Los ejemplos sobran, parecen
matas de verdolaga en medio de cualquier sembradío. Recuerdo los llamados a la
mesa de negociaciones hechas por el comandante intergaláctico, crucifijo en
mano, a su regreso de la payasada de Carmona El Breve; la descabechina
posterior no necesita más refrescamiento. Los llamados a conversaciones de todo
tenor fueron un rasgo distintivo de su gestión de demolición del país. No
podemos dejar fuera de tales gestos al protagonizado por el hijo de aquel
columnista dominical con la creación de las llamadas “zonas de paz” en
Barlovento. En realidad se trató de la
creación de una serie de cotos particulares para ciertos grupos de hampones y
maleantes de toda ralea. Al también llamado papi-papi lo vimos en numerosos
videos anunciando sus conversaciones con 280 bandas delictivas en diferentes
zonas del país. Uno de los más difundidos lo mostraba rodeado por un grupo de
malencarados, a uno de los cuales entrega el micrófono luego de saludar al
presidente Maduro, y al malandrín lo escuchamos decir: “Primero que nada se lo
agradezco, ¿oyó?, de habernos mandado este hombre para acá a vernos a nosotros,
a toditos, puro criminales, porque somos criminales, ¿verdad?...”; y por ahí se
descuelga en la típica perorata a la que solo le faltó decir que le mandaran
unas pistolitas que no enriquecen ni empobrecen a nadie.
¿Cómo dejar de mencionar las
convocatorias a cuanta mesa de diálogo cualquiera pueda imaginar y las
consabidas estafas al país? De no ser por los resultados, trágicos y
desoladores, que cada vez dejan más exangüe al país podrían resultar risibles
los llamados hechos por estos buenos para nada. Sin embargo, debo escribir que
estos jenízaros son capaces de asombrar aun al más curtido. EL último de ellos
fue el señor Douglas Rico, quien se presume es el director del CICPC quién
anunció: “En estos momentos se está haciendo un estudio, no solamente los
organismos de seguridad, un estudio de alto nivel para ir primero a las
conversaciones para que este grupo de personas depongan de su actitud hostil
que han mantenido en la ciudad de Caracas. Está en este momento un proceso de
conversación con esta organización criminal que está allí instalada para que en
principio depongan su actitud y entreguen las armas”. Todo esto con voz meliflua, cual si de un
abuelo se tratara que le dice a los nieticos: Miren muchachos dejen de estarse
portando así que hay visita, y después van a estar hablando pendejadas de
nosotros por ahí.
Tal como escribí al comienzo,
pronto, muy pronto, veremos la postulación en la mismísima Oslo de esta pléyade
de gente de paz. Me imagino que el equipo comunicacional oficial llevará a cabo
un operativo especial de transmisión y veremos en pantalla al Vallenilla
gritando: “Famiiiiliaaaaaa y el nobel de la paz es paraaaaaa…”. Lástima que
Gaby, Fofó y Miliki, aquellos célebres payasos españoles ya no estén, serían
los más indicados.
© Alfredo Cedeño
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