–¿Cómo me echan esta vaina, Manuel Alfredo, cómo me echan esta vaina?
Eso lo oí repetir una y otra vez, una noche de fines de julio de 1976,
en la biblioteca de la casa de un amigo en la Alta Florida, Caracas, con quien
compartía actividades scouts. Él en el grupo La Salle de La Colina, y yo en el
Orión 33 de San Bernardino. Hablo de Jaime Rodríguez, hoy en día médico, y con
quien era habitual que alguna vez nos fuéramos un grupo de rovers a la casa de
cualquiera del clan; esa noche nos habíamos ido a la suya. Su padre fue el escritor
guayanés Manuel Alfredo Rodríguez, adeco
por más señas, y amigo de Carlos Andrés Pérez, quien acababa de llegar de un
viaje por el exterior y se encontró con la noticia de la muerte del dirigente político
de izquierda Jorge Rodríguez en las celdas de la DISIP, y por la amistad que le
unía al escritor hacia allá se dirigió casi a medianoche y le hacía esa pregunta una y otra vez.
Pérez, y de lo cual
es muy poco lo que se ha dicho al respecto, tenía una particular deferencia por
Rodríguez, ya que ambos habían compartido militancia en el partido blanco, y el
dirigente veterano tenía buena impresión del fogoso muchacho. Es bueno
refrescar a quienes no conocen ciertos parajes de nuestra historia que la Liga
Socialista, organización fundada por el padre del actual alcalde del municipio
Libertador de Caracas, surgió de una escisión del Movimiento de Izquierda
Revolucionaria, que a la vez había nacido de la división de Acción Democrática,
y en cuyos tiempos Rodríguez había estado muy cerca del expresidente tachirense,
y por ello aquella pregunta que le hacía al padre de mi amigo.
En ese momento el
actual burgomaestre capitalino era un niño de 10 años, y se convirtió, de
alguna manera, en una especie de responsabilidad disgregada entre todos
aquellos relacionados con la izquierda y que habían estado vinculados a su
padre. Así fue como ingresó a la Universidad Central de Venezuela a realizar
estudios de medicina, y su nombre comenzó a escucharse en boca de ciertos
operadores políticos universitarios, como lo fueron Alberto Berroterán, Ernesto
Alvarenga, y otros más, quienes habían estado ligados a la Liga Socialista.
Estos mentores del entonces bachiller crearon el llamado Grupo 80 que entre
otras cosas logró llevarle a la presidencia del Centro de Estudiantes de la
Escuela de Medicina "Luis Razetti" en el año 1987 y al año siguiente a la de la Federación
de Centros Universitarios de la UCV.
De aquellos
tiempos estuvo en tránsito por la OBE (Organización de Bienestar Estudiantil)
de la citada casa de estudios y por aquel entonces se oyeron comentarios por
los pasillos sobre los manejos poco pulcros adelantados por este joven. Años
más tarde, durante el segundo mandato de Rafael Caldera, era Pilarica Iribarren
de Romero su ministra de la juventud, y uno de los hombres de confianza de ella
era “El Llanero”, como conocimos siempre al luego hombre fuerte dentro del
chavismo en su momento, Ernesto Alvarenga. Este último, en aras de haber estado
al lado de Rodríguez padre, abogó por el vástago y fue colocado a manejar el
programa de pasaje estudiantil en dicha cartera ministerial. Nuevamente los
rumores sobre la escasa probidad del jovencito rodaron insistentemente, pero la
pregunta que se oía a muchos de sus mentores era: “¿Pero cómo vamos a permitir
que ensucien así la memoria de Jorge?” Y se imponía un largo silencio
alrededor.
En 1998 el
panorama cultural pareció abrirle las puertas al convertirse en el ganador del
concurso anual de cuentos de El Nacional, del cual se hizo merecedor con un
relato cuyo título bien podría al menos ser tildado de inquietante: Dime cuántos ríos son hechos de tus lágrimas.
En esa narración hay un personaje, Euclides un detective “negro y atractivo”
del cual en un pasaje el narrador explica: “También a él le gustaba dar
consejos, ser escuchado por la gente, decir frases ingeniosas en los bares: un
psiquiatra, un curador de almas.” Meses más tarde se produce el triunfo del
señor Chávez en las elecciones presidenciales de ese año, y al tomar posesión del
cargo, tras el natural cambio de ministros el ya doctor Rodríguez salió del
cargo que ocupaba.
