encuentra con un escenario completamente distinto al que
había dejado. “Regreso a Venezuela en 1977 y me sorprendió mucho porque era
otra Venezuela, ¡claro! como la memoria se da por imágenes, la imagen que tengo
es de los carros inmensos que había en el año 77 que no los había cuando me
había ido, los carros parecía que se habían duplicado de tamaño; llegué un
diciembre y me sorprendió mucho que la gente se pasaba las botellas de caña,
felicidad, algo generalizado, lo único que pensaba era: esta no es la ciudad
que yo dejé… Hubo un cambio. Al llegar
es cuando voy a unir lo que estudié, que es historia, con lo que me gusta, que
es el cine. Yo, antes de irme, había
hecho la película Siete Notas, en la
Universidad Católica, donde trabajé con unos amigos, Gonzalo Ungaro, Alberto
D´Enjoy y el actor era Diego Risquez.” Fueron
los días cuando crearon el colectivo Grupo
Semilla y cuya producción se exhibió en la muestra de cortometrajes y
documentales venezolanos que se realizaba en el Teatro Chacaíto. “La hicimos en
16 mm, blanco y negro, con una Bolex de cuerda que yo le había comprado a un camarógrafo
como en dos mil bolos. Era una camarita con su torreta de tres lentes, y en esa
película la toma más larga era como de 26 segundos que es el tiempo que te da
la cuerda de ella, por eso es que hay un solo plano secuencial de 26 segundos
en ella. Eran siete etapas de la vida de
un caraqueño cuando era estudiante, hippie, revolucionario, era un collage de
imágenes sobre lo que habíamos vivido, casi que era una autobiografía. Rodolfo Izaguirre la presentó en la
Cinemateca.”
Fin
de fines que a su retorno entra de inmediato a trabajar en CINESA y Bolívar
Films donde se dedicó a hacer documentales. “Hice una serie de historia de los
pueblos venezolanos, el primero fue Cúa que se estaba transformando de un
pueblo agrícola en un pueblo dormitorio con todos los problemas sociales; otro
fue sobre uno que me llamaba la atención como Chuao que había quedado durante
cuatro siglos aislado viviendo del cacao; e hicimos Santa Elena de Uairén que
era muy interesante porque era como un anacronismo: un pueblo fundado en el siglo XX pero a través de una
misión, así como en los siglos XVI y XVII se crearon los pueblos en Venezuela
por misioneros, el último pueblo que consolidaron los capuchinos fue ese en La
Gran Sabana a principios del siglo XX. La idea que tenía era hacer una serie de
documentales para vender a la televisión, que nunca pasó. Las televisoras no
compraban nada, ellas tenían su modelo de programación y en aquella época no les
interesaba, hoy en día hay canales dedicados a documentales pero en aquella
época era el canal 5 quien los podía pasar, pero más nadie. Años después lo
hizo Sergio Sierra, y lo hizo muy chévere, pero yo lo hice en cine, él lo hizo
en video, era muy costoso y lo que te pagaban nunca hubieras podido cubrir los
costos. Ya he aprendido que no es
porque uno crea algo no todo el mundo lo quiera ver, todo tiene su público, son
documentales pesados, difíciles, duraban 30 a 40 minutos, una investigación que
se tardaba un año. Por cierto, es en una de esas filmaciones, que alguien me
dice: bueno chico es que Miami se está
convirtiendo en un pueblo venezolano; de ahí salió la idea de Mayami Nuestro, y me vine para acá,
investigué, después me vine con mi equipo, nos encerramos aquí un diciembre por
dos semanas en un motel, dos cuartos, seis personas, financiado también por
uno, la gente apenas cobró, muy barato, y con ese documental ganamos unos
premios, varios internacionales.”
