A
menos de tres horas de carretera de Caracas, a orillas del mar Caribe,
desperdigada en siete barriadas y no más de diez calles está un bastión de
nuestra raigambre. Se caminan sus calles,
bajo un calor que por momentos puede ser asfixiante, y se van encontrando rastros
de una comunidad que se ha ido estructurando a lo largo de los siglos.
Un grupo de
estudiantes de Gestión Ambiental en la propia población elaboraron DIAGNÓSTICO DE LA COMUNIDAD DE
TACARIGUA. En ese equipo, entre otros, estuvieron Ammi Uriepero, Jorge
Parica, Carmen Alonso y Yolis Velasquez, y ellos aseguran que: “Tacarigua de la Laguna fue descubierta en
la segunda expedición de Alonso de Ojeda, (…) una carabela llamada “La santa
Ana”, la cual llegó a nuestras costas por su extravío a la altura de Margarita,
recolando[sic] en las Playas de Barlovento, el 12 de Marzo de 1502.”
Al
indagar en diferentes crónicas, encontramos que a fines del siglo XVI el
capitán Sebastián Díaz de Alfaro, uno de los fundadores de Caracas junto a Diego
de Losada y luego fundador de San Sebastián de los Reyes, otorga una encomienda
en la Laguna
de Tacarigua a Alonso García de Pineda y Andrés de San Juan. Estos comendadores,
al poco tiempo la ceden a Gonzalo de Hernández, quien en 1599 la vende a Antonio
Rodríguez de San Martín. Se lee en el documento de venta del 30 de junio de
dicho año, que Hernández cedía todos sus derechos sobre los “indios que viven o
han vivido, son o fueron naturales ellos o sus pasados antecesores, de la
laguna de Tacarigua, y todas las tierras, las sierras y todas las demoras y
aprovechamientos, conucos y otras haciendas que los indios hicieran”.
En 1655 Pedro
Brizuela, quien era Gobernador de Cumaná realizó un Informe sobre la
Provincia de la Nueva
Barcelona , y allí revela él: “hoy habrá como trescientos
indios divididos en término de veinte o treinta leguas, en seis y ocho partes
de la dicha montaña, los más en el río de Cúpira y laguna de Tacarigua”. Por su
parte, Lucas Guillermo Castillo Lara en Apuntes
para la historia colonial de Barlovento, habla que había en el siglo XVI
“los palenques de Cúpira y Machurucuto, Tacarigua,…”.
Carmelo Paiva
Palacios en TACARIGUA DE MAMPORAL
Noticias acerca de su HISTORIA CENTENARIA revela: “Es este un territorio
donde abundaban árboles bombáceos frondosos de más de diez metros de alto, de
hojas alternas, pecioladas, acorazonadas y de madera muy fibrosa, blanda y
liviana que los naturales, en voz caribe de los indios del lugar le denominaban
Tacarigua.” Y ahora que cito a Paiva quiero acotar que cuando se revisa el Glosario de voces indígenas de Venezuela
publicado por Lisandro Alvarado a comienzos del siglo XX, se encuentra que el
sabio tocuyano reseña la palabra
Tacaríguo así: “Ochroma Lagopus. Bombacáceas. Árbol de 30 a 40 pies de alto…”
Otro
autor que menciona en sus letras a nuestra población de hoy es Alejandro de
Humboldt, quien en el quinto tomo de su Viaje
a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente al contabilizar la
cantidad de esclavos en Venezuela contabiliza 18.000 “en Ocumare (las sabanas),
Yare, Santa Lucía, Santa Teresa, Marín, Caucagua, Capaya, Tapipa, Tacarigua,
Mamporal, Panaquire, Río Chico, Guapo, Cúpira y Curiepe.”
Al
hacer este breve recuento de referencias bibliográficas sobre Tacarigua de la Laguna lo hago para que
puedan darse una idea de lo que ha significado en la conformación de lo que
somos. A veces, bajo la aparente insignificancia de lo que generalmente mal
suponemos hay verdaderos universos que desconocemos. Ello me hace recordar a la
matrona Emilia Arévalo quien siempre recordaba al “padre Francisco”, quien en
su amado colegio San Judas Tadeo solía repicarles aquello de: “Don creíqué y
don penséqué son hermanos de don tontequé!”
Las
elementales normas de cortesía para con ustedes me exigen que vaya abreviando,
pero es que resulta imposible tomar veredas ante poblaciones como esta que bien
merece una calle real. El martes pasado, mientras la recorría encontré un
Bolívar de escayola frente a la iglesia y una madre afanada que porteaba a sus
hijos, que con limpias miradas van entrando al mundo.
