“La gente que
estuvo en el poder no construyó instituciones, las destruyó, y al destruirlas estás
destruyendo todo. Es como un palomar donde las palomas se meten, y ponen un huevo, y crían sus pichones hasta que salen,
y se vuelan, y regresan… nosotros los
venezolanos desde chiquitos destruimos el palomar y nos quedamos en el aire.
Chávez lo que hizo fue sentarse en los escombros de lo que era la institución
venezolana que ya todos habíamos ido destruyendo por intereses, grupos de
poder, abusos excesivos, bipartidismo…”
El pasado domingo el Vicealmirante Carratú Molina comenzó a contar su experiencia como jefe de la
Casa Militar durante el segundo mandato de Carlos Andrés Pérez. Vio infinidad
de situaciones de toda índole y no duda en mencionarlas con nombres y
apellidos. “Cuando llegué me encontré que el ecónomo del Palacio se robaba la
gasolina, el periódico y la comida, lo denuncié: nada; conseguí una pareja
haciendo el amor en un escritorio: no los botaron; hice una información cruzada
con DISIP, PTJ y Guardia sobre el personal del Palacio con antecedentes y había
400 referidos policialmente, se lo llevé al presidente: ¿Qué es esto? La
seguridad entra por casa, aquí hay una cantidad de gente que miren lo que son…
No quiso limpiar todo eso, tampoco me dejó. “¡No almirante, tenemos que botar a
todos!” 400 personas y no se tocó a uno. Estoy es dando pinceladas. Un Alto
Mando Militar donde cada quien iba por su lado. El presidente reunía al
Gabinete de Seguridad que eran todos los militares, todas las policías, los
ministros del área de seguridad y algunos agentes de inteligencia que tenía, después
que Pérez decía bueno Izaguirre, quien era el ministro de Relaciones
Interiores, los dejo para que usted se encargue. Y en lo que se iba el
presidente se paraban los ministros y se iban, los generales no se hablaban: el
de la DIM no le hablaba al de la Guardia, el de la Guardia tenía peos con el
comandante de la Armada, el de la Armada con el Ministro de la Defensa, el
Ministro de la Defensa manejando sus intereses… ¿Cómo un presidente puede
gobernar así? Sin dejar de mencionar que en el consejo de ministros, que eran
catorce, de los cuales seis eran técnicos: Miguel Rodríguez y su grupo, pero
habían representantes del grupo Jirahara, del Grupo Roraima, del Grupo Santa Lucía y del Grupo Cisneros. Pérez
daba instrucciones asignaba tareas, y salían o no salían, porque todo dependía
de los intereses de cada grupito. La primera reunión que Pérez tuvo con los dueños
de medios en Miraflores, durante mi presencia,
yo tenía como una semana en el cargo, él me llama y me entrega una lista
de los que van a entrar a esa reunión con él; me dice: primero entran los que
tiene el signo más, en el segundo grupo entran los que tienen el signo menos, y
el resto en el tercer grupo. Yo agarré eso, me lo metí en el bolsillo, y llamé
a un edecán: este es tu trabajo, primero van estos, pásalos al salón Pantano de
Vargas y me avisas. Cuando me dice que estamos voy a buscar al presidente,
cuando vengo con él entrando al salón, Pérez no entra, se devuelve: ¿Qué vaina
es esta almirante? ¿Usted no cumple mis órdenes? ¿Qué le dije yo? ¿Por qué está
Marcel sentado con Cisneros juntos? Yo los puse separados, porque tienen una
guerra entre ellos y quieren que el gobierno se meta en la guerra y yo no
acepto eso, sáquelos. Tuve que sacar a Marcel y a Cisneros. ¿Qué pasó con el
edecán? Billete, billete, ahí toda vaina era así.”
