Cada cual busca su destino en este paraíso yermo
con desolados caminos bajo sus plantas
y el cielo encima capeando estrechas tristezas,
bemoles de largos compases y bochornos prestos
para escampar este verano que no sabe terminar
y un suelo bendito que nunca deja de esperarnos.
© Alfredo Cedeño
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