Mi país es
mágico, he dicho en diferentes ocasiones y escenarios que es la verdadera cuna
del surrealismo. ¡Qué Breton ni que niño muerto! Venezuela es la génesis de los
dibujos animados, Walt Disney seguramente hizo un viaje desconocido por sus biógrafos
a nuestras tierras y fue cuando descubrió que los animales podían hablar.
Seguramente contempló con asombro gringo a algunos representantes de nuestra fauna
política; quizás entabló conversaciones con algunos conspicuos representantes
de nuestra casta militar, en la cual los rebuznos son de rancia data.
Esto es lo que
pienso cuando leo la orden impartida por ese renacuajo altisonante que llaman
Diosdado Cabello. El mencionado teniente, con aires de Clausewitz tropical venido
a menos, en su bodrio televisivo, ese mismo que él pretende sea un programa,
escupió a cámara que en oficinas, taxis, misión vivienda, y cuanto usted pueda
imaginar se colocara un cartel con la frase “Aquí no se habla mal de Chávez”. ¿Aquellas
damas que me leen se imaginan que en un arrebato de pasión, dejándose llevar
por sus sanos instintos, decidan lanzarse “un barranco” con un galán y al
llegar a sus zonas pudendas toparse con un cartelito de ese tenor? Si fuera mi caso y me lo encontrara en unas
pantaleticas estoy seguro de que ni con ayuda de sildenafil, o cualquiera de
sus sucedáneos, podría honrar mi
virilidad.
Definitivamente,
en Venezuela el asombro no tiene cupo, es imposible encontrarlo. Órdenes como
esta solo nos hablan de la desconexión absoluta que hay entre nuestra élite política
y lo que somos. El caudillo de El Furrial, pretende con su habitual torpeza
conminar a que el país entero deje de ejercer la muy arraigada y lenguaraz costumbre
de despellejar vivo, con frases y refranes, al que bien se lo merezca. El monarca del alcaloide, según han informado
los medios de comunicación internacionales, ya que los nacionales están
impedidos de hacerlo gracias a la mordaza que una sumisa corte de “justicia”
les impuso, el mismo a quien el difunto intergaláctico tildó de “ojitos bellos”,
pretende jugar duro y termina haciendo un deprimente papel de bufón desflecado.
A fin de cuentas no trata más que de “salir en la foto” a como de lugar, actitud
que no es nueva en él, ya desde aquellos tiempos de la primera campaña del
comandante eterno se le veía asomarse cual salamandra sobre su hombro derecho.
Tan lamentable como
la pretensión del mencionado chafarote es el silencio melifluo de quienes se
presume encabezan a sus adversarios políticos. La respuesta a semejante imbecilidad
fue orgánica, y la ciudadanía rasa hizo suya la afrenta y por supuesto que ha
seguido, y seguirá, hablando mal del difunto, del proponente y toda su parentela,
así como de Gofiote, y de la misma MUD que más muda que nunca ha sido incapaz
de siquiera saludar a la bandera, y quienes muy pronto pedirán, con el aplauso
ensordecedor de sus plañideras y corifeos, que se ponga en todos lados uno
similar que diga: Aquí no se habla mal de la Unidad.
Por lo pronto, y
para no dejar dudas sobre ello, todos seguimos hablando a viva voz, unos, o con
las previsiones del caso, otros, sobre el desconsuelo que nos embarga desde que
esa tropa de indeseables logró llegar al poder. Las voces que comenzaron como
un murmullo hoy son una tempestad que no se puede callar con la frase de un
ignorante envalentonado. Y llegará un día en que diremos todos a grito pelado:
¡Aquí no se habla más de Chávez, ni de su madre ni de toda su generación!
© Alfredo Cedeño
1 comentario:
Si, ya los jalabolas del régimen los han colocado en registros y notarias, por lo menor es lo que he visto, y es peor porque la gente al comentar el papelito, llega y se encadena y comienza el llantén de todos los días. yo con ignorarlos a todos ellos tengo y no me choca que la genet pierda el tiempo en nombrar a esas plagas .
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