miércoles, febrero 28, 2018

¿SERÁ QUE TIENEN?


                Pocos días atrás medios y redes sociales divulgaron destacadamente un estudio llevado a cabo por el psicólogo Roger Beaty, quien es investigador en el área de neurociencia cognitiva en la Universidad de Harvard. La investigación del mencionado doctor fue publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, y allí Beaty muestra cómo y dónde se lleva a cabo el pensamiento creativo.
                El científico comprobó que este proceso ocurre en tres instancias diferentes. Ellas son: la red neuronal por defecto, que se utiliza cuando el cerebro está imaginando; la red de control ejecutivo, que se activa para tomar decisiones; y la red de prominencia, utilizada para discernir la importancia de una cosa y que funciona como un interruptor entre las otras dos redes. Él se dedicó a estudiar el comportamiento de las distintas redes neuronales utilizando una resonancia magnética funcional, que le permitió obtener imágenes de la actividad del cerebro.
                Los datos obtenidos por el autor le permiten afirmar que "las personas creativas tienen una mayor habilidad para coactivar redes neuronales que habitualmente trabajan por separado". Es necesario apuntar que Mr. Beaty está tratando un tema que varios años atrás fue abordado también, pero circunscrito a un grupo de 21 estudiantes de artes, por Rebecca Chamberlain –la psicóloga, no la cantante y artista plástica–, en el laboratorio de psicología experimental de la Universidad de Lovaina, Bélgica.  En su investigación, publicada por la revista Neuroimage en agosto de 2014, ella utilizó un escáner llamado Morfometría Voxel para estudiar el volumen de las distintas áreas del cerebro de los citados 21 estudiantes y luego lo comparó con otras 23 personas que no se dedican a ninguna actividad artística visual.
                La señora Chamberlain encontró que el cerebro de los artistas muestra un desarrollo visiblemente mayor de la materia gris y la materia blanca en el Precúneo y en otras áreas asociadas al procesado de imágenes y a la coordinación motora.  Por lo visto, a ambos lados de la mar océana, los estudiosos coinciden en que hay algo fuera de lo normal en los órganos pensantes de quienes creamos.
                Para ir abreviando, los creadores tenemos algo diferente dentro de la cabeza y por ello nos hacemos preguntas y planteamientos diferentes a los demás. Tal vez por eso, estoy aquí ahora preguntándome: ¿Cómo será el de los políticos tropicales, tercermundistas y en vías de desarrollo? ¿Por qué es que ellos siempre aseguran ver lo que los demás ínfimos mortales no podemos ver y nos exigen una fidelidad que ni Rin tin tin al huerfanito Rusty? A todas estas… ¿y si es que ellos no tienen? No podemos pedirle duraznos a una mata de topochos.

© Alfredo Cedeño

miércoles, febrero 21, 2018

HABLANDO DE BURROS


                Hay libros a los que regreso con frecuencia y fruición, son textos que recuerdo con extrema claridad, sobra decir que son palabras que me marcaron. Son varios, que con sus primeras palabras se convirtieron en una suerte de aldaba que al apenas oírlas, o leerlas, ya sabe uno cuál es. Estoy seguro de que muchos de quienes me leen recordarán aquello de: "Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor".  El Principito, saltará más de uno. O aquello de: "En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor".
                ¿Hay que decir algo de aquel otro que comienza: "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo."? ¿Cómo olvidar a Dante y sus versos iniciales de La Divina Comedia: "Del camino de nuestra vida/encontréme por una selva oscura,/que la derecha senda era perdida"? ¿Cómo no identificar a Verne y su De la tierra a la luna en aquellas frases iniciales: "Durante la guerra de Secesión de los Estados Unidos, se estableció en Baltimore, ciudad del Estado de Maryland, una nueva sociedad de mucha influencia"?
                Por supuesto que al recordar: " Un bongo remonta el Arauca bordeando las barrancas de la margen derecha.", es la figura del maestro Rómulo Gallegos la que salta con majestad a entregarnos su Doña Bárbara.  Como ellos son infinitos los comienzos de obras que me suelen hacer cabriolas en la memoria. Hago este recuento porque hoy, al sentarme a celebrar mi encuentro semanal con quienes me leen, para su gusto o disgusto, pienso en azotar a los burros rojos y sus comparsas en menesteres electorales, pero de inmediato me reprocho por mi infeliz asociación, que no es la primera vez que lo hago en este espacio.
                ¿Cómo asociar a esta horda de termitas con los solípedos? ¿Dónde estaban mis recuerdos para olvidar aquellas palabras iniciales de Juan Ramón Jiménez: "Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro"? ¿Acaso hay correspondencia entre esa belleza y la sordidez que padecemos? ¿Se puede siquiera pensar en comparar a un pastor y al moreno aquel de voz meliflua con los asnos? Qué infeliz he sido en mis vituperios para con esta cáfila de seres impresentables, qué injusto para con Platero y sus compañeros. A todos presento mis excusas.