Las quejas de
aquellos días no son pocas y eran tanto foráneas como internas. “Me encontré
que a nivel de los edecanes había unos que estaban cuadrados con Cecilia Matos
y otros con la Primera Dama. Los reuní a
todos y se los dije: el que me meta un chisme aquí lo saco. A Paredes Niño, que
era subjefe de la Casa Militar, un bandido, le dije: o te acomodas o te saco;
le metí cinco días de arresto. Si tú arrestas a un coronel, ese no llega a
general… el carajo llegó a general de división y comandante de la Fuerza Aérea,
¿quién lo puso? Alfaro Ucero con Caldera. Repito: ¡Putearon la Fuerza Armada! Yo
recibí en total 800 coroneles en audiencia privada conmigo y le metí 150
militares al presidente en audiencia privada, los viernes, escogidos por mí, y
no eran generales eran tenientes, sargentos y suboficiales, puros hombres
jóvenes para que hablaran con él. Les hablaba
un minuto. Se lo decía: Presidente hable con los oficiales, usted es el
comandante en jefe, el civil no tiene idea de lo que es ser comandante en jefe,
por eso el militar se resiente, porque el Comandante en jefe no es tal, los
maneja políticamente. El presidente es
líder del poder ejecutivo, presidente de la república y comandante en jefe,
tienes tres sombreros y tienes que ejercer los tres, para eso eres presidente,
para eso te elegí. Los presidentes
confunden esa vaina y creen que es una sola, y manejar la institución militar
es una pelota de futbol pero con espinas que si le das mal te la clavas esa
vaina, no saben manejarla porque no conocen el pensamiento militar. El gobernar
es una vaina muy grande y por eso es que
yo dudo que estos pibes María Corina, Henrique, logren gobernar a
Venezuela en estas circunstancias,
nosotros con esos carajos vamos a un barranco más grande.”
Carratú
asegura que el escenario en Palacio era un verdadero saco de gatos del cual “el
presidente no se daba cuenta. Pérez entraba al palacio de Miraflores a las
cinco de la mañana, yo lo recibía a esa hora, y se iba a la una de la mañana o
se quedaba durmiendo, lo cual hacía con frecuencia. Generalmente dormía en la
suite presidencial, donde lo hacía en una hamaca, él ahí no dormía en una cama,
ese era un cuarto sin muebles, un escritorio, una caminadora para hacer
ejercicio, una camilla para masajes, y en la hamaca.” Revela el almirante que
en los hoteles Carlos Andrés Pérez rara vez dormía en las camas. “Muchas veces
dormía en el piso, no dormía en la cama de la habitación, el presidente Pérez
era un hombre muy particular y yo de rechazarlo en el año 1990, cuando me
llamó, a admirarlo antes de su muerte,
es un trayecto de identificar lo cochino y falso de la sociedad, lo
circunstancial de los hombres que integran ese entorno, el cinismo político,
ahí uno dice: coño si este es el poder qué queda para el resto de los
venezolanos? Y por eso estamos en esto. En ese tiempo el bipartidismo desplazó
al estado; Gonzalo Barrios era el piache que hablaba los domingos y entonces la agenda política y todo lo que
era el país lo decía él que no era presidente, igualmente Alfaro Ucero,
igualmente Caldera, y lo mismo con Teodoro Petkoff y José Vicente, eran los
polos que marcaban el rumbo. El Estado era una figura tenue que flotaba sobre
la cabeza de todos nosotros. Tú buscabas de ver al Estado y no lo conseguías,
conseguías a un partido, una figura pública, un general, un jurista famoso,
pero el Estado: NO. El venezolano siempre estuvo esperando: ¿y dónde está el
Estado? ¡No había! Fue desplazado por las corrientes políticas y los intereses,
el bueno era sacado, estaban construyendo una institucionalidad de bahareque,
que cualquier animalito se lo come, acaba con eso. Chávez fue un comején, acabó
con lo que estaba, con lo que habían ido destruyendo toda la gente que estaba pasando
factura desde 1945 empezando por Uslar Pietri. Desde el 45 Venezuela soportó, y
soportó, y soportó hasta que cayó, por eso es que Venezuela tiene que ser
reconstruida con nuevos hombres y nueva orientación política, con vocación
ciudadana. En Venezuela no hay ciudadanos, en Venezuela hay residentes,
oportunistas, vejados, desplazados, ignorados, pero ciudadanos no. Necesitamos ciudadanos.