Comenzando el año
1999 se produjo en La Gran Sabana una reunión del difunto comandante con sus
más allegados para trazar una serie de líneas de acción del gobierno que
comenzaba. Me contó uno de los asistentes a dicho conciliábulo que Ernesto Alvarenga
y José Luis Farías, en aquellos momentos cercanos al galáctico, le hablaron a este del caso del “hijo
de Jorge”, y me aseguran que la respuesta fue tajante: “No quiero saber nada de
ese ladronzuelo…”
Llama la atención
que ahora han aparecido ciertos “documentos” que hablan de que a finales de junio
de 1997, él perteneció a la Dirección Estratégica Nacional del Movimiento
Bolivariano Revolucionario (MBR-200), y que dicho dato permaneció desconocido
hasta 2004. Más de uno me asegura que eso no es más que un intento por
enaltecer el curriculum-prontuario del colega del ya difunto doctor Edmundo Chirinos.
Lo cierto fue que
luego de su salida del aparato burocrático oficial estuvo de bajo perfil por
varios años hasta que reaparece en el escenario comicial como Presidente de la
Junta Nacional Electoral, dependencia del nunca suficientemente vituperado Consejo
Nacional Electoral, y fue uno de las piezas claves para la organización técnica
del bendito Referéndum Presidencial de 2004, poco después fue nombrado Presidente
de dicho organismo luego de que el ilustre Francisco Carrasquero fuese designado
Magistrado del Tribunal Supremo de Justicia por la Asamblea Nacional. De aquellos tiempos mucho se dijo por
diferentes vías de las mil y unas triquiñuelas en las que este señor aparecía
junto a Smartmatic. Tal vez uno de los episodios más ilustrativos de dicha
relación fueron las sesiones de masajes que recibió junto a su esposa, por cierto
nieta del arquitecto Fruto Vivas, en el SPA Palazzo del nada modesto hotel Boca
Ratón Resort & Club, en Miami.
En el 2006 hubo
designación de nuevas autoridades del llamado Poder Electoral y el médico quedó
fuera de juego, vaya Dios a saber por qué, y de nuevo retomó su senda del bajo
perfil. Pero, es que nunca falta un
bendito pero, en la madrugada del primero de agosto del 2006, nuestro mentado
personaje se estrella, mientras conducía a todo correr un vehículo Audi, en el
cruce de la avenida Luis Roche con la avenida Benaím Pinto en Altamira. La
policía de Chacao de inmediato se presentó al lugar del evento y lo trasladó en seguida a la Clínica Ávila de la misma urbanización; allí, luego de estabilizarlo, se recomendó que lo trasladaran a otro
centro asistencial para que se le realizara una tomografía, ya que el equipo de
ese hospital estaba dañado. Este detalle no hubiera tenido mayores
consecuencias de no haber sido por la pataleta que en su momento armó la ahora
flamante “cancillera” de la república y hermana de la joya en cuestión, doña
Delcy Eloína Rodríguez, quien en uno de sus habituales desplantes acusó a los médicos
de ese centro de haberse negado a atender a su adorado familiar. El berrinche de la damisela trajo
consecuencias de todo tipo para la institución, sin embargo ante el barullo
armado los periodistas empezaron a investigar el caso. Nunca se supo con
exactitud qué había ingerido el hermanito, pero lo que sí logró averiguarse y
Nelson Bocaranda lo reveló en su momento es que el carrito en cuestión donde nuestra
versión caribeña de Fittipaldi se había estrellado pertenecía a Moisés
Maionica. Por si no recuerdan quien es este último, les explico que es uno de
los señalados por el caso de la maleta con los 800 mil dólares decomisados a
Antonini en Argentina.
Como bien saben,
no hubo nada que sirviera más a los ojos
del difunto comandante eterno para ser promovido que estar metido en cuanta
irregularidad se pudiera, y fue así como en enero del 2007 el recién reelecto
Chávez anunciaba que lo nombraría Vicepresidente de Venezuela para sustituir a
quien también fue uno de sus mentores luego de la muerte de su padre: José
Vicente Rangel. Y así fue como el 8 de enero de 2007 vimos a Rodríguez asumir
dicha posición al ser juramentado en el Teatro Teresa Carreño. Los cargos que fue ejerciendo este señor han
sido incontables, en todos si algo ha brillado siempre son las anomalías, a
manera de ejemplo cito su paso por la presidencia del Comité Organizador
Nacional de la Copa América 2007, donde las irregularidades administrativas
fueron más que manifiestas.
