La
fiesta, en cuanto manifestación grupal de alegría para celebrar todo aquello
que nos une, es la manifestación por excelencia de la religiosidad inmanente al
ser humano. Festejas para recordar que eres miembro de una comunidad en la cual
participas y haces que la vida sea infinitamente más que una sucesión de dogmas
o creencias. Celebras al entenderte y entender a quienes van contigo
construyendo lo que aspiras a ser, mientras cada cuerpo busca expresarse
buscando un cielo que sabe puede alcanzar.
Las llamadas fiestas populares son manifestación por excelencia de ello,
hoy les muestro las imágenes de la
Parranda de San Juan de Guatire; y trataré de darles algunos
apuntes sobre esta fiesta que se celebra al lado de Caracas.
Una
de las cosas que más me sacudió este pasado martes 24 de junio, fecha en la
cual se festeja a San Juan Bautista, en esta población mirandina, a menos de 40 kilómetros al este
de Caracas, fue la honestidad de su celebración. Oscar Muñoz, miembro de la directiva de la
parranda de La Ñeta Ibarra, me dijo ese día: “Este San Juan no hace milagros.
Nosotros no estamos aquí por pagar promesa, ni nada de eso, lo hacemos porque
esto es nuestra tradición y la cultura tiene que conservarse.” Así, sin
merodeos o justificaciones morales judeocristianas que permitan ejercer el
derecho al gozo voló mi primer paradigma festivo.
La
segunda voladura de paradigmas que tuve ese día fue cuando al acercarme al
altar de la iglesia parroquial no había un San Juan… ¡Había 27! En Guatire no hay, tal como se acostumbra a
ver en las poblaciones donde el santo de los negros es venerado, una imagen que
centraliza la devoción. En este valle de Pacairigua, como también se le llama a
la tierra natal de Rómulo Betancourt, se han ido conformando grupos de vecinos
que formaron una “parranda” y salen por las calles del pueblo cada cual por donde
mejor le parezca a bailar su santo. Aquí la religión no es una horma para
encauzar la alegría, se siente, se toca, se canta y se baila con la alegre
libertad que su propia fe les otorga.
A
las 10 de la mañana la iglesia se llenó a reventar, y luego del oficio
religioso el párroco fue entregando cada imagen a los “promeseros” a las
respectivas parrandas que fueron agarrando su imagen y salieron bailándolas
hasta la puerta principal del templo donde cada agrupación era esperada por sus
músicos, que son tres tamboreros quienes tocan dos tambores culo e puya y un
redoblante. Imposible acompañarlos a todos, así que opté por irme con la
parranda de La Ñeta. Pese a que no hay
pago de promesas, los niños son alzados en brazos por bailarines que se lo ofrecen
al santo; mientras en las afueras sus cofrades entonaban:
Ay cuando salirá mi
Yayo Juanicó
Kilembe cuando salirá
Ay qué no me lo
escondan Yayo Juanicó
Kilembe cuando salirá
Ya salió, ya está
saliendo mi Yayo Juanicó
Kilembe cuando salirá
El
frenesí de los cueros va sumergiendo en un delirio a todos los que estamos
allí. El calor hace sudar a chorros, y los bailarines se van turnando al santo,
va de mano en mano y por el lateral izquierdo de la iglesia se van a visitar
las casas de sus feligreses. Cada vez que entran a cualquier hogar los acompañantes cantan:
Ay Mariambea Juambimbe
Aquí está San Juan
Bautista
Que les viene a
saludar
Ay Mariambea Juambimbe
Si me dan permiso
entro
Ay Mariambea Juambimbe
Y si no me vuelvo
atrás
Ay Mariambea Juambimbe
¿Qué
mejor religión que la devoción sin afeites?