Recuerda que
ese documental “sacudió un poco el país, lo presentamos en ProVenezuela, y se
llenó eso, estuvo Zapata, Manuel Alfredo Rodríguez, Reinaldo Cervini, y lo presentamos junto con
la película de Carlos Azpurua Yo Hablo a
Caracas, y de Jacobo Penzo El Afinque
de Marín. Luego agarramos las tres y las unimos en una película que se
llamó La Propia Gente, que estuvo 16
semanas en los cines de Caracas, fueron 80 mil personas a verla, era la primera
vez que una película de documentales lograba eso.” Y las
cifras de recaudación fueron en aquellos días una verdadera proeza: casi
millón y medio de bolívares (Bs. 1.423.254) los cuales significaban, con una
tasa de cambio en aquel tiempo de 4,30, un poco más de 330 mil dólares americanos,
y además acumularon 17 premios. Explica que esto fue posible gracias a que estaban viviendo la
historia moderna del cine venezolano, la cual a su decir había arrancado con
Mauricio Walerstein con su film Cuando
quiero llorar no lloro en 1973, “hijo de un famoso productor de cine mexicano,
el viejo Gregorio Walertein, hizo esa primera película y de ahí adelante hubo los
cortos, los créditos de CORPOINDUSTRIA, después
se creó FONCINE, y todo eso creó ese puente de realidad social que
impactaron mucho al país porque en aquel momento la televisión venezolana no
pasaba ese tipo de cosas, las
telenovelas eran muy melosas y los noticieros de televisión neutros, las
televisoras no habían entrado todavía a ser beligerantes en la opinión pública
como fueron después en los años 80 y 90, estamos en los años 70, y ese cine
venezolano revela al país otra cara que nunca había salido en la televisión,
los problemas en los barrios, las cárceles; la impronta del cine venezolano
está marcado de que es social porque esos aspectos no salían en la televisión.
Una vez que en los años 80 y 90 la televisión se apodera de la denuncia social,
entonces los cineastas, por respuesta directa o indirecta, empiezan a abrirse a
otros temas: ya no es hacer películas por una transformación social sino que es
también la búsqueda personal. A todas
estas, yo seguí haciendo trabajos para vivir y ahí hice mi primer largometraje:
El Escándalo, que era una versión de los
petroespías que hubo en la industria petrolera y ahí trabajaron con Corina Azopardo, Flavio Caballero, Juan
Manuel Montesinos, Daniel López, Cecilia Martinez, Alejo Felipe, Carlota Sosa,
Lucia Riko, Giles Bickford, Orlando Urdaneta, y con las manos de José Ignacio
Cabrujas en el guión. Recuerdo lo que me dijo el distribuidor cuando le llevé
la película: No, esa vaina a la gente no le va a interesar, esa película es
clase media porque no es popular. Eso fue en Cines Unidos. Y remató diciéndome: A eso
nadie le va a pará bola. Bueno… tuvimos casi 300 mil espectadores.”
Reconoce
que en esta cinta estaba el país, “un país del que la gente tampoco hablaba en
los cines: clase media, sectores sociales que no habían estado, el cine había
sido sobre todo social. Luego hice dos más ya de temas más lejanos, los
cineastas queríamos hacer películas más personales y así surgió Roraima que es un viaje a La Gran Sabana,
y después hice La Voz del Corazón también
ambientada en la selva; seguí haciendo documentales paralelamente: Rómulo
Gallegos, López Contreras, Medina Angarita, una larga selección de documentales.