Es así como a este ser le vemos ahora convertido en
alcalde del municipio Libertador de Caracas y además trasmutado en una especie
de trapo rojo que permanentemente anda agitándose frente a la cara de la
colectividad venezolana. Sus desplantes y provocaciones son inequívocas. Hablo
con amigos médicos dedicados al campo de la psiquiatría y el diagnóstico de
todos es coincidente: No hay dudas que se mantiene drogado y que su
personalidad es de psicópata. Me advierten: “Mucho cuidado con lo que escribes,
él no es un enfermo mental, yo nunca firmaría ninguna declaración de enfermedad
mental a ninguno de ellos porque eso es exculparlos. Ahí no se salva ninguno,
el que no es psicópata es un sociópata”.
Me explican que un psicópata o sociópata es una
persona con un índice de inteligencia muy alto que gusta de hacer daño por
hacerlo. No tiene motivos psicológicos ni de traumas ni nada que se le parezca. Uno me dice “olvídate de tratar de
justificarlo con que es un trauma por su padre muerto, es como es sencillamente
por el gozo de envainar a los demás o a la sociedad. Usa su inteligencia para
cosas más profundas y elaboradas, porque le gusta sentirse superior, y que
tiene el poder de joder impunemente”.
En cuanto al uso de sustancias me aseguran que no
hay dudas de que hay consumo de cosas poco legales y que definitivamente no
debe ser marihuana. “Porque el cannabis aletarga, al menos que lo combine”. Me
recomiendan que cuando lo vea declarando me fije en los ojos rojos,
desorbitados, así como los ademanes y los
gestos. Me explican que todos los derivados de la cocaína dan una energía tal “que
se creen Superman, luego para no estar tan volados toman alcohol u otra droga
que los apacigüe”.
Este dechado de virtudes es al que hemos visto en
estos días, casi al mismo ritmo que su hermanita, arremetiendo contra un país
entero que ha salido de manera unánime a manifestar su rechazo a la pesadilla
que se vive y padece en Venezuela. ¿Será que su proveedor le suministró una “mercancía”
mal mezclada, que lo hace actuar de manera descontrolada? ¿O será que esta
versión subdesarrollada, tercermundista y nacional de Hannibal Lecter pretende
comernos el hígado con frijoles y un buen chianti?
© Alfredo Cedeño
5 comentarios:
Bien descrito. Muy atrevido. Dios te cuide. Mi abrazo fuerte.
Alejandro Moreno
Que bueno ese escrito, realmente tienes muy buena memoria o muy buenos informantes, eso es de hacerlo publico, ojala pudiera enviarlo al twitter y publicarlo en forma general.
Gracias , seguiremos enviando a mis contactos . Besos
Excelentes y valiosos datos, difíciles de borrar por ser parte de la historia politiquera venezolana! Valiente y decisiva ha sido su exposición acerca de este obscuro personaje del chavismo o madurismo o de esta mierda robo involucionada y castro-comunistoide llamada Sucialismo del siglo XIX, por lo atrasado y fuera de todo contexto marxista-leninista, social-comunista, marxista-comunista, fascista o totalitaria que, al final, y con poquísimas variantes, son tan parecidadms y todas, todas, tienen un fin común como lo es la ruindad de todo un pais, y tornarse en un fabricante de pobreza, miserables, humillación, tortura, represión y muerte de todo aquel que disienta de su estúpida, fracasada e inepta doctrina! Felicitaciones por traer a colación las vivencias politiqueras de este obscuro personaje! Y eso que le faltó reseñar el bandidaje realizado por la cancillerpilla en el negocio de las máquinas de votacion smartmatic! Imposible olvidar!
Excelente la verdadera biogrsfia de este psicopata que tanto daño le ha hecho al pueblo Caraqueño y al resto del pais ...felicidades
Excelente la verdadera biogrsfia de este psicopata que tanto daño le ha hecho al pueblo Caraqueño y al resto del pais ...felicidades
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