Francisco de Goya
Veo las imágenes
de los enfrentamientos en Caracas contra las fuerzas represoras, y no puedo
evitar pensar en la revuelta popular del 2 de mayo de 1808 en las calles de Madrid
contra la ocupación francesa. Ahora que
se cumplen 209 años de aquella gesta de las masas humildes de la capital
española, para reivindicar la patria que las élites no supieron defender, es
imposible que no me asalte un mar de emociones.
La historia ahora
reivindica lo que menesterosos y simples vecinos hicieron para enfrentar a un ejército entrenado
para matar. La hazaña actualmente es celebrada
con pompa patriótica, pese a que en su momento el “stablishment” calló y muchas
veces aplaudió la actuación del invasor para calmar a la chusma. Fueron navajas contra bayonetas, las famosas
cachicuernas de Sierra Morena frente a las tropas napoleónicas, escopetas de cazas enfrentadas a fusiles veteranos, la dignidad
frente al despotismo. Los horrores de aquel tiempo fueron registrados de muchas formas. Piezas
como Defensa del parque de artillería de
Monteleón, de Joaquín Sorolla; Malasaña
y su hija batiéndose contra los franceses, de Eugenio Álvarez Dumont; y Los fusilamientos en la montaña del Príncipe
Pío, de Francisco de Goya tal vez son las más representativas.
Y mi Caracas natal
es una tortura que no me abandona, al igual que la respetada y no menos querida
Barquisimeto, ni hablar de la admirada Táchira, ni menoscabar a la dura Guayana,
o ningún rincón de una Venezuela bravía que, tal como he venido diciendo hace
no breve tiempo, ha dejado atrás a sus “dirigentes” obligándolos a tomar el
paso que ellos han debido marcar desde el comienzo.
El mantra de moda
entre el “stablishment” criollo es antipolítica; el cual nos echan en cara a todos
quienes decimos sin alcahuetería, o doradura de píldora mediante, que los políticos
no han sabido estar a la altura, mientras que sí han sabido dedicarse a toda
clase de trapisondas y zancadillas mutuas para estar de primeros en las fotos.
No ha habido mayor ejercicio de la antipolítica que ellos mismos, se han
dedicado de manera entusiasta a dinamitar la creencia de la gente en las
organizaciones políticas como vía para el entendimiento ciudadano.
La política se ha convertido en una patente de
corso para hacer exactamente lo que les venga en gana, y en nombre de ellos
tener un perdón anticipado porque son políticos. Hacen cualquier bellaquería y
debe ser olvidada. Realizan sus
truhanerías a cara abierta y al descampado y piden que se les celebren cual
gestas heroicas, y luego aparecen diciendo ser la voz de Dios: aspiran a que el
pueblo los oiga y obedezca sin chistar porque ellos son los que saben hablar
por todos nosotros. ¿Cuándo terminará de
entenderlo la horda de gemidoras que le hacen coro a dicha casta? A falta de Goya otro ejército, ahora de cronistas visuales, está recogiendo, aún a riesgo de sus propias vidas, la gesta ciudadana que no deja de enfrentar al invasor cubano y sus títeres criollos. La historia pondrá a cada quien donde le corresponde.
© Alfredo Cedeño
6 comentarios:
Saludos cariñosos, Alfredo. El pueblo, como siempre, es superior a los que se presentan como líderes.
Alejandro Moreno
Así sea! Y ojalá, pronto.
Un abrazo,
Adri
Hola apreciado Alfredo, en el pasado algunas de tus críticas fueron apipadas. Hoy,creo que la dirigencia ha reaccionado positivamente. Quizá ello se deba a que el régimen ha arremetido en contra de los políticos, lo cual en el pasado fue la excepción y no la regla. Por los motivos que sean, pienso que ahora lo están haciendo bien, abrazos.
Eddie Ramírez
El pueblo espanol se levanto unanimemente contra el invasor frances en una gesta heroica,sin embargo el Imperio Espanol subyugaba America,Cuba,Puerto Rico y Filipinas para la epoca,son las contradicciones historicas,el cuadro de Goya es realmente impactante.
Alberto Battisti
La historia pondrà a cada quien donde corresponde.....pero nosotros los ciudadanos podremos a estos de desalmados rojos tras las rejas, que es donde ellos deberàn pasar el resto de sus rastreras y miserables vidas.
Luis Arocha
Financial Consultant en Deloitte
Bien escrito
José Eduardo Espinoza D
Universidad del Zulia
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