Nos acostumbraron a ser obsecuentes con el poder, y cuando tú ibas a votar
votabas pero por lo mismo, o por una opción de trabajo, o por una opción de
militar, pero no para gobernar un país, esa fue la tremenda equivocación de
nosotros los venezolanos, no votamos para gobernantes sino para oportunistas
que llegaron al poder.”
Revela el
militar retirado que su respeto por el ya fallecido presidente Pérez, no está
exento de reconocer los errores que aquel cometió. “Estoy diciendo las vainas que son, como yo
las viví, yo no digo mentiras, ni hablo mal de nadie tampoco, lo que te cuento
es lo que viví. ¿Los problemas de Pérez? Su doble vida familiar ese fue el peo.
Yo le dije divórciese presidente. ¿Cómo? Si, su conducta afecta a todos los que
estamos aquí, porque es la Primera Dama con su grupo y Cecilia Matos con su
grupo y nosotros estamos en el medio. El ambiente que lo rodeaba era un infierno,
un revoltillo de intereses y de presiones y de chismes; cuando te oponías a uno
te jodían por aquí y cuando tú favorecías a este te caían por allá. Él
reconocía sus propios errores y luego, cuando ya estaba exiliado acá en Miami
me decía que había cometido errores desde pequeño, él me lo decía: “Yo cuando
tenía 15 años no estudiaba y me iba para la calle a hablar de política, después me di cuenta de
la falla de no formarme, por eso es que después cuando fui presidente por
primera vez apoyé tanto las becas Mariscal de Ayacucho, porque si no te formas
no puedes dar todo lo que puedes.” El presidente Pérez me fue contando muchas
cosas en los momentos de soledad cuando presidente y después cuando yo venía
aquí, invitado por él todos los años y caminaba con él por la playa; yo lo que
hacía era escuchar. Él nunca se quitó la espina de que no lo tumban los
militares, lo tumban los políticos y empresarios a quienes él ayudó a construir
fortuna y riqueza, en quienes él creyó que estaba ayudándolos para hacer un mejor país, y esas mismas personas
fueron los que lo tumban y acaban con Venezuela. La doctora Hildegard Sansó es
una bandida.”
Dice que el 4
de febrero no lo agarró por sorpresa. “Se sabía. Los sistemas de inteligencia
venezolanos estaban controlados por los militares rebeldes y por los generales
y comandantes militares que sabían que había una conspiración y estaban
conspirando con empresarios, con los copeyanos, con los adecos y con los dueños
de los medios de comunicación. Los medios de comunicación hacen la influencia
de la opinión publica de uno u otro lado, para bien o para mal. Cuando llego a
Casa Militar los oficiales comienzan a decirme: aquí hay un malestar creciente;
también veía como los periodistas que cubrían la fuente de Miraflores decían
cosas que eran mentiras, yo decía: pero esto no es lo que dijo el presidente. Periodistas a los que mandé con su familia de
vacaciones para La Orchila, o periodistas
a los que Pérez les regaló carros de agencia. Es más, en la dirección de
administración del Palacio de Miraflores, había una pared que hacía esquina en
forma de L donde los fines de mes había bolsas con dinero, cada una tenía el
nombre de los periodistas y cada uno llegaba y sacaba su bolsa y se iba, yo los
vi, no fue que me lo contaron, ¡los vi! Por eso cuando yo veo periodistas que
se la tiran de honestos y serios, me pregunto: ¿y esos carajos que iban ahí, a
qué iban? Yo le llevaba plata a muchos dueños de periódicos del interior, YO se
los llevaba, paquetes de billetes. ¿Uno de ellos? Esteban Pineda, el de
Panorama, jalabola de Pérez, metido en Miraflores todo el tiempo, chismeándole
al presidente Pérez, después el carajo se hizo chavista. ¿Entonces? Esa es una
vida de circo, el centro del poder es un circo donde tú ves payasos disfrazados
pero no identificas quienes son esos carajos, esa es mi experiencia personal y
por eso es que lo digo, por eso es que me tienen arrechera. Hay gente que no
dice las cosas porque son parte del problema, son parte de los intereses en
juego, una sociedad política es un
conflicto de intereses es lógico y entendible, cada quien quiere ocupar espacio,
pero cuando tú ocupas espacio y desplazas la institución desplazas la
estructura de Estado, tú estás derrumbando el Estado, estás derrumbando la estructura política de la Nación y eso no se puede tocar, es como si tú tocas
las bases de un edificio. ¡Se te cae el edificio! En Venezuela no hay ética de
gobierno, no hay ética de Estado.”
