Los acemileros que pretenden gobernarnos
acumulan eslabones a los cuales disfrazan,
se pavonean con su torpeza habitual
y están convencidos de un éxito glamuroso.
Cadenas derretidas por lápices y cuadernos
que no le dan cuartel a supinas ignorancias,
gestos algunas veces desechados
pero de perseverancia hermosa y avasallante.
Largo enredo de grilletes sin futuro
se enrosca sobre su roto espinazo de reptil,
las manos de un hermoso grupo de muchachos
siguen construyéndole un catafalco al poder.
© Alfredo Cedeño
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