Más
adelante encuentro los restos de la última casa de bahareque que queda en el
pueblo y que pronto será demolida… Fue hecha hace más de un siglo por Marcelino
Mozo, quien era pescador y albañil, junto con su hijo Juan Agripín Calcurián;
el barro que usaron era traído en canoas desde Las Lapas. Hoy la habita su
nieta, Margarita Calcurián Pérez, quien está a la espera de que terminen de
tumbarla para levantar una de bloques y cemento… El digno bahareque y las
resistentes vigas de mangle no parecen tener cabida en eso que llaman
conservación.
En
una de sus dignas casas encuentro a Nemensia Uriepero, quien anuncia con voz
firme que es “del 1924, nacida y criada aquí en Tacarigua de la Laguna ”, la mirada se le
espesa cuando dice que no le haya ningún cambio a Tacarigua. Nemensia cuenta
que ella vivía de pescar en la laguna y que se dedicaba a cuidar el ganado de
su abuelita, Manuela Uriepero, quien era de La Sabana de Uchire. “Una se
ocupaba de arrear los toros hacia Río Chico”, dice con parsimonia y cuesta
imaginar a esta frágil abuela lidiando con tales animales. Ella tuvo siete hijos
y se le murieron dos. Al despedirme de
ella me dice: “No deje de poner que la laguna es la naturaleza de Dios, la
laguna no es del gobierno”.
Luego
encuentro a Miguel Arcangel Bracho tiene 74 años, también nacido y criado en
Tacarigua, hijo de maracucho y margariteña. Él desde 1974 es mayordomo del Niño Jesús de Tacarigua residenciado en El
Guapo. Este santo llegó en 1911 cuando lo llevó la señora Antonia Ron, de
Zaraza, estado Guárico, “cuando Tacarigua de la Laguna era 15 o 20 casas
allá arriba. Porque Tacarigua de la
Laguna fue formado por maracuchos, margariteños, gente de
Maturín, el llano y en 1912 ella empezó la tradición de nuestro Niño Jesús;
pero él no tiene aquí su sitio fijo, sino que vive deambulando por todo
Barlovento hasta que el 31 de enero lo vamos a buscar y lo traemos”.
Miguel ha
pescado desde los 7 años y a los 18 se fue a pagar el servicio militar en Caracas y en 1961 regresó a Tacarigua. Baila La Burriquita ,
“mayordomea” al Niño Jesús para que los promesantes paguen las promesas hechas,
y recorre el pueblo de una punta a la otra recopilando informaciones “para que
nuestra cultura se conserve y siga brillando”. Lo declararon Patrimonio
Cultural Viviente, lo cual ha sido para él un estimulo adicional para seguir
haciendo lo que “ya hago con el mayor cariño del mundo por mi pueblo”.
Don Miguel entre
las tantas labores que ha hecho por el acervo cultural de Tacarigua está la
recopilación de “El encanto de Chanchamire”. La leyenda trata sobre el espíritu
de las aguas y dueño de los peces quien vaga por la profundidad de las aguas,
de un lugar a otro. Chanchamire es grandísimo, con barba, y siempre está
pastoreando y contando a sus peces. Encoge su cuerpo cuando bajan las aguas y
al llegar el verano llueve de manera copiosa sobre las atarrayas. Los peces se
recogen y él los conduce al fondo de la laguna, entre ellos están el lebranche,
la lisa, la mojarra, el bagre, el gallineto, el pargo negro y el camarón.
Narra don
Miguel que ya se ha perdido la costumbre que hasta hace poco se mantenía y era
que cuando alguien iba a pescar le ofrendaba a Chanchamire una cuarta y media
de tabaco “media cura” y una botella de aguardiente blanco, y eso hacía que el encanto
propiciara una buena pesca, si no se hacía la salida era inútil. Él me explicó
que los encantos pueden tomar forma de venado, pescado, tragavenado, pájaros
gigantes, caimanes, cangrejos y que de humano no lo hacen mucho porque los
identifican cuando van a hacer compras porque no compran ajo ni sal.
Cuando
los encantos toman figura humana puede pasar cualquier cosa, tal como le
ocurrió a uno que estaba pescando en La
Boca , cerca del Caño La Playa y cuando iba a lanzar su atarraya se le
apareció un niño a la orilla de la laguna. “¡Muchacho!, ¿qué haces tú por
aquí?” Le contestó que andaba con su mamá y le dijo que allí venía, cuando
volteó miró una caimana que venía a flor del agua. “Al pescador se le puso la
cabeza grandota y dejó de pescar, del tiro se fue para su casa asustado”.
¡Bendita
tierra la mía! Aquí la imaginación es un
vuelo limpio que no deja de abanicarnos en cualquier punto y momento. Tacarigua de la Laguna es historia y
leyenda, palabra frágil y gesto de pundonor, áspera faena marina y sentimiento
de pertenencia que me eleva hasta el orgullo de ser paisano de gente tan
especial.
