Como bien era de
esperarse, la cantaleta que permanece de turno es el diálogo. De muy poco,
puede decirse que de nada, sirvió la respuesta firme e inconfundible que dio la
ciudadanía el pasado domingo 20 de mayo. Pero, como perfectamente saben hacer
los maromeros de siempre, ya sobran quienes quieren aprovecharse de la rabia
sorda e inamovible de todo el país ante los repartos de cuotas de poder que
pretenden seguir ejecutando a costillas de todos nosotros. No han entendido, y,
por lo visto, no van a entender. Son como los bombillos: no les entra nada.
Hasta en
papiamento se les dijo que no había condiciones para un supuesto diálogo. Los
resultados de las conversaciones bachateras se tradujeron en un incremento
desmedido de la represión, crecimiento inclemente de detenciones arbitrarias y
torturas a los presos políticos, desaparición de poder adquisitivo, evolución y
reaparición de toda clase de enfermedades, ascensión inflacionaria a niveles
inimaginables, y, como consumación de todo, unos sufragios amañados y
confeccionados a conveniencia de la dictadura.
No hubo quien no
alertara sobre las irregularidades e inconveniencia de participar en la
mojiganga electoral y, como bien saben, el honorable señor Falcón y los otros,
apostaron por esa vía, pese al reclamo unánime de no hacerlo. Curas y obreros,
comadronas y cirujanos, señoras y cachifas, muchachos y abuelos, no hubo quien no advirtiera del fraude en
gestación. Solo los maromeros de siempre
salieron expeditos en su torpeza proverbial a hacerle el coro al
Arias-Rosales-Capriles de turno.
¿Cómo no
indignarse al ver la noche del propio domingo 20 al ex gobernador larense con
aire entre compungido y altanero anunciar el desconocimiento del fraude al que
él legitimó con su participación? El
mismo que con arrogante firmeza anunciaba que ganaría unas elecciones limpias, ahora salió con aires
de doncella yaracuyana ultrajada por un robagallinas de Betijoque a denunciar
lo que todos dijimos desde el comienzo. Cada vez que alguna voz señalaba el
riesgo que se corría saltaba una verdadera tropa de sacristanes y celestinos
tremolando al viento unas encuestas en la que se anunciaba su triunfo
irreversible. ¿En qué letrina están ahora dichos estudios de opinión?
Pese a sus
torpezas debe reconocérseles su apego al guion sempiterno: ahora el turno,
junto al impelable diálogo, es el respeto a los actores políticos que tanto se
sacrifican por el bien de la nación, y exigen, con aires de vestales a las que
les han metido mano, que no se utilice la descalificación para atacarlos. ¿Quién mejor que ellos mismos para
autodescalificarse?
© Alfredo
Cedeño
1 comentario:
Hoy, el día de María auxiliadora, pongo bajo su protección el futuro de nuestra patria a pesar de tantos que la venden o tratan de venderla.
Alejandro Moreno
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