© Alfredo Cedeño

miércoles, febrero 14, 2018

INTOLERANCIA DESARMADA



Cada día es más frecuente el lloriqueo de los miembros de la élite roja ante los "escraches" a que son sometidos sus familiares y ellos mismos en diferentes ocasiones tanto en lugares públicos como en locaciones extraterritoriales. Las redes sociales, unas veces ensalzadas, otras satanizadas, han suministrado abundantes testimonios de tales expresiones ciudadanas. Entre las más divulgadas recuerdo ahora la de la hija del jefe de delegación dialogante en la cuna de la bachata, quien fue encarada en las calles de una localidad australiana.
Así como a la hija del psiquiatra, ahora ensalzado como el "más culto del régimen", pero no menos cínico ni alevoso, también han pasado por tales sofocos el propio padre de la mencionada criatura. A él le tocó en las calles de México. Otro que recibió su ración de rechazo fue el grandilocuente y no menos vil Roy Chaderton en las calles de Madrid; igual le tocó al ahora expulsado Mario Isea. También en España, Barcelona, le tocó a Maripili Hernández. En Suiza al embajador venezolano le dieron su ración en un supermercado. El ex hombre fuerte del petróleo y ahora estigmatizado por los propios chavistas, el dojo-dojito Rafael Ramirez, fue encarado en un exclusivo restaurante de carnes en territorio norteamericano. Y no son los únicos que han recibido dicho tratamiento.
Tales métodos no son exclusivos fuera de las fronteras. Varios años atrás el galán Roque Valero lo vivió en un centro comercial de Los Naranjos. Igualmente vimos las imágenes de una rectora electoral en una carnicería, de las de verdad no comicial de esas que a ella y sus colegas les encanta llevar a cabo, ser confrontada por un grupo de amas de casa. La verdad es que en el territorio nacional es poco probable que tales manifestaciones se puedan llevar a cabo por que desde el más humilde funcionario maduro-chavista se desplaza con una horda de malandros empoderados como escoltas quienes agreden desproporcionadamente a quien ose decir siquiera ñé en los alrededores del personaje de turno.
No han faltado quienes han condenado dichas acciones por considerarlas poco edificantes y condenan fervorosos el acoso personal al que son sometidos funcionarios y familiares. ¿Hay proporción entre la violencia organizada que se ha ejercido a lo largo de estos años contra todo el país y los gritos que se le den a esta horda de zánganos que ahora pretenden vivir como príncipes sauditas con lo robado en Venezuela? ¿Hay acaso simetría entre el lanzamiento de un bazukazo contra el refugio de Oscar Pérez y las informaciones de las andanzas dadas a conocer por la plataforma digital sobre la fauna roja?
Aunque parezca mentira, sobran de este lado del escenario quienes defienden a las "pobres víctimas de la intolerancia". ¿Tenemos que seguir poniendo las mejillas y nuestras humanidades para que prosigan saciando su sadismo la tropa de malvivientes? ¿Frente a la violencia estoicismo?

© Alfredo Cedeño

jueves, febrero 08, 2018

CIELO DE BIENAVENTURANZAS


                El viejo trapo del desespero es agitado una y mil veces en nuestras caras, lo mueven de un lado al otro con sádica pericia, buscan derribar los aparentemente escasos rasgos de dignidad que sobreviven en nuestra tierra. Han sabido disfrazar ante el mundo su sevicia revistiéndola de irreverencia. Sobran quienes reconocen su fascinación por un Chávez que enfrentó a los "gringos" y los puso en su lugar. Poco les importa lo que los hechos muestran, no tiene importancia su manifiesta incapacidad para realizar el delicado ejercicio del poder al servicio de la colectividad que le otorgó tal investidura.
                La clemencia para con el comandante eterno ha sido extensiva a sus herederos. Nada significan las muertes a mansalva ni los niños moribundos de hambre, o los enfermos desahuciados por la falta de un mísero antibiótico.   Todo está permitido para quienes dijeron a los dueños del "imperio" las cosas en su cara. La venta de petróleo y las compras de los derivados petroleros a los "gorilas" del norte no son puntos que considerar. La admiración condona cualquier barbaridad pese a sus costos en vidas, después de todo ya Fidel dejó una larga secuela de atropellos exonerados en aras de la "autodeterminación".
                A pesar de los pesares Venezuela no ceja, y mientras sus dirigencias, las de ambas aceras, se empeñan en repartirse los mendrugos de la que fuera la suntuosa mesa de Latinoamérica, son canes rabiosos que no dejan de lanzarse feroces dentelladas en su disputa por unos retallones cada día más escasos; el país restaña sus lastimaduras y prosigue, sigue entregando su ofrenda de vidas y voluntades, con la absoluta firmeza de saber que solo el esfuerzo genera bienestar y futuro.
                 Venezuela no necesita palabras esperanzadoras, ella toda es una esperanza infinita que no deja de retoñar pese al estío que se ha cebado sobre sus confines. La dolorosa diáspora es una hemorragia de afectos que cada día se extiende más, éxodo que no ha perdido el sentimiento de justicia para enrostrar a los parásitos que ahora pretenden instalarse pomposamente en el primer mundo a gozar del dinero robado al país.
                Venezuela no necesita solidaridad ni diletantes jugando al oficio de gobernantes. El país al que pocos quieren oír, al que la Iglesia no deja de acompañar y hacer suya su voz para multiplicarla y hacerla más poderosa, tampoco clama por Mesías de nuevo cuño. Venezuela  sólo necesita una llovizna tenue de libertad para que vuelvan a crecer nuestros araguaneyes en delirante contraste con nuestro cielo de bienaventuranzas. Por eso, mi país está fabricando sus propias nubes para regar sus tierras ahora yermas.

© Alfredo Cedeño

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