Uno de los rasgos
instintivos del ser humano es el apoyo al desvalido, al desamparado. Defender y
acompañar al débil es un acto que honra y dignifica al que lo realiza; al menos
es de lo que se pregona como valor asignado en nuestro modelo moral. Como bien sabemos todos, también existe la
contraparte, y son los que se valen de sus destrezas y fortaleza para maltratar
a todos los que le rodean para imponer sus intereses o voluntad. También
existen aquellos pícaros talentosos que utilizan de la primera para llegar a la
segunda, a través de despertar en los otros la compasión al hacerse las
víctimas. Verbi gratia Cuba.
El modelo cubano,
y la parafernalia retórica-ideológica alrededor de la autodeterminación de los
pueblos y demás paparruchadas de similar tenor, ha sido una escuela de cómo
explotar de forma inagotable la buena fe del mundo entero. Una escuela
insuperable, debe decirse. Ellos han exprimido, y todavía lo hacen de manera
magistral, el apoyo de tirios y troyanos, con la consabida condena al bloqueo
de "los malvados gringos". Nadie habla de los autos lujosos de última
generación que recorren las calles cada vez más ruinosas de La Habana. Debe ser
que Mercedes y BMW tienen unas plantas secretas para producirlos. Tal como me confiaba un ex alto funcionario del gobierno de los barbudos: "Fidel
pidió, y pidió, y pidió, y Kissinger y los Estados Unidos cedieron a todo lo
que él pedía, al punto de que incluso lo del embargo Kissinger se lo levantó a
todas las filiales de empresas trasnacionales americanas que estuvieran en otro
país. Aquello era palpable en La Habana, allá tú veías carros Chevrolet,
Oldsmobile que los habían comprado en Argentina a la Junta Militar y los habían
llevado para Cuba porque ya el embargo no estaba funcionando por órdenes de
Ford y Kissinger".
Todo ese acervo
de la manipulación ha sido puesto al servicio de Venezuela y su gobierno de
marionetas que han terminado postrados ante Cuba. Es así como han desatado una represión feroz
con el ya sabido saldo de víctimas; saben que además de condenas rimbombantes y
llamados vacuos a la sindéresis no pasará nada. Podrán
matar, ejecutar, asesinar, fusilar a quien se les antoje porque igual sus cabecillas
podrán seguir paseando impunemente por el mundo entero, alojándose en hoteles
de cinco estrellas, comiendo y bebiendo como Gargantúas tropicales, mientras
son custodiados muy eficazmente por las fuerzas policiales y militares de los
gobiernos enemigos…
Es la misma
tendencia probada, comprobada y ejecutada que ahora llevan a cabo en Nicaragua. Todos dicen, ninguno hace. Tal vez la solidaridad es una excusa
indispensable para seguir comiendo y bebiendo a costillas de la desgracia
ajena.
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