El chorro de
frases es un mar de leva que va arrasando con todo a su paso: “Se sabía que
venía algo raro, los grupos de inteligencia no funcionaron porque estaban
controlados por los conspiradores, quien alertó al presidente Pérez fue el
general Heinz Azpurua, quien era director
de la DISIP. El 6 de enero del 92, le dijo: Presidente aquí está en este sobre
el informe de la conspiración en el
Ejercito, yo soy militar, pero soy el director de la DISIP y no tengo acceso al
Fuerte Tiuna, aquí tiene. Y se lo entrega a Pérez en mi presencia. Pérez agarra
el sobre le dice a Ochoa Antich: “Ministro, encárguese de esto, a mí regreso
hablamos, estoy cansado de estar oyendo vaina de ruidos de sables y
conspiraciones, yo quiero acabar con esto.” Entre una cosa y otra nos vamos para Davos en
un avión de Siwssair y al regresar en el aeropuerto estaba Ochoa quien lo
recibe: bueno presidente los mismos rumores de siempre… Lo paró es seco:
¡Móntese en el carro! y le forma tremendo peo. Nos vamos a Caracas, el
presidente se va a Miraflores y yo a mi casa en Macaracuay, cuando me avisan
que hay unos tanques disparándole a La Casona (residencia presidencial), me
paré, me vestí y me fui al Palacio. Cuando llego a Miraflores está Pérez en la
oficina con Ávila Vivas y Alfaro Ucero, y es cuando me entero que los tanques de
guerra estaban en la calle desde las diez de la mañana del 3 de febrero y nadie
hizo un coño, ¡nadie!, diez horas las tropas en la calle y nadie dijo nada. Cabronería
de las policías, cabronería del Mando Militar, cabronería de los medios de
comunicación, todos estaban complicados,
pudo más el deseo de tumbar a Pérez, empresarios en su manía de tumbarlo, los
medios de comunicación en su vaina para tumbarlo y no se daban cuenta que
estaban acabando con el único líder político que había, ¡no había más! Lo cierto es que en medio de aquel zafarrancho
me doy cuenta que el presidente está solo. Cuando decidimos salir del Palacio
ante el asalto inminente de los rebeldes ¡no hay carros! Los carros de la
caravana presidencial estaban inoperativos, ¡no tienen llave!, me traen un
carro negro. Les pego cuatro gritos y me acuerdo que había un carro LTD cuerpo
ancho blindado, que estaba asignado a Jaime Lusinchi que se estaba reparando, ¡tráeme
el carro de Lusinchi!, y me lo traen, pongo un chofer, voy a buscar al
presidente cuando vengo no tengo chofer,
¡el chofer se fue pa´l carajo! Agarro un guardia: tú metete, maneja el carro, si
Almirante, metí un soldado atrás, metí
al jefe de escolta civil, que era un hijo de Erasto Fernández, y al presidente;
adelante íbamos el chofer, Ávila Vivas y yo, y salimos. Yo no sé quien salió a inventar esa zoquetera
de un Maverick verde y de que habíamos estado escondidos en un hotelito del
frente de Venevisión. Eso es mentira, ganas de hablar pendejadas de algunos que
todavía andan por ahí. Éramos seis
personas, sin escolta, esos nada más, salimos vía Baralt hacia arriba y cuando vamos
por el seminario me comunico con Venevisión y le digo al comisario Efrén, el
jefe de la escolta civil de Cisneros, necesito hablarle al país, me dice: como
no, vente y te saco en cinco minutos. Él no sabía que iba con Pérez, y la
Primera Dama que me tenía idea había estado llamando y diciendo que el jefe del
golpe era yo, así que el hombre de seguridad creía que yo iba a hablar porque
era el jefe del golpe… Él no sabía que yo llevaba al presidente Pérez. Cuando
llegamos a Venevisión me bajo del carro, me pongo delante, con una
ametralladora que tenía conmigo, arriba en
la azotea estaban los escoltas armados con fusiles, les digo: traigo al
presidente Pérez ábranme la puerta, me abren y entro corriendo con el
