Como
pasa con todo concepto vital para el hombre, la palabra política ha estado,
está y estará sujeta, a una combinación infinita de explicaciones lo cual le
hace polisémica y un tanto misteriosa.
Aseguran que su origen está en la expresión griega "politiké
techne", a la que han traducido unos como "el arte propio de los
ciudadanos", otros: "arte social", estos: "arte de vivir en
sociedad", y aquellos: "arte de las cosas del estado".
Como
bien sabemos todos, de un tiempo a esta parte la palabra en cuestión se convirtió de manera inexorable en una
cofradía que, a su vez, se hizo coraza con poderes casi supranaturales, cuando
no semidivinas, para los que encabezan las actividades del mentado quehacer
humano. Fue así como nació la casta de los dirigentes. La palabra dirigir
proviene del latín y en un análisis etimológico del término encontraremos que
significa: disponer cada cosa en su dirección, dar órdenes en múltiples
direcciones. Y fue así como vimos brotar a los "dirigentes", quienes
lograron bulas y patentes, para hacer exactamente lo que les diera su real
gana, a pesar de nuestros pesares.
El
cuño dirigente político ha servido, y por lo visto seguirá haciéndolo, para
justificar corrupción, nepotismo, y cuanta vagabundería pueda imaginarse la
mente más calenturienta. Y ellos tan campantes, como si con ellos no fuera. No
es de extrañar la lista de nombres que hemos visto circular de quienes se
supone han hecho lobby en Estados Unidos para evitar las sanciones del
Departamento del Tesoro contra representantes del gobierno venezolano. Esa
lista de honorables señores da la casualidad que aparece relacionada, de algún
modo, con un poderoso banco privado venezolano. Recuerdo a mi abuela: Cuando el
río suena por algo es, Alfredo Rafael.
Es innecesario abundar sobre lo
que ha significado en estos últimos lustros, para el devenir de nuestro país,
las trapisondas y manejos pocos claros del jaez político criollo. Y ya saltarán
los meapilas adoradores de ellos a encararme furibundos, y a preguntarme con
aires de vestales ofendidas qué he hecho por el país.
Lo
cierto es que han demostrado de manera impecable ir por un lado totalmente
distinto al que el país busca y ansía. A manera de ejemplo cito la encuesta,
que ya muchos descalificarán por su falta de probidad investigativa, que lanzó
en twitter DesobedienciaCivil (@LuchaCivicaYa). Preguntan: ¿Usted participara
en las elecciones regionales a pesar de que estaría legitimando la ANC? Las
respuestas dan las siguientes cifras: 32%, SI; 46%, NO; y 22% considera que
hacerlo es una traición.
Carlos
Fuentes, el escritor mexicano, en su pieza Los
Años con Laura Díaz, resume con su habitual sutileza, no exenta de poderosa
saña, de lo que se trata, al final de cuentas, todo: "La política es el
arte de tragar sapos sin hacer gestos".
© Alfredo Cedeño
3 comentarios:
Gracias, Alfredo. Bastantes sapos se deben haber tragado estos políticos, pero a veces no tienen más remedio que tragárselos. Veremos cuántos les quedan y qué resultado nos darán. Sigo bien de salud. Saludos.
Alejandro Moreno
La política aqui y en la cochinchina es el arte de mentir y manipular! El unico concepto semántico que le hace honor al oficio.
Roberto Arocha
Muy interesante y actual,lo cierto es que la politica es algo muy serio y debe dejarse a los politicos sus faenas , un buen politico y bien asesorado logra mucho mas que un mal politico o no politico bien o mal asesorado , siempre hay excepciones. La encuesta citada muestra que tanto los encuestados como los dirigentes politicos estan en la misma confusion dilematica o trilematica.Lamentablemente todos estamos tragando sapos y sera por la crisis o por la confusion tragamos sapos y haciendo bastantes gestos lo cual nos convierte a todos en malos politicos segun el Dr Fuentes.
Etanislao Vergara
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