Pero, había una deuda que yo tenía desde el principio. Cuando estudié en
Francia me había llamado la atención que siendo de un país petrolero yo
desconociera tanto la industria petrolera, los venezolanos sabemos de todo, o
creemos que sabemos de todo, pero sabemos que no sabemos nada de petróleo, eso
lo manejan unos gringos y de esa vaina en Venezuela no se habla. A partir de
ahí me quedó eso marcado: un venezolano que no sepa de petróleo, y en el 2001
decidí hacer un poco la historia del petróleo, me parecía básico una reflexión
sobre el país, en el 2002 hubo el paro petrolero, tuve que parar la
investigación pero en el 2005 me volví a meter y de entonces hasta acá hemos
hecho tres documentales El Reventón 1,
2 y 3, no la historia oficial, una cierta historia de la relación de los venezolanos con su historia
petrolera, y ese divorcio, ese desconocimiento de los venezolanos sobre nuestra
principal fuente de ingresos. Nosotros no sabíamos de leyes petroleras, inventamos
la primera ley cuando ya llevamos 8 años de explotación, es decir los carajos
habían llegado que tenías un contrato con Gómez y habíamos firmado y échale
bolas, no había normativas legales, pero cuando empezamos a darnos cuenta que
en el país era importantísimo el petróleo esa fue también una conquista de los
venezolanos. Es lo que llamo yo la épica petrolera venezolana que los
venezolanos tenemos olvidada y es una épica que se desarrolla después de mediados
de los años 30 cuando Betancourt, Uslar Pietri plantean el problema económico
petrolero, porque cuando Gómez no se habla de petróleo, él no lo permitió, los
recursos eran suyos pero ya vivíamos del petróleo, quiero decir que el mayor
ingreso que recibía el estado era del petróleo desde el año 26, pero en
Venezuela no se hablaba. Muere Gómez y
Betancourt mete el tema petrolero en el país, ahí se desarrolló la ley
petrolera en el año 43, que hace Medina Angarita. El 43 es una fecha importante,
y la otra es la nacionalización petrolera, fue un proceso de crecimiento de que
una generación de venezolanos que trabajaron en la Creole, la Shell, la Mobil,
y todas estas empresas, cuando llega la nacionalización ya están preparados para
asumir el reto, lo toman y se crea PDVSA y hasta finales de siglo se transforma en una de las empresas más
importantes del mundo, es una empresa petrolera exitosa y solamente señalar eso
en El Reventón es una labor que le replica a este gobierno y a ese grupo
que maneja el poder que está creyendo que el país comenzó con ellos y que el
siglo pasado no existió, y al revés. Creen que a través del verbo van a
eliminar las labores.”
Oteyza
va concatenando una serie de situaciones, y con precisión de historiador va
sacando sus “fichas” mentales para apoyar lo que dice, “el petróleo extrapesado
de la Faja lo sacamos gracias a las empresas extranjeras que llegan gracias a
la Apertura Petrolera y los que están hoy en el gobierno, en aquel momento, se
oponen a esta apertura pero cuando llegan al poder, ya en el siglo XXI, se
aprovechan de que hay 500, 600, 700 mil barriles de petróleo que están sacando
de la Faja gracias a la Apertura Petrolera y es lo que les permite sostenerse,
no se van a pique gracias a lo que hizo PDVSA en los 90, y cuando tú ves la
película puedes ir asociando, aunque la película termina en el año 98 vas
viendo lo que hizo la fuerza industrial,
operativa y la gente que estaba preparada que permitió que el país cuando
termina el siglo somos una gran empresa y este régimen se monta en ese autobús.”
No deja de ser paradójico que PDVSA con su exitosa gestión fue llenando las
arcas que luego se utilizarían para destruirla. “Cuando en los años 80 y 90 estos señores, sostenes de la industria
petrolera, forjan una empresa fuerte, bien estructurada, meritocrática, el país
por los precios petroleros de los años 80 y 90, ha venido decreciendo, se ha
venido empobreciendo y genera un sentir ambivalente: ¡Coño! estos petroleros
están más bien que el carajo y nosotros estamos jodidos. El 50% de la población
al final del siglo XX, dicho por la Universidad Católica, era pobre, y la
empresa petrolera era exitosa, sus empleados viven bien, tienen carro… A Chávez
no le costó mucho decir que uno de los culpables de la pobreza era la empresa
petrolera y se montó en esa y ya sabemos por el caos que tenemos la mentira en
que se montó. Ahora, hay un sustento real en el sentido de que había un
malestar y había una empresa exitosa, y una empresa exitosa que no supo
entender que no podía vivir siempre aislada.”