Voces broncas de negros cimarrones, cinturas ágiles y deslumbrantes de
hembras embriagadoras, repique altanero de unos cueros que retumban por las
calles de un pueblo entero volcado a celebrar. Eucaristía de hondas raíces para
una tradición que cumplirá milenios, una fiesta nacida del cruce de la
vitalísima savia africana que vino a nutrirnos, y del santo que nos impuso la Iglesia conquistadora.
Niñas
que apenas se asoman a la pubertad entonan los cantos de claros ancestros
esclavos:
Ay wandé, wandé
Wankilimakili
coquilembé
Ay wandé, wandé ya ya
Wankilimaki code Rosa
Ay wandé, wandé ya ya
Wankilimaki code Alzur
Ay wandé, wandé ya ya
Muchachos que entran a la adultez
con la risueña convicción de saberse herederos y parte de un rito como es el
caso de Rafael Alejandro Toro, quien me conmovió con su entrega a la parranda
de La Ñeta, en medio de dos columnas de la tradición guatireña como son María
Martínez Alzur y Juana Hernández. Fuente
a la que acuden músicos e investigadores como Héctor “Sahu” Castrillón, a quien
encontré entregando el alma al repicar el tambor como lo hace desde hace más de
30 años en esta comunidad.
Bendito
sea San Juan que sin hacerle milagros a nadie se convierte en prodigio y es resonante
plegaria. Bendita la gente de Guatire que acompaña a su santo con alebrestada
rochela de cantos y tambores, haciendo que la fe no sea un cepo confinado a las
cuatro paredes de un templo que muchas veces se olvida de ser luz, esperanza y
vida. Bendito el desamparo de Danne Marques, a quien vi con el desespero de sus
10 años luchar contra el tiempo para remendar el santo que una doña atropellada
había dejado sin un brazo… Bendito sea mi país que no deja de regalarme
asombros y hacerme entender que es una cantera infinita de gente preciosa que al lado de su devoción nos amamanta para hacernos lo que somos.
Amén.
© Alfredo Cedeño
9 comentarios:
Buen Dia... fotograficamente es un ambiente relajado para su lealtad especial, por su amabilidad y profesionalismo. MUCHOS EXITOS..FELIZ DIA.
......Cada domingo pares un hijo sr Cedeño uno más hermoso que el otro. Llenos de poesías y conocimientos. Me gustó mucho el final pues fuí testigo del desespero del niño por reparar su santo....
Gracias Alfredo... tus palabras y tu luz alegran mi existir los domingos mañaneros....reconociendo un pueblo y una tradición diferente de algún espacio de mi amado pueblo...buen día
sylvia
Hola Alfredo. Feliz Domingo.
excelentes fotos. Pero lo mas importante es pertenecer a un pueblo que conserva ls tradiciones y el fervor religioso traves de los tiempos. Sobre todo en el hoy, cuando se va dejando de lado todo aquello que fue motivo de alegría, esperanza y sano ejercicio. Un abrazo para ti y un gran saludo para tu pueblo.JUAN ANGEL PETTA
Buenos Dias! Las tradiciones son las q nos hacen sentir q seguimos siendo un hermoso pueblo......abrazos
jessica
Hola Buenos días: maravilloso artículo, por un momento me creí como que de verdad yo también estaba celebrando a San Juan. gracias!
Carmen Elena
Excelente fotos la q tomo y muy buen reportaje y nosotros los san juaneros reparamos nuestras imagenes aunq ahi creencias de que cuando se parte un santo hay q botarlo esas son las reliquias q les dejamos a nuestros sucesores gracias por esas imagenes tan lindas mi hijo es uno de los niños q baila a san juan y al cual usted supo tomar muy bien milll gracias
Lo felicito por muy buenas imágenes del san juan de guatire, me gustaría conocer el significado de los bailes en las tonadas, como el taquiquitaquicorozo, el cachicamo y ay mariandé ay juanbimbe
Gracias por todo lo que pusiste en ti y en las tradiciones de nuestra Venezuela y gracias a ti pude ASER mi tesis de los tambores de san Juan niño
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