© Alfredo Cedeño
PD: La semana próxima andaré en
trabajo de campo en zona sin cobertura, así que el 22 estaré de vuelta con lo
que traeré de esa jornada.
17 comentarios:
Como siempre despertando el interes por nuestras Hermosas tierras Venezolanas con sus mitos y leyendas, nos envuelves con ganas de volar hasta el lugar y apreciar toda su historia, cultura, paisajes y su gente cálida y tranquila.
Gracias
un abrazo y hasta la próxima
Que hermosa nuestra Venezuela, y nuevamente Dios bendiga a personas como tu que se dedican hacerla conocer. De Tacarigua de la Laguna solo la había oído nombrar y, por supuesto, menos conocer detalles paradisíacos. Cuando vi el nombre de Tacarigua, pensé en el Lago de Valencia, hoy tan olvidado por todos los gobiernos y maltratado con las aguas negras de los caseríos cercanos.
Me encantó el Bolívar de escayola, que hermoso rostro, no el mamotreto que hace circular el nuevo gobierno y para desgracia es lo que presentan en las escuelas y nuevos textos escolares. Disculpa mis comentarios.
Feliz Domingo y Viva la Patrona de Oriente, la Virgen del Valle.
HERIBERTA AULAR DE CASTILLO
Hermoso viaje. Gracias Amigo.
Ylleny Rodríguez
Querido A.: buen dia! Caramba amigo querido he estado por agradecerte los correos hermosos y educativos que siempre recibo los Domingos insipidos q' tu los haces bien agradables por cierto,mil gracias! Yo he estado muy ocupada pero tu me haz tenido al dia. No dejes de enviarme todo lo que respecta a nuestro pais o simplemente a nuestro Edo.,Aragua. Que tengas un hermoso dia con un abrazo afectuoso de mi...
YOLIMA MARIA MARQUEZ
Un verdadero relax con tus escritos, fotos... un paseo imaginario a tan linda tierra, propia de un domingo... gracias.
Todos lo domingos, nos llevas de paseo, por esta tierra hermosa y con toda esa gente tan increible que se cruzan con tu lente. Gracias. Un abrazo y FELIZ VIAJE.
Que nivel de reportaje de verdad. Bellisimo!!! Gracias por tanta excelencia de nuestra bella tierra.
Seguire deleitando los reportajes. Feliz viaje
Saludos.
Monica
Poeta y pensar que eres nuestro , que orgullo, venezolano que le duele la tierra , su gente humildes y sin gracia pero con vivencia en los ojos y las manos. Gracias y que Dios te siga bendiciendo los dedos y tus ojos para que sigas deleitandonos. Celia Muria
Poeta y pensar que eres nuestro, que orgullo, venezolano que le duele la tierra, su gente humildes y sin gracia pero con vivencia en los ojos y las manos. Gracias y que Dios te siga bendiciendo los dedos y tus ojos para que sigas deleitándonos.
DULCINEA
Poeta y pensar que eres nuestro , que orgullo, venezolano que le duele la tierra , su gente humildes y sin gracia pero con vivencia en los ojos y las manos. Gracias y que Dios te siga bendiciendo los dedos y tus ojos para que sigas deleitandonos. Celia
Los rincones mas lejanos,pequeños inimaginables del país los conoces tu, yo te llamo ,con cariño mi corre caminos .Gracias Alfredo por sus buenas exposiciones , por cierto pronto estaás de cumpleaños .el 10 Besitos
EXCELENTE HISTORIA, AGRADECIDO POR EL ESTUDIO DE NUESTRA INVESTIGACION SEÑOR ALFREDO ESTAMOS A LA ORDEN. JORGE PARICA..
EXCELENTE INFORMACION SEÑOR ALFREDO, Y AGRADECIDO POR TOMAR EN CUENTA NUESTRA INVESTIGACION ESTAMOS A LA ORDEN PARA CUALQUIER OTRA COSA.
Excelente relato de tacarigua sus playas y costumbres bella al igual q el encanto de la laguna. Bellisima visitenla. Yo vivo cerca
Excelente lugar para descansar para relajarte y poder tomar fuerzas para volver de nuevo a la ciudad les invito que lo visiten lo aprenderan a apreciar
Estimado historiador, desde hace poco tiempo me encontrè de forma casual con sus escritos.Lo felicito por su afàn divulgativo y por sus conocimientos de los hechos
regionales que imagino logra con dedicaciòn y busqueda intensa. gracias por compartir.
Muy bueno el artículo!! Interesante!! Me encantaría conocer también la historia de Los Canales de Río Chico, tierras indígenas y el puerto en dónde atracaban los colonos...
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