Nuestro
cineasta cree que los ex petroleros han aprendido una amarga lección, “han
visto después de 14 años lo que ha pasado y quizás su actitud un tanto la
palabra no sé si es soberbia, prepotencia, de somos excelentes, somos buenos, han
visto que también había que haber tenido una relación más con la gente. Ojo que
también los entiendo, porque los políticos querían meterle la mano a la empresa
y los gerentes siempre quisieron frenar eso. Esas ambivalencia hoy en día yo
creo que la estamos superando, y los políticos más astutos y los petroleros que
entienden lo que está pasando ya en el futuro tendremos que unir esos esfuerzos
y no esa distancia que hubo en un momento que le permitió a Chávez sino acabar dejarla
como está ahorita: sobreviviendo.” Mantiene su tono didáctico y explica: “El
petróleo cuando apareció en Venezuela lo manejaba la dictadura y no hablaba, el
Estado nunca se preocupó de interesar a los venezolanos en el petróleo porque
era la manera de ellos distribuir la
plata que tenían a su real saber. El venezolano no exigía mucho porque la plata
no venía de la sociedad, de los impuestos que pagábamos, sino que venía del
regalo que nos daba la renta petrolera, entonces se creó un pacto tácito, nadie
lo escribió, yo te doy y tú no reclamas, tú no jodes, y tú no preguntas mucho
cómo, sino que votas por mí, me legitimas, y esa es la historia nuestra que hoy
en día sigue, no se ha acabado y entonces tendremos que encontrarle soluciones
a ese problema en el futuro porque seguimos siendo un país que el 96% de las
divisas vienen del petróleo; y al revés: lo que habíamos hecho en los 90 que
fue que empezó a abrirse la economía del país este carajo lo acabó. Si había 9
mil empresas ahora hay 4 mil, acabó con
la empresa privada, por lo que hoy somos más dependientes del petróleo de lo
que éramos en el año 98, es decir que estos carajos hicieron todo lo contrario
de lo que había que hacer y de lo que vamos a tener que hacer, es decir vamos a
tener que recomenzar lo que ya habíamos iniciado. Creo que estamos más
preparados, que estamos un poco más sensibilizados para que la antipolítica no
funcione y el gran reto que tenemos es si va a haber petróleo en el futuro ¿qué
carajos vamos a hacer con esa renta? Y los venezolanos van a tener que empezar
a exigir transparencia porque no los podemos dejar de su cuenta. Estos señores
cuando se iba a hacer la Apertura Petrolera el Congreso los llamaba y pasaron
dos o tres años para eso; este carajo hace una firma con el Fondo Chino y le
entregan diez mil millones de dólares en una tarde… esa es la diferencia de
este gobierno con los anteriores. Yo diría que culturalmente este gobierno lo
que hizo fue aprovecharse de algo que ya estaba instalado en la mentalidad, es
decir el país lo maneja el gobierno.”
Carlos Oteyza
no ve que el gobierno está atornillado, afirma que nunca las encuestas habían
dado una situación como la de ahora, “todas las encuestas anteriores, la última
hasta con Capriles nos daban siempre perdiendo con un poquito y ahora les están dando el 20%, la situación
que hay ahorita en el país, la rabia que hay en este momento, ese video que
salió en El Valle, son realidades, tú nunca hubieras visto eso cuando Chávez,
eso lo hubiéramos podido ver en los automercados del este pero no en el oeste. ¿Cuánto
tiempo va a durar la recuperación de PDVSA? Hay un grupo trabajando en eso y
dice nosotros no podemos decapitar a la gente de PDVSA, las iremos sacando poco
a poco, la vamos restructurando, así habrá que hacer con las leyes.” También hace un llamado de alerta sobre los
que están emigrando y manifiesta su asombro y rechazo a la división inútil que
ha aparecido, “que los que viven en Miami, no, no, no, en el país va a tener
que ayudar todo el mundo y no es que tengan que regresar inmediatamente, no. Tenemos
la seguridad de que este régimen no tiene vida y que va a tener que haber una
reconciliación del país porque no podemos hacer un país dividido. ¿Tú te
imaginas que en Alemania del Este hubiese habido la reunificación y que todos
lo de Alemania del occidente le hubiesen caído a coscorrones a los otros? no
hubiese podido haber nada, es decir la reunificación es impepinable, habrá que
llevar la justicia, habrá que hacer lo que haya que hacer pero una
reconciliación nacional es súper necesario, creo que hacia eso hay que apuntar.
