Días antes de las
elecciones municipales, en las que la plaga roja impuso a sus comparsas,
circuló una encuesta achacada al Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de
la Universidad Católica Andrés Bello. La
muestra en cuestión revelaba de manera categórica que la población apuesta ante
la crisis actual por una salida electoral, y también deja ver dicho estudio de
opinión que tampoco es conveniente convocar a acciones de calle.
A ver, sin ánimos
de soliviantar o apostrofar a nadie, no nos queda otra opción, en mi corta
interpretación de tales cifras, que seguir aguantando este chaparrón de patria
que el comandante eterno y su heredero Gofiote nos han prodigado en estos
inacabables años, hasta tanto el poder de san Votico Milagroso se manifieste y
nos haga libres, prósperos y elegantes.
Como bien era de
esperarse los resultados de este domingo 9 son responsabilidad de la apatía
ciudadana, "que no ha entendido la magnitud de la crisis que azota nuestra
adorada patria, y a la campaña de descrédito que los colaboracionistas del
régimen sostienen contra los desprendidos y heroicos dirigentes que tanto se
sacrifican en honor y gloria de nuestro dolorido país…". Palabras más,
ripios menos, algo así es la cantaleta llorona del momento.
Nuestra casta
política, de una banda y la otra, nos han subestimado de manera sistémica y
sistemática a la ciudadanía. Vemos periodistas pico de plata que callan ante
los desmanes de sus jefes, lo cual se entiende cuando el portal Armando Info deja saber de ciertas
propiedades en el mismo edificio del pícaro mayor, en el muy proletario
vecindario de Coral Gables, en Miami. Dirigentes revolucionarios que callan
obstinados ante las evidencias de las trapacerías de Andrade y su combo que es
infinitamente mayor de lo que hasta ahora se ha sabido. Y todo, todo, todo, se
nos pretende endosar, sin aviso y sin protesto, a nosotros, a los venezolanos
de a pie, a los que hacemos el verdadero país, a cuenta de un liderazgo cada
vez más apestoso.
Ya están
calentando motores para la letanía del 10 de enero cuando prosigue el mandato del
impresentable de turno. ¿Cuál será la respuesta cuando el Tribunal Supremo de
Justicia, o la mojiganga Constituyente, anuncie que es absolutamente legítima
la administración del tío de los niños de Haití? Además de la lloradera con
ropaje de denuncias y disfraz de indignación, ¿cuál es la respuesta a ritmo de
ditirambo que nos exigirán apoyemos? No es tarea ardua imaginar que ya están
enfrascados en sesudas disquisiciones para acuñar los nuevos apotegmas con que
nos azotaran por exigir claridad, transparencia y compromiso en este momento.
Lo que pedimos, a
fin de cuentas, no es nada del otro mundo, sólo se trata de un poco de
vergüenza y darle algo de amor a Venezuela, bien que lo merece, bastante que
nos ha dado.
© Alfredo Cedeño
2 comentarios:
Lo que no entiendo de la encuesta de la UCAB es eso de no querer manifestaciones de calle cuando estas de hecho se están produciendo todos los días y abundantemente. Lo que se publica parece que está hecho para confundirnos más cada día. Un abrazo y felices Navidades en lo que se pueda...
Alejandro Moreno
Como siempre, das en el clavo: tus textos pueden levantar ampollas y fertiizar las siembras de claras conciencias porque se trata de expresar tu propia lucidez política a través de un lenguaje cada vez mas dominado y brillante.
Rodolfo Izaguirre
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