Venezuela inicia
una nueva Cuaresma portando una gran cruz de cenizas, más bien de pavesas
puesto que todavía humean las ruinas de la que fuera la meta de gran parte de
Europa y toda América Latina. A diferencia de Nerón y el incendio de Roma, una
noche de julio del año 64 de nuestra era, de cuya autoría no existe una clara
documentación que lo vincule de manera transparente con dicho fuego, hoy sobran
las evidencias que muestran a los perros de presa del régimen rojo con Bernal,
Cabello y Varela a la cabeza incendiando los camiones con ayuda humanitaria en
la frontera colombovenezolana.
La tradición oral
muestra a Nerón tocando la lira mientras la actual capital italiana ardía, y
hay quienes señalan de interesada tal versión. En el caso del señor Maduro las
evidencias son tantas que no hay forma de hacer que la posteridad no lo coloque
en el lugar que le corresponde. Aunque, por los vientos que soplan, no sería de
extrañar que aparezca en los altares al lado de la ahora muy loada Luisa Ortega
Díaz, otrora brazo ejecutor y sicaria judicial del régimen.
Retornando al
señor Nerón, debe hacerse la diferencia de que la destrucción de la capital
imperial le permitió realizar una vasta labor de reconstrucción de la ciudad.
Los cronistas coinciden en señalar que luego de la catástrofe Roma fue remozada
y se llevaron a cabo numerosas obras para beneficio de la ciudadanía. Igualito
a Gofiote, ¿verdad?
Mientras tanto, y
como por no dejar, Juan Gerardo Guaidó se presentó en Maiquetía y entró como
río por conuco. Todas las bravatas del grupete aquel quedaron como tolvanera en
el llano: Polvo y aire. He dicho en diferentes ocasiones y escenarios que
nuestro proceso, como todo devenir social, ha de parir sus propios líderes, y
lo parió. Este "muchacho", miembro de la generación estudiantil que
en el 2007 lo dio todo para frenar al difunto, nos da la razón a todos quienes
hemos exigido que la manada de bueyes cansados, y por supuesto castrados, que
han dirigido el escenario político se aparten y dejen que la sangre nueva, esa
hermosa savia vital de Venezuela, retoñe con todo su vigor. Él ha demostrado
que sí se puede y paso a paso logra desandar malos caminos, mientras abre
nuevas sendas.
El mensaje es
claro y firme, solo la movilización, entiéndase: la calle, puede arrinconar a
la bestia ahora herida. Digo herida, y de manera letal, no liquidada, lo cual
la hace infinitamente más peligrosa. El cazador ha sido certero en su faena, y
el remate será impecable. Ya están
apareciendo los batidores que se atribuyen el buen trabajo. Mi abuela Elvira
decía de aquellos carifrescos que trataban de ganar indulgencias con
escapulario ajeno: Tienen la cara más dura que un culo de caldero. Sin embargo, en estos tiempos de conversión
la Pascua que se nos avecina pondrá a cada cual en su justo lugar. Pasaron los
turnos de Nerón, de Maduro y de cenizas. Es tiempo de fiesta que llega.
© Alfredo Cedeño
1 comentario:
Muy bueno de nuevo tu artículo. Estos son tan capaces de convertirnos a todos en cenizas que Nerón se va a quedar pendejo. Finalmente tenemos un conductor bien plantado. Dios lo ilumine y lo ayude. Fuerte abrazo.
Alejandro Moreno
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