Hay odio, hay arrecheras que todos tenemos, hay mucha gente que se ha
enfermado, hay muchas injusticias, pero a nosotros nos tocó por ser un país
petrolero, como le tocó a la guerra civil española, como le tocó a los cubanos,
como le tocó a Colombia su guerrilla, como le tocó a Centroamérica y como
explica Joaquín Villalobos: hay dos opciones negociar antes o después de 80 mil
muertos, la idea es negociar antes de que eso ocurra, sin embargo vivir en
Caracas es hoy un sorteo ante la ola de muertes a manos del hampa. Tengo la
convicción que esto va a cambiar, la reconciliación es necesaria. ¿Cuándo,
cómo, la fecha? No lo tengo, pero eso es invivible, el modelo fracasó, ellos lo
saben, yo digo que más asustado deben estar ellos, porque saben que eso es
invivible. Y la gente que está afuera, nuestro doloroso exilio, tiene que
entender que va a haber un cambio en Venezuela y que ese cambio no puede ser
como algunos lo piensan de una vez borrón y cuenta nueva. Horacio (Medina) lo
ha dicho: no vamos a llegar a la empresa petrolera a sacar a nadie. Coincido con
él, tiene que ser un reacomodo en el que no van a hacer lo que le hicieron a
ellos, que botaron a 20 mil carajos de una. Ese quítate tú pá ponerme yo no
tiene sentido, dolorosamente para algunos que han sufrido mucho no se puede
hacer, lo lógico es que hay un 70 un 80% del país que cree que podemos
convivir, pero hay unas minorías que creen que no, unas minorías armadas que
creen que no y hay otra minoría que quiere ver a gente presa o sacar a todos
los que están ahorita en el gobierno y me imagino que hay muchos venezolanos
que están en el gobierno cumpliendo funciones callados la boca. Hay que tender
puentes. Y para el país la reconciliación es la base, claro tenemos que
librarnos de la impronta cubana, un país no puede ser manejado a través de otro
país.”
© Alfredo Cedeño
7 comentarios:
Buenos días. Muy bueno el reportaje, como todos los tuyos. No es tan impactante como los dos anteriores porque es la visión del cineasta y no la del luchador político, pero lo mismo iluminadora. Un abrazo.
Alejandro Moreno
Excelente! Estoy de acuerdo con el Sr. Carlos...
saludos
Jessica Martin Garcia
1. Negro: good.
2. Lo más heavy fue ver paquetes de HarinaPan alineados y disponibles tras la figura de Oteyza.
3. Estás registrando una vertiente (Miami) muy interesante de la historia actual de Venezuela.
4. Cuando se convierta en libro, un capítulo obligado será la historia de vida contada por el autor de las entrevistas de vida.
Humberto Marquez
Dado el trabajo necesario que estás haciendo de contar cómo han sido las cosas, no solo considero que debes pensar en publicar un libro con este material cuando llegues a las 20 primeras entrevistas, sino también plantearte hacer foros donde tanto los entrevistados, siempre que se pueda, interactúen con la gente y en donde los lectores podamos también hacerles preguntas, escuchar tu propia posición respecto de cada conversación que has tenido con los personajes y concluir juntos hacia dónde debemos apuntar como comunidad y como país.
Gracias por los post. Son realmente buenos.
Me siento en mi época de estudiante de periodismo en la UCAB en los 80’s, cuando cada domingo me levantaba temprano a comprar el “Diario de Caracas” para leer “El País según Cabrujas”. Ahora, mucho más moderna la cosa, lo hago en internet, con un café en la mano y bastante canas en el cabello; pero la sensación que me queda es la misma: que bueno está esto!
Que no paren las entrevistas. Que sigan los textos.
Minín Arévalo-Parodi
Insisto en algo que debes aprovechar: la técnica quebusas esvla de testimonio. Es poco usada, y debe ser por eso que me impacta. En el cuento de Oteyza hay mucho de testimonio de vida más que de testimonio de hechos. Es más denso y podría pulirse un poco más. Me gusta tu estilo.
GORBACHOV CUANDO DESMONTABA LA POSIBLE TERCERA GUERRA MUNDIAL QUE PROMOVIA EL LOCO DE REAGAN,LLEGO A DECIR - O APRENDEMOS A VIVIR EN LA DIVERSIDAD O NOS MATAMOS
Nelson Gonzalez
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