Para los muchachos venezolanos
Un estudiante es un abanico de ilusiones
una rítmica sucesión de verdes esperanzas
un ramo de colores que se desbordan
una excursión infinita hacia las quimeras
un gesto de belleza que no puede describirse
una derrota nunca, nunca, nunca, prevista
un paso sin cautelas que le mareen el camino
una espada de filo sin letargo para el tirano
un ruego humilde sin cupo a humillaciones
una victoria inevitable de la hermosura…
© Alfredo Cedeño
5 comentarios:
Hoy más que nunca me ocurre que el poema me habla al mismo tiempo -y con la misma fuerza- de la imagen y de ese otro referente del que la flor es símbolo.
Un gesto de belleza que no puede describirse, aunque tú lo has hecho: una victoria inevitable de la hermosura.
Un abrazo, Alfredo.
Luisma Giménez Manglano
Ya + o - lo expresé en otro comentario, amigo, se agudizan las complicaciones en tu patria, y, junto con ellas crece tu poesía. Es que las crisis llaman a la poesía y a la religión —eso no falla—; porque la primera es como una válvula de escape, para descargar y no explotar, la otra, pues sirve para los que buscan consuelo y refugio espiritual. Abrazos
José Valle Valdés
Hermosa imagen y texto, gracias
Renee Valqui
Ojalá la luminosidad de esa flor se prenda en las seseras de los gobernantes y tus versos se vuelvan canto de futuro esplendoroso.
Un abrazo
José Rodríguez Infante
La delicia de la imagen es expresión sincera de tu sentir, no perdemos la esperanza y bendecimos la fuerza y voluntad de los colegiales. Dice mucho y permite sentir la belleza. Gracias por compartir
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