presidente y lo llevamos a la oficina de Cisneros: vacía, no había ni un lápiz,
ni un papel, ¡nada!, ni papel toilet en
el baño… Ese es el discurso presidencial más arrecho que yo he escuchado en
Venezuela, ese discurso sin papel, en una crisis, tumbado, porque estaba
tumbado y él carajo con gran aplomo se dirigió a las Fuerzas Armadas: les
ordeno regresar a los cuarteles…"
Revela Carratú
que en las horas posteriores conmina al presidente a destituir al Alto Mando
Militar, también narra como vio al día siguiente, “en la mañana, las elites
políticas venezolanas van a Miraflores a
pedir perdón por Chávez, a que lo suelte, la Iglesia Católica, los adecos, los copeyanos, los empresarios, los medios de comunicación, excepto Caldera
que no fue, todos fueron a pedir por Chávez, inclusive el ministro Ochoa. En el
Palacio se habían metido conspiradores en todos lados, había policías, edecanes
complicados, de toda vaina, ese blindado que aparece entrando al Palacio Blanco
fue filmado por el general Müller Rojas y un Azpurua cineasta, ellos sabían la
vaina, y fueron a hacer esa toma que fue preparada por ellos para ponerla a
rodar de inmediato, y el primero que lo tira al aire es Marcel Granier por
Radio Caracas Televisión al mundo, ¿entonces mi hermano?“ Fueron horas que se
convirtieron en días, y estos en semanas, y estas en meses donde el vértigo era
cotidiano. “A Uslar Pietri lo mandaron a allanar y vino Beatrice Rangel: no lo
allanen yo me encargo de eso. Se sabía que la conspiración era en la casa de
Uslar Pietri, con Burelli Rivas, con Vivas Terán, Mario Moronta; también se
reunían en una casa entre Prados del Este y Cumbres de Curumo, en la casa de
Contreras Laguado.
Es mucha el
agua que ha visto pasar bajo el puente, afirma que tiene sus canales de
comunicación con las actuales fuerzas armadas y vaticina un desenlace que pasa
por un gran acuerdo nacional para reencauzar al país. “Las Fuerzas Armadas
nuestras están destruidas, nosotros no tenemos capacidad de defensa, no tenemos
defensa interior, que es lo que tiene que preocupar al ciudadano, porque la
defensa es la defensa militar, pero la defensa interior es el aporte de las
Fuerzas Armadas al control interno a través del poder civil que es el
presidente, pero eso no existe, Chávez lo acabó, la institución es una guardia
pretoriana del gobierno, una guardia represiva, corrompida porque el gobierno
es corrupto, una mafia de bandidos en el poder y ahí todo el mundo se cuadra. Si
el militar percibe que la sociedad está organizada y percibe que hay una
componente ético en la dirección de esa sociedad el militar cambia mentalmente
y se orienta, por supuesto que hacen falta otras variables que manejar pero
sobre todo que el militar perciba que hay un cambio ético en quienes dirigen o
van a dirigir el país. Eso no se ve, nadie lo ve. En las fuerzas armadas están
viendo que vamos a un conflicto interno, a una revuelta, a una expresión civil
espontanea por hambre, porque ya la ideología bajó de aquí (se señala la
cabeza) al estómago. Ellos están viendo que viene un problema nacional
inmanejable y vamos al caos, en el caos el militar tiene la obligación de intervenir, para bien o para mal. El militar
sabe que viene un problema y está tratando de que no se presente porque le va a
caer en las piernas, la ecuación en Venezuela pasa por el militar, pero resulta
que el militar no quiere ser parte de la ecuación, sin embargo va a caer en eso
y no está preparado. ¿Qué veo? Viene una ruptura en Venezuela, por fuerza, en la
cual podríamos perder territorio, ya estamos perdiendo la Guayana Esequiba y podemos
perder el Golfo de Venezuela, que son las ambiciones de Colombia.”
