El cansancio mina
la humanidad más sólida, la vuelve un guiñapo en poco tiempo. La soledad es una
tenaza aniquiladora, desmorona con implacable eficacia aún al más ermitaño de
los seres. Cansancio y soledad forman un
binomio aterrador, son cabezas de una serpiente capaz de inmovilizar a
cualquiera que caiga en medio de ellos. Es una pinza que se ha empleado
despiadadamente por muchas culturas en numerosas ocasiones.
Una de sus manifestaciones
más conspicuas es la hérem, que es la
mayor censura eclesiástica judía y que acarrea para el que la padece su
exclusión de su comunidad, y lo convierte en un apestado. Uno de los casos más
famosos de su aplicación fue la que se emitió el 27 de julio de 1656 en la que
se anuncia: "Expulsamos, execramos y maldecimos a Baruch de Spinoza, con
la aprobación del Santo Dios y de toda esta Santa comunidad, ante los Santos
Libros de la Ley con sus 613 prescripciones". No contentos con ello
cerraban la ordenanza con la siguiente perla: "Ordenamos que nadie
mantenga con él comunicación oral o escrita, que nadie le preste ningún favor,
que nadie permanezca con él bajo el mismo techo o a menos de cuatro yardas, que
nadie lea nada escrito o transcripto por él".
Sin los galones
de Spinoza, de cuyos aportes al pensamiento humano no hay discusión posible,
han surgido en los últimos tiempos operadores políticos con pretensiones filosóficas,
así como viejos celestinos oficiosos, a tratar de aplicar una suerte de hérem a todos quienes hemos cuestionado
de mil y una maneras el bendito diálogo que a troche y moche nos tratan de imponer,
cual enema decimonónico, para curar todos los males que Venezuela padece.
Ahora que la
Conferencia Episcopal Venezolana recoge, de manera clara e inequívoca, el sentimiento
de su grey y dice en su más reciente comunicado: "La dirigencia de los
partidos políticos ha sido en muchas circunstancias deficiente e incoherente. Deben
abrirse a buscar un consenso con los diferentes sectores de la sociedad…".
¿Acaso los alcahuetes, las viudas y oficiosas plañideras de la "oposición
democrática" señalarán a los obispos de traidores a la patria y
colaboracionistas con la pesadilla roja?
La Conferencia
Episcopal Venezolana está diciendo lo mismo que desde hace largo tiempo venimos
diciendo de una manera y otra, y cada día en mayor número, respecto a los
bueyes cansados que padecemos como líderes. Si vemos
en la televisión internacional a un prospecto de patriarca en decadencia dándose
golpes de pecho por lo culto que es Jorge Rodríguez, ¿qué no se puede esperar
de esta descastada casta que nos ha sumergido en este albañal donde estamos desde
hace 18 años? ¿Tal vez exigirán para todos nosotros, obispos incluidos, la
excomunión, o la resurrección de la Inquisición para que seamos incinerados en
fogata pública? ¡Es que ni vergüenza tienen!
© Alfredo Cedeño
1 comentario:
Estimado amigo: Esta dirigencia parece estar en la peor de las confusiones. Por eso el llamado diálogo no progresa ni en un sentido ni en otro. No pueden ir contra lo que pensamos la gran mayoría. Esperemos que nuestra presión valga más que la de otros. Un fuerte abrazo.
Alejandro Moreno
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