Sorprende y confunde el vigor de su perfume,
delicadas ternuras que embalsaman el aire
y se despliegan frente a un áspero paredón,
con la firmeza de la pureza sin fronteras.
Aturde y descoloca al aparato sin controles,
que no sabe entender la cortés afabilidad
de los muchachos sin miedo a la muerte,
mientras un digno aroma nos arropa el alma.
© Alfredo Cedeño
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