Está
convencido de que la casta política-castrense que ha creado Diosdado y Maduro va
para fuera. Aspira a que el ciudadano
tenga confianza de lo que va a hacer el mundo militar, “tenemos que raspar,
limpiar todo en el momento que corresponda, no empezando pero en la medida que
se desarrolle tendremos que ir purgando la institución militar, traer militares
viejos, retirados, incorporarlos, dos, tres años, cuatro años y después que se
vayan, pero que ayuden a reconstruir, y rescatar a la institución. Tiene que ser un borrón y cuenta nueva en las
fuerzas armadas, hay que restructurarlas. El militar tiene que aprender a
respetar al ciudadano y a trabajar para los ciudadanos, porque a nosotros nunca
nos formaron así, yo nunca recibí una clase de Derechos Humanos, nunca. Hemos
llegado a un punto en el cual el pueblo no cree en las instituciones, ni en los
funcionarios públicos, eso hay que reconstruirlo. Tú no construyes reparando muertos, tú
construyes con nueva gente, con nuevas caras, con una manera diferente de hacer política, de
gobernar, tú no puedes seguir gobernando con las élites, tienes que darle cara
social al gobierno.
Carratú Molina
concluyó sus declaraciones así: “A los ciudadanos y a las fuerzas armadas, en
su rol de ciudadanos que también son, digo:
el país está transitando una convergencia de crisis, que no es solamente Maduro
ni la presencia cubana en Venezuela, ni
la perdida de la soberanía, la crisis nuestra está en la esencia del
venezolano, en la manera de ser, de
conducirse; esto nos obliga a no ver hacia atrás, a ver hacia adelante para
construir un nuevo camino, que tiene que ser la concordia, el respeto mutuo,
las oportunidades a quien se las merece y darle un contenido social, no social
político, sino social ciudadano a la gestión de gobierno. Mientras que en el país no se hagan esos
cambios la estructura militar seguirá siendo el aparato represivo de los gobiernos como en el pasado ocurrió y
en este se ha evidenciado 100%. De no haber construcción de democracia, ni de
valores éticos, ni de valores ciudadanos, no hay en el mundo ningún gobierno
que pueda sostenerse en el tiempo. Queda de los venezolanos reconstruir el país,
Venezuela no se va a perder, el territorio siempre estará ahí, lo que va a ser
diferente son las clases sociales, los hombres y las mujeres y la juventud, los
nuevos hombres del país, eso hay que cuidarlo. Urge un cambio de actitudes de
los venezolanos para que nosotros podamos resurgir; esto no depende de un líder,
de un mesías, de un chamo, de un viejo, de un equipo de políticos, etcétera, no.
Primero que los partidos están los ciudadanos, la organización social básica
venezolana es Venezuela y es por los venezolanos independientemente de cómo
piensen. Los militares tienen que regresar a los cuarteles, tienen que revisar
lo que son, muchos tendrán que salir del juego y como la fuerza armada es una
institución en defensa de la Nación bajo el control civil, los venezolanos que
asuman el rol bien sea por presidencia de la república o por instituciones
importantes de los poderes del estado tienen que cuidar que las fuerzas
armadas no se desvíen ni sean desviadas por intereses en cosas que no le corresponden. En el pasado el militar
era el caballito de batalla de todos los caprichos de los políticos, el cachifo
de los políticos, las fuerzas armadas tienen que ser restructuradas total y
absolutamente, restructurarlas en el concepto político de la institución
militar. El militar no es que sea apolítico el militar tiene que ser
apartidista y el militar no puede trabajar para un presidente, trabaja para el
estado, para la nación. Cuando el militar trabaja para un presidente deja de
ser profesional.”
© Alfredo Cedeño
10 comentarios:
¿Qué vas a hacer con todo esto? Espantoso. Un abrazo.
Alejandro Moreno
Gracias por compartirlo...
Triste, ratificar la pudrición de nuestra historia, en relación a la política, nuestros gobernantes y los que en teoría deberían cuidar a nosotros y al país.
Excelente artículo.
Ana Nunes
Estimado almirante y " tocayo" ese articulo es excelente dijo las cosas como fueron. Lo felicito. Cuando esto se caiga, hay que reconstruir nuestra Patria con gente vieja por unos anos hasta que saquemos el pus que tiene Venezuela.
Muy bien, lo felicito.
Daniel Martinez
Excelentes reflexiones....
que opinión tan resentida y acomodaticia, me pregunto el almirante no tendría alguna responsabilidad cuando estuvo presente en la casa militar, al estar dando dinero no contribuyo con esa cáncer de la corrupción, da lastima que todos tengan rabos de paja ahora tengan
la reputación de ser la antorcha para los bobos de venezuela
Mi almirante, sinceramente lo felicito por esta historia, muchos Venezolanos no saben lo que pasó ese dia del golpe. Ud tiene razon a venezuela hay que reconstruirla, soy militar retirado y estoy a la orden. Porque quiero a mi pais.
Carratú fue otro de esos personajes nefastos de la Cuarta República. Ahora está supurando por la herida. Sino aparece el comandante Supremo hoy en día Venezuela estuviese destruida
¡VIVA BOLÍVAR!
¡VIVA MARTÍ!
¡VIVA CHÁVEZ!
Gracias a Textos y Fotos. Atención Roberto Ferro
Siempre lo sigo, aún cuando hoy me suscribo.
Muy importante su entrevista al Vicealmirante Mario Iván Carratú. Ejemplo de Militar con experiencia y demostrada lealtad. Con verdadera Vocación Institucional y Patriótica.
Desde mi condición ciudadana común, admiro y comparto plenamente su criterio.
Es necesario erradicar el mal desde su raíz. Rearmar el país debe ser tarea de todos.
VA Carratú es un gran Ejemplo Venezolano. Gracias por permitir expresar.
""""Periodistas a los que mandé con su familia de vacaciones para La Orchila, o periodistas a los que Pérez les regaló carros de agencia. Es más, en la dirección de administración del Palacio de Miraflores, había una pared que hacía esquina en forma de L donde los fines de mes había bolsas con dinero, cada una tenía el nombre de los periodistas y cada uno llegaba y sacaba su bolsa y se iba, yo los vi, no fue que me lo contaron, ¡los vi! Por eso cuando yo veo periodistas que se la tiran de honestos y serios, me pregunto: ¿y esos carajos que iban ahí, a qué iban? Yo le llevaba plata a muchos dueños de periódicos del interior, YO se los llevaba, paquetes de billetes. ¿Uno de ellos? Esteban Pineda, el de Panorama, jalabola de Pérez, metido en Miraflores todo el tiempo, chismeándole al presidente Pérez, después el carajo se hizo chavista."""
Coño me gusto esa parte de criticar la corrupcion y la podredumbre para luego admitir abiertamete es:
"Yo le llevaba plata a muchos dueños de periódicos del interior, YO se los llevaba, paquetes de billetes."
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